Hurac¨¢n Trump

Ma?ana se cumple un a?o desde que el hurac¨¢n Mar¨ªa tocara la isla de Puerto Rico con un resultado devastador: miles de muertos, cientos de miles de refugiados y desesperados llamamientos de auxilio internacional por parte de las autoridades locales ante el desinter¨¦s mostrado por la Administraci¨®n presidida por Donald Trump en ayudar a la isla.

Varios d¨ªas antes, el territorio ya hab¨ªa sido golpeado por el hurac¨¢n Irma. Entonces se produjeron alrededor de una decena de muertos, pero la llegada de Mar¨ªa fue muy diferente, tanto por los graves da?os y materiales del fen¨®meno meteorol¨®gico en s¨ª, como por el caos en la restauraci¨®n de suministros y la distribuci¨®n de ayuda en los meses posteriores. Particularmente criticada fue la actitud de Trump. En lo que constituy¨® la peor cat¨¢strofe natural de su presidencia hasta ese momento, el mandatario tard¨® 13 d¨ªas en visitar la isla. El env¨ªo de ayuda de emergencia por parte del Gobierno federal fue tan escaso que autoridades y fuerzas sociales locales protestaron en¨¦rgicamente.

Trump siempre minusvalor¨® la magnitud del desastre. Se trata de algo incomprensible desde cualquier punto de vista dado que los da?os objetivables no son una cuesti¨®n de opiniones pol¨ªticas y ¨¦l es el responsable final del Gobierno de un territorio que desde 1952 EE?UU considera como Estado asociado y cuyos ciudadanos son estadounidenses ¡ªaunque con derechos limitados¡ª desde 1917.

El presidente no ha cambiado de actitud. A un a?o de la tragedia, el balance no puede ser m¨¢s negativo. En lo material, importantes infraestructuras de la isla permanecen da?adas; en lo humano, unas 200.000 personas ¡ªel 5,5% de la poblaci¨®n¡ª han emigrado al territorio continental de EE?UU, y en lo pol¨ªtico, ha calado entre la poblaci¨®n la sensaci¨®n de desamparo. Ni mucho menos Puerto Rico ha vuelto a la normalidad.

Prueba del desconocimiento que Trump tiene de lo que todav¨ªa ocurre en un Estado asociado de la Uni¨®n es que mientras que investigadores y peritos sobre el terreno se?alan que la cifra oficial de muertos en la tragedia se elev¨® a unos 3.000, el mandatario asegur¨® hace unos d¨ªas ¡ªv¨ªa Twitter, como es habitual¡ª que el dato es impreciso y en realidad se trata de una invenci¨®n de los dem¨®cratas. Es preciso resaltar que la mayor parte de los fallecidos sucumbieron en los d¨ªas posteriores al hurac¨¢n, cuando la falta de electricidad y agua potable complic¨® terriblemente los cuidados a los heridos. La Universidad de Harvard ha elevado a¨²n m¨¢s la cifra de muertos hasta los 4.645.

Lleva raz¨®n el gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rossell¨®, cuando denuncia que los puertorrique?os son tratados por EE?UU como ¡°ciudadanos de segunda clase¡±. No es solo la gesti¨®n federal de los da?os del Mar¨ªa. Datos hechos p¨²blicos este lunes por el Banco Mundial se?alan que en los ¨²ltimos a?os ¡ªcon especial incidencia desde 2016¡ª ha aumentado la desigualdad econ¨®mica en la isla. En Puerto Rico, Trump ha mostrado dos caracter¨ªsticas de su modo de entender la pol¨ªtica: por un lado ha tratado ¡ªde nuevo¡ª de sepultar con ret¨®rica agresiva lo que es la gesti¨®n ineficiente de una emergencia. Por otra parte parece que no considera iguales a todos los ciudadanos estadounidenses. Puerto Rico no merece eso.