Ser un ni?o pobre en tres dimensiones

En la carrera de la vida no todas las pistas son iguales. Mientras unos disfrutan de condiciones que les permiten alcanzar su m¨¢ximo potencial desde la infancia, otros se enfrentan a aut¨¦nticas carreras de obst¨¢culos. Estas desigualdades acaban de ser puestas de manifiesto en Panam¨¢, donde uno de cada tres ni?os ve reducidas sus opciones desde la propia l¨ªnea de salida. As¨ª lo ha revelado el ?ndice de Pobreza Multidimensional Infantil (IPM), una m¨¦trica innovadora cuyos resultados acaba de sacar a la luz este Estado centroamericano, el primer pa¨ªs de Am¨¦rica Latina y el Caribe en aplicar esta metodolog¨ªa.

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Seg¨²n este ¨ªndice, el 32,8% de los menores de 17 a?os de Panam¨¢ se encuentra en condiciones de pobreza multidimensional, es decir, m¨¢s de 450.000 ni?os y adolescentes se ven privados de tres o m¨¢s aspectos que son vitales para su desarrollo: educaci¨®n e informaci¨®n, salud y alimentaci¨®n, agua y saneamiento, protecci¨®n y recreaci¨®n o vivienda. Esta situaci¨®n es m¨¢s aguda entre los ni?os de las comarcas ind¨ªgenas y de las ¨¢reas rurales de dif¨ªcil acceso; de hecho, la pobreza multidimensional sobrepasa el 50% en provincias como Bocas del Toro o Dari¨¦n y es superior al 90% en las comarcas de Guna Yala o Ng?be Bugl¨¦.

Los ni?os m¨¢s peque?os son los que presentan las mayores carencias, tanto en lo relativo a pobreza multidimensional como a la pobreza por ingresos. El 35,5% de los menores de 10 a?os sufre pobreza multidimensional, lo que representa m¨¢s del 58% de todos los ni?os y adolescentes en situaci¨®n de pobreza. Seg¨²n datos de la Encuesta de Hogares del a?o 2017, el 37% de los menores de cinco a?os vive en situaci¨®n de pobreza y el 20% padece pobreza extrema.

La primera infancia ve limitado, adem¨¢s, el acceso a servicios b¨¢sicos, alimentaci¨®n adecuada y oportunidades de aprendizaje y desarrollo, elementos cruciales en esta etapa de la vida. Durante los primeros cinco a?os de la vida de un ni?o se produce un desarrollo exponencial de sus funciones cognitivas y los efectos perduran hasta la vida adulta. Los ni?os que reciben desde el nacimiento el afecto, nutrici¨®n, cuidados y est¨ªmulos necesarios tienen mayor probabilidad de permanecer y tener ¨¦xito en la escuela, dependen en menor medida de la asistencia social y se insertan de una manera m¨¢s productiva en el mundo laboral. Los primeros a?os constituyen, pues, una ventana de oportunidad ¨²nica en la que se debe actuar con mayor intensidad para cerrar las brechas en el desarrollo.

Sin embargo, seg¨²n datos del Ministerio de Educaci¨®n Paname?o, en el a?o 2013 solo el 6% de los menores de 3 a?os en Panam¨¢ estaba inscrito en alg¨²n programa de educaci¨®n inicial, mientras que un tercio de los ni?os en edad preescolar no formaba parte de esta oferta educativa. La situaci¨®n se agrava seg¨²n el grado de pobreza de la familia. La ¨²ltima Encuesta de Indicadores M¨²ltiples por Conglomerados (Encuesta MICS, por sus siglas en ingl¨¦s) realizada por UNICEF en el a?o 2013, revel¨® que cuanto menor es el nivel educativo de la madre, o cuanto mayor sea la pobreza en el hogar, menor es el acceso de los ni?os peque?os a la estimulaci¨®n temprana o a programas de cuidado o educaci¨®n inicial. A modo de ejemplo, s¨®lo 6% del total de la los matriculados en el Centro de Atenci¨®n Integral de la Primera Infancia (CAIPI), que brinda atenci¨®n y educaci¨®n a los ni?os de 0 a 4 a?os de Panam¨¢, corresponde a ni?os en ¨¢reas ind¨ªgenas.

Panam¨¢ ha hecho ingentes esfuerzos para cerrar las brechas que impiden el desarrollo de la primera infancia. Desde el gobierno y con el apoyo de organismos multilaterales como el Banco Interamericano de Desarrollo, se han impulsado pol¨ªticas nacionales para la atenci¨®n integral que han contribuido a aumentar progresivamente la cobertura de preescolar con aulas y nombramiento de docentes; se ha expandido la matr¨ªcula y los est¨¢ndares de calidad de los CAIPI con capacitaci¨®n docente, se han mejorado infraestructuras o se ha ampliado la cobertura de programas de salud infantil. M¨¢s recientemente, se han puesto en marcha programas de apoyo parental y de estimulaci¨®n temprana en el hogar mediante visitas domiciliarias. Con todo, en un pa¨ªs donde el crecimiento econ¨®mico de la ¨²ltima d¨¦cada ha permitido una reducci¨®n progresiva y sostenida de la pobreza general y extrema, revertir la situaci¨®n de pobreza de la ni?ez sigue siendo una tarea urgente.

Los ni?os son m¨¢s vulnerables ante la pobreza. Es una situaci¨®n que no depende de ellos y carecen de los instrumentos para combatirla. Adem¨¢s, padecen de forma m¨¢s duradera sus consecuencias puesto que se genera un ciclo nocivo de crecimiento intergeneracional de la pobreza y de la desigualdad. Los resultados del ?ndice de Pobreza Multidimensional Infantil, son una invitaci¨®n a que otros pa¨ªses consideren esta metodolog¨ªa y marcan un camino hacia el cual continuar dirigiendo esfuerzos: vencer la carrera de obst¨¢culos que impide a los ni?os paname?os alcanzar su potencial y hacerlo desde muy temprano en la vida.

Carolina Freire es especialista en Salud y Protecci¨®n Social del Banco Interamericano de Desarrollo.