¡®Kamalari¡¯ y otras tradiciones que esclavizan a la mujer en Nepal
El pa¨ªs ocupa el puesto 144 (de 188 pa¨ªses) en el ?ndice de Desigualdad de G¨¦nero de la ONU, por debajo de sociedades vecinas e igualmente patriarcales como India o Banglad¨¦s
Urmila era una ni?a de cinco a?os de una zona rural de Nepal cuando fue vendida por algo menos de 20 euros a una familia de la capital. ¡°Tuvimos que caminar durante varios d¨ªas hasta Katmand¨² y perd¨ª mis sandalias nuevas al cruzar un r¨ªo¡±. Es lo ¨²nico que recuerda de aquel acontecimiento que marc¨® su vida. Sus padres, como muchos miembros de la comunidad Tharu del suroeste del pa¨ªs, aceptaron la oferta ante la promesa de un futuro mejor para su hija. Como ya ocurriese con su madre y su abuela, Urmila fue v¨ªctima de un tr¨¢fico de menores tan viejo como la pobreza. Perdi¨® sus sandalias y su infancia tras diez a?os trabajando como cocinera y limpiadora en casas de familias de clases altas. Pero la Urmila Chaudhary de hoy es abanderada de la lucha contra la tradici¨®n kamalari (un sistema por el cual se paga una supuesta deuda con a?os de servicio dom¨¦stico), una de las muchas formas de violencia machista que afectan a la mujer de Nepal.
Dos d¨¦cadas despu¨¦s de su traves¨ªa por el trabajo infantil, la Urmila Chaudhary de 25 a?os viaja ahora para promocionar la pel¨ªcula sobre su vida My memory is my power; un documental en el que se detalla su lucha por la erradicaci¨®n de la tradici¨®n kamalari, por la que se convirti¨® en la primera asi¨¢tica en recoger el premio de derechos humanos Theodor-Haecker en 2017. Desde 2010, su organizaci¨®n (Freed Kamlaris Development Forum) ha conseguido la liberaci¨®n de m¨¢s de un millar de ni?as (alrededor de 13.000, gracias a otros grupos) presas de la esclavitud debido a esta tradici¨®n ancestral. ¡°Hemos logrado que la sociedad reconozca la importancia de proteger a la mujer¡±, resume Urmila. Una generaci¨®n despu¨¦s, hay cambios, pero queda aun mucho por hacer.
El reconocimiento de la labor de esta y otras organizaciones coincide con los intentos de Nepal por acabar con formas de discriminaci¨®n y violencia hacia la mujer. El pasado mes de agosto de 2017, el parlamento aprob¨® una ley en la que criminalizaba, entre otras pr¨¢cticas, el chauppadi: la tradici¨®n hind¨² que obliga a las mujeres a permanecer fuera de casa durante la menstruaci¨®n para preservar la pureza del hogar. Sin embargo, organizaciones defensoras de los derechos de la mujer se?alan que el Tribunal Supremo del pa¨ªs asi¨¢tico ya hab¨ªa prohibido esta tradici¨®n en 2005. La pr¨¢ctica sigue tan presente en las zonas deprimidas del oeste del pa¨ªs que a comienzos del presente a?o se conoci¨® el caso de la ¨²ltima v¨ªctima mortal hasta la fecha.
¡°El problema no reside tanto en la aprobaci¨®n de nuevas leyes, sino en la implementaci¨®n efectiva de las ya existentes¡±, explica Kirti Thapa. La responsable del Programa Contra la Violencia Machista de la agencia de la ONU para la Mujer en Nepal enumera los ejemplos: "Hay muchas normas que criminalizan la violencia machista: la Ley para el Control sobre Acusaciones de Brujer¨ªa, la Ley sobre Matrimonio Infantil o la Ley de Violencia Dom¨¦stica. Esta ¨²ltima fue aprobada ya en 1996, pero la gente desconoce su existencia".
Desde 2010, la organizaci¨®n de Urmila ha conseguido la liberaci¨®n de m¨¢s de un millar de ni?as presas de la esclavitud debido una tradici¨®n ancestral
En la ¨²ltima d¨¦cada, la peque?a naci¨®n del Himalaya ha dado pasos de gigante en la defensa de los derechos de la mujer. Por ejemplo, con la inclusi¨®n en el c¨®digo penal de las tradiciones ya mencionadas o formas m¨¢s complejas de violencia machista, como la violaci¨®n conyugal. Sin embargo, Nepal ocupa el puesto 144 (de 188 pa¨ªses) en el ?ndice de Desigualdad de G¨¦nero de la ONU, por debajo de sociedades vecinas e igualmente patriarcales como India o Banglad¨¦s, y tan convulsas y machistas como Irak. En ausencia de normas apremiantes que condenen directamente la dote o los ataques de ¨¢cido, las organizaciones nepal¨ªes esperan que Ley para Acabar con la Violencia Contra la Mujer, pendiente de aprobaci¨®n este a?o, sea el paraguas que unifique la normativa vigente y, sobre todo, refuerce su ejecuci¨®n.
M¨¢s all¨¢ de las leyes, informaci¨®n y aplicaci¨®n efectiva
Las demandas de organizaciones expertas van m¨¢s all¨¢ de la aprobaci¨®n de leyes. ¡°Tiene que mejorar en el acceso a la informaci¨®n, la mayor formaci¨®n de las fuerzas de seguridad y el refuerzo de las autoridades locales para que ninguno de los infractores se beneficien de la impunidad rampante¡±, resume Jyotsna Maskay, de la Alianza Nacional de Mujeres Defensoras de los Derechos Humanos (NAWHRD), organizaci¨®n decana en la lucha contra el patriarcado estructural de la sociedad nepal¨ª.
Las expertas destacan la escasez de recursos a nivel local, alegando que el Gobierno no destina fondos para compensar a las v¨ªctimas aunque las leyes aprobadas hace d¨¦cadas establezcan tales provisiones. ¡°Por continuar con el mismo ejemplo, la Ley de Violencia Dom¨¦stica establece compensaciones para las supervivientes pero los gobiernos regionales y locales o no destinan fondos o estos son m¨ªnimos¡±, insiste Kirti Thapa. ¡°Es hora de ir m¨¢s all¨¢ de la legislaci¨®n y centrarnos en la aplicaci¨®n¡±.
La ausencia de fondos, o su malversaci¨®n, tiene unos efectos especialmente devastadores en las zonas rurales deprimidas, donde la discriminaci¨®n germina al calor de otros males end¨¦micos como la falta de infraestructuras, la educaci¨®n o la higiene. ¡°En los pueblos de Nepal, las viudas son analfabetas y no tienen otro futuro que servir de trabajadoras dom¨¦sticas para sus familias. El empobrecimiento de estas zonas, unido a la falta de datos, hace que casi no se tenga una idea del grado de discriminaci¨®n que sufren¡±, explica Lily Thapa, fundadora de Mujeres por los Derechos Humanos (Grupo de Mujeres Solteras). Desde 1994, esta organizaci¨®n lucha contra la discriminaci¨®n legal y social a madres solteras y viudas nepal¨ªes; tiene m¨¢s de 2.500 grupos de mujeres distribuidos por los rincones m¨¢s remotos de la geograf¨ªa del pa¨ªs.
El Nepal rural no solo concentra a la mayor parte de la poblaci¨®n sino que tambi¨¦n condensa tradiciones arcaicas nocivas
El trabajo de concienciaci¨®n y sensibilizaci¨®n de las zonas aisladas es el elemento diferenciador para el progreso. El Nepal rural no solo concentra a la mayor parte de la poblaci¨®n, sino que tambi¨¦n condensa tradiciones arcaicas nocivas, combinaci¨®n de creencias religiosas y precariedad econ¨®mica, que hacen m¨¢s vulnerables a las potenciales v¨ªctimas. ¡°Es mejor invertir en los factores que causan la violencia machista que en los remedios¡±, sentencia Jyotsna Maskay. As¨ª lo demanda a sus autoridades una sociedad que eligi¨® a 14.000 mujeres (cerca del 50%) como representantes locales en las primeras elecciones generales despu¨¦s de aprobar su reciente Constituci¨®n y tras d¨¦cadas de inestabilidad pol¨ªtica.
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