Loewe apuesta por una moda en movimiento

Con Loewe, la moda entr¨® en movimiento. En el marco de la Semana de la Moda de Par¨ªs, la firma present¨® ayer en la capital francesa su colecci¨®n para la primavera/verano de 2019, que se distingui¨® por sus siluetas din¨¢micas y agitadas. El dise?ador norirland¨¦s Jonathan W. Anderson, de 35 a?os, volvi¨® a convencer con un trabajo que parece afianzar su apuesta para la marca fundada en Madrid en 1846, a la que ha logrado dotar, solo algunas temporadas despu¨¦s de su nombramiento como director art¨ªstico en 2013, de un vocabulario propio y de una l¨ªnea coherente, situada en alg¨²n punto entre la vanguardia y la artesan¨ªa, entre la experimentaci¨®n m¨¢s audaz y la b¨²squeda por lo comercial m¨¢s desacomplejada.

El dise?ador abog¨® por un estilo holgado y algo bohemio. Destacaron sus vestidos con plumas de avestruz en verde y naranja, dos de los colores predominantes, dotadas de cuellos r¨ªgidos de argollas met¨¢licas, adem¨¢s de jers¨¦is de punto de canal¨¦ y distintas prendas en crep¨¦ blanco y algo playero. El conjunto desprendi¨® una sensaci¨®n de ligereza y comodidad, con predominancia de tonos c¨¢lidos, del ocre al marr¨®n rojizo, y contrapuntos ocasionales en matices m¨¢s fr¨ªos como el azul. "Hay un hilo conductor, pero he dejado que algunos looks se salgan de ¨¦l. He prestado atenci¨®n a la individualidad de cada modelo y no he querido obsesionarme con el conjunto", explicaba Anderson en el backstage. "La colecci¨®n es una celebraci¨®n de la belleza y de la libertad. He querido desprender una sensualidad, pero tambi¨¦n una sensaci¨®n constante de realidad. Al final, son prendas que alguien debe vestir".

La colecci¨®n est¨¢ inspirada, seg¨²n confes¨®, en "el arte cin¨¦tico que emergi¨® en los a?os 20 antes de volver a despuntar en los 50 y 60". Aunque m¨¢s que referencias directas a la est¨¦tica de artistas como Vasarely, Soto o Cruz-D¨ªez, la propuesta de Anderson parece contener una reflexi¨®n sobre el movimiento del tejido. Lo demostraba, por ejemplo, una bata larga con flecos blancos en hilo de seda, que dibujaban un vaiv¨¦n sinuoso a medida que la modelo que lo exhib¨ªa avanzaba por el lugar. O bien el vestido final, conjunto de asimetr¨ªas colgantes y con una ca¨ªda similar a la de los miri?aques de otro tiempo, que se iba ondulando con los pasos de su portadora.

En realidad, los desfiles de Anderson tambi¨¦n son exposiciones de arte en toda regla. En cada presentaci¨®n, el dise?ador selecciona un pu?ado de obras que disemina en el excepcional escenario de la sede de la Unesco en Par¨ªs. Junto a los murales de Mir¨® que posee el edificio, Anderson instal¨® obras de la artista italiana Lara Favaretto y cer¨¢micas de Ryoji Koie que coloc¨® sobre tocadiscos de aires retro, que reproduc¨ªan cl¨¢sicos de Serge Gainsbourg o bandas sonoras de Bernard Herrmann. Para el desfile, sin embargo, prefiri¨® al compositor Wim Mertens y su sofisticado minimalismo, t¨¦rmino que tambi¨¦n servir¨ªa para definir todo lo que toca Anderson.

El dise?ador juraba haber concebido el espacio inspir¨¢ndose en una galer¨ªa de arte londinense de los 60, aunque sus modelos parec¨ªan desfilar en un mundo muy distinto. Con alguna excepci¨®n, como alg¨²n vestido de popelina y bordado ingl¨¦s, la colecci¨®n tuvo un esp¨ªritu m¨¢s meridional que norte?o. A ratos incluso parec¨ªa remitir al Marrakech de Saint Laurent: ah¨ª estuvo su peculiar versi¨®n de la sahariana que el revolucionario modisto franc¨¦s ide¨® en 1967. Anderson tambi¨¦n volvi¨® a prestar especial atenci¨®n al trabajo con el cuero y el ante, como es obligaci¨®n en una marca que empez¨® haciendo marroquiner¨ªa tradicional. La colecci¨®n incluye nuevos bolsos en piel blanca y negra, adem¨¢s de actualizar exitosos modelos como el Gate?y el Puzzle, a los que se incorporan detalles de paja y de rafia.

El otro protagonista del d¨ªa fue otro joven dise?ador, Olivier Rousteing, al frente de Balmain desde 2011, que entreg¨® una colecci¨®n muy inspirada en los a?os 80, lo que se tradujo en hombreras marcadas y faldas escuetas. Esta vez sus creaciones quieren ser escult¨®ricas y parecen experimentar tambi¨¦n con vol¨²menes curvil¨ªneos que se distancian de la l¨ªnea que Rousteing ha seguido en los ¨²ltimos a?os.

El modisto apost¨® por una mayor¨ªa de vestidos en blanco y negro, alternados con detalles metalizados y prendas vaqueras, que deber¨ªan hacer las delicias de las it girls angloamericanas que le rinden pleites¨ªa. Sin ir m¨¢s lejos, la actriz y modelo Cara Delevingne, que ya fue imagen de Balmain en 2014, volvi¨® a desfilar para Rousteing sobre una pasarela donde sonaron cl¨¢sicos ochenteros como INXS y Duran Duran. Por lo menos la selecci¨®n musical no enga?aba a nadie.