Musicalia
Quiz¨¢s por eso Dudamel no puede dirigir en Venezuela. La mitad de su orquesta est¨¢ en el exilio gracias al r¨¦gimen de Maduro
En el fant¨¢stico ciclo Grandes Int¨¦rpretes de la Fundaci¨®n Scherzo le toc¨® el turno a Gustavo Dudamel. Este hombre, a pesar de su juventud (no ha cumplido los cuarenta), es ya una leyenda en los muy selectivos medios mel¨®manos. Nacido en una familia venezolana sin recursos, se ha convertido en el director sinf¨®nico m¨¢s demandado por los mejores teatros del mundo. Su estilo sigue siendo vehemente, impetuoso y afirmativo, as¨ª que la Tercera de Schubert sali¨® a todo trapo y volaron nieblas y nocturnos rom¨¢nticos. Luego, en la Cuartade Mahler, no valen las prisas. Es una m¨¢quina compleja, densa, retorcida y siempre asomada al abismo de la muerte. No pude dejar de pensar en Mahler, jud¨ªo bajito de ambici¨®n colosal y alma atormentada, que cas¨® con la mujer m¨¢s guapa e insufrible de Viena. Ella le despreci¨® y humill¨® hasta que, una vez muerto, se convirti¨® en el Genio Internacional. A partir de entonces, Alma se dedic¨® a escribir sobre lo excelso que hab¨ªa sido su marido y la grandiosa m¨²sica que compuso. Elias Canetti la conoci¨® personalmente cuando ya era vieja y estaba arrasada por el Marie Brizard. Dej¨® de ella un retrato devastador.
Dudamel ha interpretado con gran frecuencia las sinfon¨ªas de Mahler. Su visi¨®n es a¨²n apol¨ªnea, sin el despe?adero que s¨®lo la edad pone ante los espantados ojos del artista, sin el laberinto neur¨®tico de una sinfon¨ªa que agota a la secci¨®n de metales y a¨²lla diab¨®licamente. Pero es la musculatura, la energ¨ªa, la audacia lo que quiere vivir el p¨²blico de Dudamel, as¨ª que el Auditorio estall¨® en una ovaci¨®n atronadora e interminable. Es una m¨²sica democr¨¢tica.
Quiz¨¢s por eso Dudamel no puede dirigir en Venezuela. La mitad de su orquesta est¨¢ en el exilio gracias al r¨¦gimen de Maduro.
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