Fundido a negro en Celine

El regreso del hijo pr¨®digo termin¨® en decepci¨®n. El debut de Hedi Slimane como nuevo director art¨ªstico de Celine era el desfile m¨¢s esperado de los casi 80 que forman parte de la semana de la moda consagrada a la presentaci¨®n de las colecciones de pr¨ºt-¨¤-porter en Par¨ªs, que termina este martes en la capital francesa. Termin¨® siendo el m¨¢s desilusionante. Slimane, de retorno a la pasarela francesa dos a?os despu¨¦s de su despedida como dise?ador de Saint Laurent, entreg¨® una colecci¨®n previsible y autorreferencial, cuando no ensimismada, que cosech¨® una unanimidad infrecuente de opiniones adversas.

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La colecci¨®n que el modisto franc¨¦s ha ideado para la primavera-verano de 2019, presentada el viernes por la noche en los Inv¨¢lidos de Par¨ªs, tuvo un fuerte regusto a d¨¦j¨¤ vu. Muchos de sus dise?os para mujer parecieron casi id¨¦nticos a los que present¨® en su etapa final al frente de Saint Laurent. Casi siempre en negro estricto, de cortes deliberadamente ochenteros y con un vago esp¨ªritu rockero y noct¨¢mbulo, que inspir¨® una larga serie de vestidos cortos con apuntes de lentejuelas y alg¨²n metalizado en oro y plata. La l¨ªnea masculina, una novedad para esta firma creada en 1945 por la modista C¨¦line Vipiana, tampoco destac¨® por su originalidad. Sigui¨® un patr¨®n previsible: el de los trajes de corte estrecho que Slimane populariz¨® a comienzos de la d¨¦cada pasada, cuando sus pitillos para Dior provocaron una peque?a revoluci¨®n en el armario masculino.

La propuesta de Slimane marca una ruptura frontal con la herencia de Phoebe Philo, la brit¨¢nica que llev¨® la firma al firmamento durante su reinado de 10 a?os, en el que impuso un minimalismo funcional pero sofisticado, con especial estima por el beige y los tonos pastel. En cambio, Slimane impuso el viernes un fundido a negro. Si Philo escogi¨® a la venerada escritora Joan Didion como imagen de la firma, el nuevo l¨ªder prefiri¨® a Lady Gaga y sus 30 millones de seguidores en Instagram. Y, en otro giro algo incomprensible, decidi¨® quitarle la tilde al logo de la marca ¨Chasta ahora, se escrib¨ªa C¨¦line¨C, provocando una peque?a pol¨¦mica en un pa¨ªs tan apegado a su abstrusa ortograf¨ªa como Francia. Por las calles de Par¨ªs se vieron acentos pintados sobre los carteles que marcaban el paso a esta nueva etapa.

"Uno no entra en una casa de costura para imitar a quien te ha precedido y todav¨ªa menos para apropiarse de la esencia de su trabajo, c¨®digos y lenguaje. O, al contrario, para ir en contra de lo que ha hecho. Ser¨ªa un sinsentido", se defendi¨® Slimane en la ¨²nica entrevista concedida hasta el momento, publicada el mi¨¦rcoles en Le Figaro. El dise?ador dijo poseer "una sem¨¢ntica personal" y advirti¨® de que no ten¨ªa ninguna intenci¨®n de salt¨¢rsela. "Encontr¨¦ mi estilo hace m¨¢s de 20 a?os. Este pasa por una l¨ªnea, un trazo, una apariencia y una silueta, que persigo de forma obsesiva y que define qui¨¦n soy", sostuvo.

Sus explicaciones no convencieron a la prensa especializada, que durante el fin de semana le ha dedicado las cr¨ªticas m¨¢s duras de su carrera. El cr¨ªtico Tim Blanks, del influyente portal Business of Fashion, le acus¨® de aportar "masculinidad t¨®xica" a una marca conocida por "su inigualable instinto para entender lo que quieren las mujeres". La editora de moda de The New York Times, Vanessa Friedman, tambi¨¦n fue severa. "Es infrecuente que un dise?ador cambie la manera en que la gente utiliza su atuendo para expresarse m¨¢s de una vez en su carrera. Yves Saint Laurent lo logr¨®, pero era un caso aparte. Al parecer, Slimane no lo es. Tuvo su momento. Fue importante. Ahora solo lo est¨¢ reviviendo", escribi¨®.

Pese a todo, Slimane tambi¨¦n fue criticado en su debut para Saint Laurent en 2012. Cuatro a?os despu¨¦s, se marchaba entre v¨ªtores y con los ingresos de la marca multiplicados por dos. En el fondo, su fichaje en Celine responde a una estrategia comercial. Y su colecci¨®n, llena de piezas que aspiran a convertirse en best sellers para los pudientes, no parece ponerla en duda. En enero pasado, Bernard Arnault, presidente del grupo LVMH y propietario de Celine, dijo ante un grupo de inversores que esperaba ganar "entre 2.000 y 3.000 millones de euros en cinco a?os, o tal vez m¨¢s", gracias a la llegada de Slimane, a quien ha confiado la creaci¨®n de tres nuevas l¨ªneas: la masculina que acaba de desvelar, pero tambi¨¦n otra de alta costura y una tercera de perfumes.