?Sabemos lo que comemos?
El etiquetado de los alimentos no siempre deja claro al consumidor lo que est¨¢ ingiriendo ni su valor nutricional. Algunos pa¨ªses, como Chile, crean normativas para imponer l¨ªmites a los productores y educar a la sociedad
Fibras naturales, 100% avena, integral... Hasta hace poco, el empaquetado y etiquetado de una galleta vendida en Chile la presentaba como una alternativa id¨®nea para deportistas o para gente deseosa de llevar una vida sana. Pero desde junio de 2016, con la entrada en vigor en el pa¨ªs sudamericano de la ley 20.606, el atractivo envoltorio de la galleta se vio manchado por tres sellos negros: alto en az¨²cares, alto en calor¨ªas, alto en grasas saturadas.
La galleta, como centenares de productos, se vio afectada por esa nueva norma de etiquetado de alimentos, que obliga a indicar claramente en el frontal de los envases si superan los niveles considerados dentro del l¨ªmite de lo saludable en estos cuatro aspectos. Ese alto, encuadrado en un oct¨®gono que recuerda a las se?ales de stop o pare, tiene algo de juego de palabras para enviar una advertencia clara e inconfundible para el ciudadano: lo que usted va a comerse rebasa de largo la cantidad recomendada de az¨²car, sales, calor¨ªas o grasas. Si quiere, c¨®maselo, pero sabiendo qu¨¦ es lo que come.
¡°Antes de esta ley, como sigue ocurriendo en otros pa¨ªses, t¨² tomabas cualquier producto y la informaci¨®n nutricional era cr¨ªptica, casi imposible de desvelar¡±, critica el senador chileno Guido Girardi, principal impulsor de la norma. ¡°Son dif¨ªciles de leer, y no es casualidad. Yo necesito gafas para ver la letra. Pero si me las pongo, ?qu¨¦ puede saber un ciudadano que no sea especialista de lo que significa az¨²cares libres, gramos por 100 gramos, ¨¢cidos grasos parcialmente hidrogenados¡?¡±, se pregunta el pol¨ªtico, que es tambi¨¦n m¨¦dico.
El sobrepeso y la obesidad son una de las principales amenazas para la salud p¨²blica en Chile, tras Uruguay, el pa¨ªs con peores datos de toda Am¨¦rica Latina. Al menos 63 de cada 100 adultos chilenos pesan m¨¢s de lo que deber¨ªan, y casi 29 de cada 100 son obesos. Entre los ni?os de seis a?os, la mitad sufren sobrepeso y uno de cada cuatro, obesidad.
¡°Cuando empezamos a analizar las causas, vimos que se violaba un derecho b¨¢sico, que es el derecho a saber lo que uno come¡±, rememora Girardi, que no se anda con remilgos a la hora de criticar a la industria alimentaria. La idea inicial fue adoptar el llamado sistema del sem¨¢foro, que ya utilizan pa¨ªses como Reino Unido o Ecuador. Este modelo marca con colores (rojo, naranja y verde), el porcentaje de sales, az¨²cares, calor¨ªas, grasas o grasas saturadas presentes en cada producto, de acuerdo con las cantidades diarias recomendadas para adultos.
"Lo que se busca es que la industria entienda el problema, reflexione y a trav¨¦s de los desincentivos que tiene esta ley modifique sus pr¨¢cticas y empiece a producir alimentos de verdad"
Espa?a, junto a otros pa¨ªses de la Uni¨®n Europea, rechaz¨® implantar el sem¨¢foro alegando que podr¨ªa confundir al consumidor por su simplicidad. Con ¨¦l, productos libres de az¨²car, pero con edulcorantes, obtendr¨ªan luz verde mientras otros alimentos ricos en grasas saludables, como el aceite de oliva, recibir¨ªan luz roja. ¡°Ese es un modelo informativo hacia el que se mueve la industria, porque permite al consumidor educado ¡ªporque tambi¨¦n hay que educarlo¡ª tener un criterio informado para valorar una ingesta balanceada¡±, sostiene Mario Montero, presidente de la Agrupaci¨®n Latinoamericana de la Industria de Alimentos y Bebidas (Alaiab).
¡°Ahora dicen eso, pero en su momento las empresas hicieron presi¨®n para que no lo implant¨¢ramos¡±, acusa Girardi. ¡°Y nos vimos obligados a buscar otros m¨¦todos: preguntamos a los ni?os qu¨¦ etiquetado les quedaba m¨¢s claro, y en los estudios con menores nos dijeron que la se?al de stop negra. El hecho de que ahora la industria no la quiera ni ver nos confirma que acertaron¡±. Montero discrepa. ¡°El modelo chileno no busca informar, sino advertir. Le dice a la gente: ¡®No coma usted esto, que es malo¡±, reprocha el representante empresarial. ¡°Nosotros apostamos por la informaci¨®n¡±.
Una explosi¨®n de diabetes
Desde 1980 hasta 2014 (¨²ltimos datos de la OMS), el n¨²mero de adultos diab¨¦ticos ha pasado de 108 a 422 millones. En 2015, esta enfermedad fue la responsable de 1,5 millones de muertes. La gran mayor¨ªa de los diab¨¦ticos del mundo padecen el tipo 2, cuyo principal factor de riesgo es un exceso de grasa corporal. Seg¨²n la propia OMS, el sobrepeso y la obesidad, adem¨¢s de la falta de actividad f¨ªsica, dan origen a una gran proporci¨®n de la carga mundial de diabetes.
Consumir muchas grasas (especialmente saturadas) y pocas fibras vegetales se asocia con mayor sobrepeso, con mayor riesgo de diabetes o con ambas. Adem¨¢s, algunos datos recientes apuntan a una asociaci¨®n entre el consumo elevado de bebidas azucaradas y el riego de diabetes de tipo 2.
¡°Cuanto m¨¢s se aleja nuestra dieta de alimentos naturales, completos y sin procesar, m¨¢s asociada est¨¢ a un mayor riesgo de enfermedades no transmisibles como la diabetes, la obesidad o problemas cardiovasculares¡±, sostiene la dietista y divulgadora estadounidense Penny Brooks.
En Espa?a, pr¨¢cticamente uno de cada 10 adultos es diab¨¦tico (9,4%), el doble que en 1980.
En Chile, superar los baremos establecidos por expertos en salud (que se han ido rebajando de forma gradual para dar tiempo a la adaptaci¨®n) obliga a llevar los sellos negros. Pero, adem¨¢s, establece limitaciones a la hora de publicitarse ante p¨²blico infantil: distintos estudios demuestran que en los primeros a?os de la infancia se fijan gran parte de las preferencias alimentarias que nos acompa?ar¨¢n el resto de nuestras vidas.
La norma chilena tambi¨¦n veta el uso de juguetes o premios como gancho para su consumo. El huevo de chocolate Kinder o el Happy Meal de las hamburgueser¨ªas McDonald¡¯s han sido algunos de los damnificados. Adem¨¢s, se proh¨ªbe que los productos marcados se vendan en colegios o que el Estado los compre para incluirlos en los programas de alimentaci¨®n escolar o en los men¨²s hospitalarios.
¡°Lo que se busca es que la industria entienda el problema, reflexione y a trav¨¦s de los desincentivos que tiene esta ley modifique sus pr¨¢cticas y empiece a producir alimentos de verdad¡±, dice Girardi. Por ahora no hay datos que reflejen que el nuevo etiquetado de Chile haya provocado cambios sustanciales en la dieta de sus ciudadanos. ?Funcionan las advertencias?
¡°El etiquetado es solo un ¨¢ngulo del sistema alimentario¡±, seg¨²n Anna Lartey, directora de Nutrici¨®n de la FAO (agencia de la ONU para la alimentaci¨®n y la agricultura). ¡°Para tener ¨¦xito y cambiar las dietas actuales, que nos est¨¢n matando, tenemos que atacar el problema desde distintas posiciones¡±. Entender c¨®mo afecta la transformaci¨®n global de todo el sistema a nuestras dietas, nuestra forma de vida, y nuestra salud.
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