Deleitarse por la noche con esta jugosa cucurbit¨¢cea es poner a prueba la integridad f¨ªsica, al menos as¨ª lo dice el refr¨¢n (que ya se sabe que encierra la sabidur¨ªa popular): "El mel¨®n por la ma?ana, oro; por la tarde, plata; y, por la noche, mata", una sentencia que, apunta Manuel Mo?ino, miembro de Academia Espa?ola de Nutrici¨®n Diet¨¦tica (AEDN) y presidente del Comit¨¦ Cient¨ªfico de 5 al d¨ªa (Asociaci¨®n para la Promoci¨®n del Consumo de Frutas y Hortalizas), "parece proceder de los tiempos de hambruna y tendr¨ªa su sentido en relaci¨®n con su alto contenido en agua y bajo en otras sustancias importantes, como prote¨ªnas".
Pero ese argumento pertenece al pasado y, "en el contexto actual, este refr¨¢n no tiene nada, nada absolutamente de cierto. Se puede comer mel¨®n por la ma?ana, para comer, por la tarde y por la noche sin que suponga ning¨²n problema para la salud", afirma tajante Mo?ino. Sin embargo, recomienda mesura despu¨¦s de una comida copiosa debido a que "comer una cantidad alta de mel¨®n con el elevado contenido en agua, puede dificultar la digesti¨®n".
Es una fruta muy rica en agua (m¨¢s del 90% de su peso), vitamina C ¡ªimportante por su labor antioxidante¡ª y fibra, que ayuda a la digesti¨®n. Algunas variedades, como el mel¨®n cantalupo, que tiene la pulpa anaranjada, tambi¨¦n aportan vitamina A ¡ªque ayuda a cuidar la visi¨®n, favorece el crecimiento de los huesos y protege el sistema inmune, entre otras labores¡ª y ¨¢cido f¨®lico, que ayuda a la creaci¨®n de nuevas c¨¦lulas en el cuerpo. Aunque s¨ª hay una cara B del mel¨®n, revela el acad¨¦mico: "Algunos de sus componentes pueden provocar reacciones al¨¦rgicas locales como irritaciones, picores en la piel y en la lengua".