¡°La pobreza no se erradica con dinero¡±
Victoria Subirana lleva 30 a?os trabajando como maestra en Katmand¨², donde pone la pedagog¨ªa al servicio de los m¨¢s necesitados
Hace 30 a?os me di cuenta de que mi felicidad no consist¨ªa en tener un trabajo estable, comprarme un coche y una casa y seguir las tendencias del momento. Mi coraz¨®n me dec¨ªa que ten¨ªa que encontrar una misi¨®n en la que ocupar mi vida; una causa sublime, un prop¨®sito que marcara los pasos y los p¨¢lpitos de mi d¨ªa a d¨ªa. Soy maestra y esa llamada me hizo entender que ten¨ªa que poner la pedagog¨ªa al servicio de los m¨¢s necesitados.
Me march¨¦ a Nepal y comenc¨¦ un proyecto de escolarizaci¨®n gratuito para ni?os pobres y familias sin recursos. Me entregu¨¦ a las personas que lo necesitaban sin reservas, sin reparos y sin mirar atr¨¢s para ver lo que dejaba.?Desde entonces, he puesto en marcha ocho proyectos, por ejemplo educaci¨®n nocturna para ni?os trabajadores, programas de alfabetizaci¨®n, tres escuelas de preescolar, primaria y secundaria.?
Hacer un voluntariado de tres semanas para poder poner una carta en el curr¨ªculo y colgar fotos en Facebook es una falta de respeto. Para llegar a lo m¨¢s alto, ten¨ªa que prepararme mucho, as¨ª que durante dos a?os me dediqu¨¦ a aprender la lengua, las culturas y costumbres locales.
A las escuelas ven¨ªan ni?os de todo tipo, pero con un denominador com¨²n: altos ¨ªndices de pobreza y de exclusi¨®n social. Eran refugiados, mendigos, trabajaban desde edades muy tempranas, hab¨ªa dalits (sin casta), hijos de familias numerosas, desestructuradas o que ten¨ªan parientes con anomal¨ªas f¨ªsicas o ps¨ªquicas.
La misi¨®n m¨¢s importante durante los 30 a?os que llevo en Nepal ha sido demostrar que la pobreza se supera, que la ignorancia se combate, que la desigualdad se puede modificar
En Nepal, la clase dirigente ejerce un control absoluto sobre la educaci¨®n a trav¨¦s del sistema de castas que anula el pensamiento cr¨ªtico, la capacidad de hacer an¨¢lisis y la creatividad. En clases que en Espa?a no reunir¨ªan las condiciones ni para criar cerdos, 90 ni?os hacinados aprenden a repetir, imitar, obedecer y a someterse a los dict¨¢menes de los poderosos.
El sistema de castas fomenta lo que yo denomino los tres venenos de la mente: no puedo, no debo y no merezco. El mejor caldo de cultivo para ejercer pol¨ªticas fascistas, dictatoriales y totalitarias.
Los ni?os acaban as¨ª desprovistos de las herramientas necesarias para reconocer sus derechos fundamentales. Y, como consecuencia, nunca van a tener el poder suficiente para que sus voces sean escuchadas.
La misi¨®n m¨¢s importante durante los 30 a?os que llevo en Nepal ha sido demostrar que la pobreza se supera, que la ignorancia se combate, que la desigualdad se puede modificar. Que hay una salida. Y est¨¢ en el poder creador y transformador de cada ser humano a trav¨¦s de la energ¨ªa de la mente.
El conocimiento del poder mental ha sido imprescindible para llevar a cabo los cambios positivos que han modificado la vida de 1.500 ni?os y una comunidad de 5.000 personas. Ha modificado los estratos milenarios de una sociedad arcaica e inamovible. Esta es la filosof¨ªa de mi sistema educativo, la concreci¨®n de la metodolog¨ªa la pedagog¨ªa transformadora. Cada ser humano tiene el derecho a auto conocerse. Ese aprendizaje se adquiere a trav¨¦s del estudio y el conocimiento de la mente humana. De este modo, adem¨¢s de las asignaturas acad¨¦micas como lengua, ciencias o matem¨¢ticas, en las Escuelas Transformadoras los ni?os tienen integrada en el curr¨ªculo la asignatura de madurez mental, a trav¨¦s de la cual trabajar¨¢n en la formaci¨®n de su car¨¢cter, en la resoluci¨®n de conflictos, en la adquisici¨®n de los h¨¢bitos y virtudes. Entender¨¢n la importancia que tiene la familia para la estabilidad emocional. Aprender¨¢n a identificar, a expresar y a regular sus emociones. Y entender¨¢n la relevancia de esas adquisiciones para proyectar sus objetivos y alcanzar el ¨¦xito y la felicidad.
La ¨²nica herramienta para erradicar los grandes problemas que azotan a los pa¨ªses empobrecidos pasa por fomentar acciones educativas que tengan en cuenta el estudio y conocimiento de la mente humana para que el ni?o deje de ser un t¨ªtere en manos del sistema y tome las riendas de su vida. Lo he constatado despu¨¦s de haber demostrado como esos 1.500 ni?os han dejado atr¨¢s el estigma de su condici¨®n social. Ni?os a quienes, por su casta, no se les permit¨ªa ir a la universidad, y su fuerza mental y su tes¨®n consiguieron metas inalcanzables. En estos 30 a?os he demostrado que la pobreza no se erradica con dinero. Hay que invertir en el empoderamiento de los oprimidos y los sin derechos, proporcionarles escaleras y ascensores para que pudieran subir al mismo nivel de bienestar de los dirigentes.
En la actualidad, solo gestionamos un centro para la formaci¨®n de maestros y ni?os v¨ªctimas del terremoto, porque en 2009 un grupo de delincuentes ech¨® a los ni?os a la calle y nos quitaron las escuelas. Nos dieron una paliza que fue catalogada como un caso de tortura por 109 abogados y 11 organizaciones de derechos humanos. Permanec¨ª 12 d¨ªas en el hospital y seis meses en casa de la c¨®nsul espa?ola en Nepal, protegida por el Gobierno espa?ol. Este caso sigue sin resolver.
Victoria Subirana es maestra y ha publicado recientemente Una maestra en Katmand¨², 30 a?os despu¨¦s (Huso editorial).
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