As¨ª ha pasado la inteligencia artificial de diagnosticar el c¨¢ncer a tratarlo
La revoluci¨®n laboral del ¡®machine learning¡¯ exige la colaboraci¨®n de los m¨¦dicos con los robots
La nueva revoluci¨®n laboral, protagonizada por el big data y por los programas de inteligencia artificial, es distinta a las anteriores. M¨¦dicos, abogados, publicistas, directivos¡ trabajadores que hist¨®ricamente han podido seguir la automatizaci¨®n con mera curiosidad ya est¨¢n a prueba por su capacidad de colaborar con las m¨¢quinas. En la medicina, el intrusismo digital lleg¨® primero al terreno del diagn¨®stico, con algoritmos capaces de detectar enfermedades como el alzh¨¦imer o el c¨¢ncer de piel de manera m¨¢s fiable que los propios m¨¦dicos. Ahora, la inteligencia artificial se grad¨²a en diagnosticar enfermedades a tratarlas.
¡°Es relativamente f¨¢cil validar programas de detecci¨®n: si el ordenador predice que una persona tiene c¨¢ncer de piel y compruebas que lo tiene, el modelo funciona¡±, explica Aaron Babier, un investigador de la Universidad de Toronto que ha creado un programa capaz de dise?ar tratamientos oncol¨®gicos personalizados. ¡°Con algoritmos de tratamiento es m¨¢s ambiguo: el nuestro funcion¨® muy bien en cuanto a las estad¨ªsticas, pero un m¨¦dico a lo mejor ve las dosis de un plan de tratamiento [generado por el ordenador] y opina que no tienen la distribuci¨®n ¨®ptima. Es m¨¢s subjetivo¡±, a?ade.
Las ventajas de un tratamiento generado por inteligencia artificial pueden ser considerables. Frente a las horas o d¨ªas que le suele llevar a un especialista de f¨ªsica m¨¦dica idear un plan de radioterapia para un paciente con c¨¢ncer, un ordenador puede hacerlo en minutos, previamente entrenado con im¨¢genes y resultados de casos hist¨®ricos. Adem¨¢s, si el programa eval¨²a la respuesta del tumor despu¨¦s de cada sesi¨®n ¡ªcomo lo hace uno dise?ado por investigadores del MIT Media Lab¡ª, puede autorregular sus recomendaciones futuras para mantener las dosis al m¨ªnimo. Sin comprometer los resultados esperados, este proceso reduce la toxicidad y los efectos secundarios del tratamiento. Otro programa inform¨¢tico cre¨® planes completos de radioterapia que resultaron ser mejores que los recomendados por especialistas en un 83% de los casos, seg¨²n la evaluaci¨®n ciega de dos onc¨®logos reclutados por los creadores del modelo en la Universidad de California.
Gran parte de esta innovaci¨®n se produce en el extranjero, encabezada por empresas privadas como IBM, pionera en la inteligencia artificial aplicada a la oncolog¨ªa, gracias a su robot estrella, Watson, y Google, que colabora con hospitales p¨²blicos de University College London en Reino Unido para poner a prueba su algoritmo generador de radioterapias personalizas, DeepMind Health. Pero la tecnolog¨ªa todav¨ªa est¨¢ en pa?ales. El superordenador Watson en ocasiones recomendaba tratamientos de c¨¢ncer ¡°peligrosos e incorrectos¡±, seg¨²n informa la revista estadounidense de salud STAT, que tuvo acceso a documentos internos de IBM. Olaf Ronneberger, investigador senior del equipo de DeepMind Health en Londres, asegura que los resultados del programa de Google son ¡°muy prometedores¡±, pero a¨²n est¨¢n lejos de llevar la inteligencia artificial a los pacientes de c¨¢ncer.
El uso de la inteligencia artificial para tratar c¨¢ncer por ahora est¨¢ limitado a pilotos
Empresas como la espa?ola Quibim ya trabajan con algoritmos avanzados de procesamiento de im¨¢genes m¨¦dicas para detectar cambios producidos por la enfermedad o tratamientos. En la cl¨ªnica, estas aplicaciones se circunscriben al diagn¨®stico y la monitorizaci¨®n; los an¨¢lisis de imagen realizados por las m¨¢quinas ayudan a los onc¨®logos a optimizar su tratamiento, pero en ning¨²n caso los sustituyen. ¡°La m¨¢quina delimita los p¨ªxeles de la lesi¨®n mucho mejor que el ojo humano, pero todav¨ªa hay que comprobar que el software no se equivoca¡±, explica Francisca Mulero, jefa de la unidad de imagen molecular del Centro Nacional de Investigaciones Oncol¨®gicas (CNIO). El impacto que tendr¨¢ la inteligencia artificial en el sector es dif¨ªcil de prever, dado que por ahora est¨¢ limitado a pilotos alejados de la rutina cl¨ªnica. Sin embargo, los r¨¢pidos avances tecnol¨®gicos sacan a relucir el problema del digital mismatch, la asimetr¨ªa entre las habilidades tecnol¨®gicas exigidas y las competencias reales de los profesionales.
Un estudio reciente de la Comisi¨®n Europea muestra que nueve de cada diez puestos de trabajo requerir¨¢n aptitudes digitales en la pr¨®xima d¨¦cada pero que el 44% de los europeos entre los 16 y los 74 a?os no tienen las habilidades necesarias para afrontar esta transici¨®n. Sin embargo, Babier asegura que los planes de tratamiento dise?ados por algoritmos no exigen formaci¨®n tecnol¨®gica de los onc¨®logos para que estos puedan aplicarlos a sus pacientes: ¡°El entrenamiento adicional que necesitan los m¨¦dicos es esencialmente nulo. Reciben una soluci¨®n con la que ya est¨¢n acostumbrados a trabajar, y que adem¨¢s es espec¨ªfica a la situaci¨®n de su paciente¡±.
Los que no manejen esa tecnolog¨ªa ser¨¢n los que no van a trabajar
Mulero coincide con esta apreciaci¨®n. ¡°Es como usar el m¨®vil. Existen aplicaciones para hacer gestiones del banco y las usan las abuelas, aunque el que lo entiende lo aprovechar¨¢ mejor, l¨®gicamente¡±, dice. Para ella, la cuesti¨®n es de aceptaci¨®n entre los profesionales, m¨¢s que de formaci¨®n, aunque la segunda deber¨ªa de mejorar la primera. ¡°Por ejemplo, la radiolog¨ªa es uno de los campos que m¨¢s se ha adaptado a las ¨²ltimas tecnolog¨ªas. No se va a sustituir a los radi¨®logos, pero los que no manejen esa tecnolog¨ªa ser¨¢n los que no van a trabajar¡±, opina la doctora.
La Comisi¨®n ha elaborado recientemente el Digital Europe Programme, un paquete de medidas de nueve mil millones de euros para promover ¨¢reas como la inteligencia artificial y, sobre todo, competencias y adopci¨®n de tecnolog¨ªas digitales en la sociedad. Empresas privadas est¨¢n implicadas en este frente en Europa y tambi¨¦n multinacionales como Facebook o Microsoft est¨¢n invirtiendo para apoyar las competencias en distintos pa¨ªses de la Uni¨®n, como Espa?a, Italia y Polonia, que sufren el digital mismatch de forma m¨¢s acusada, pero tambi¨¦n en Reino Unido. No obstante, y al margen de los conocimientos t¨¦cnicos que deban adquirir los m¨¦dicos, una clave para integrar la inteligencia artificial en la oncolog¨ªa reside en la consolidaci¨®n de equipos multidisciplinares. ¡°Muchos compa?eros son de formaci¨®n matem¨¢ticos, f¨ªsicos, qu¨ªmicos, ingenieros. Los m¨¦dicos tienen que estar con ellos para sacar m¨¢s rendimiento¡±, se?ala Mulero. ¡°Cuando se juntan un m¨¦dico y un investigador b¨¢sico, son imparables¡±.
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