?La igualdad genera m¨¢s diferencias entre mujeres y hombres?
Actitudes y valores se distancian entre g¨¦neros a medida que mejoran las condiciones de equidad, seg¨²n un estudio que publica 'Science'
Que las mujeres accedan a mayores recursos, a una independencia econ¨®mica, a una libertad real para elegir en igualdad de condiciones, ?har¨¢ que sus actitudes y valores se diferencien de los de los hombres? ?O, por el contrario, har¨¢ que se parezcan m¨¢s al no estar sometidos a los roles tan distintos que les asigna la desigualdad? Un estudio que publica hoy la revista Science trata de responder a estas preguntas, pero puede que solo sirva para generar m¨¢s dudas.
En naciones m¨¢s igualitarias, como Canad¨¢ y Suecia, las mujeres son m¨¢s altruistas y confiadas, pero menos pacientes y menos proclives al riesgo que las mujeres en Pakist¨¢n y Ghana
Pero antes de las interpretaciones, los datos. Este trabajo se basa en un estudio global realizado con 80.000 sujetos en 76 pa¨ªses. Ese estudio establece las preferencias y valores de hombres y mujeres en seis aspectos distintos de su personalidad (toma de riesgos, confianza, altruismo, paciencia y reciprocidad negativa y positiva) por medio de una serie de experimentos que permite asignarles una puntuaci¨®n. Adem¨¢s, a cada pa¨ªs se le asigna una puntuaci¨®n para evaluar la igualdad en la que viven sus mujeres (¨ªndice de ONU, a?os desde acceso al voto, ratio de trabajadoras...) y se eval¨²a su desarrollo econ¨®mico mediante su productor interior bruto per c¨¢pita. Y con todos esos valores, los investigadores Armin Falk (Universidad de Bonn) y Johannes Hermle (Universidad de Berkeley) buscaron correlaciones.
"Nuestros datos proporcionan un patr¨®n claro: las diferencias de g¨¦nero no son fijas sino maleables y responden a los cambios en el entorno social", explica Hermle a Materia. "Proporcionan evidencia sobre qu¨¦ factores est¨¢n asociados con la variaci¨®n de las diferencias de g¨¦nero en sus preferencias: aumentan con los niveles m¨¢s altos del desarrollo econ¨®mico de los pa¨ªses y su igualdad de g¨¦nero", resume. Es decir, a mayor riqueza del pa¨ªs y mayor igualdad real, m¨¢s distintos se tornan estos rasgos de la personalidad entre hombres y mujeres.
La correlaci¨®n es s¨®lida entre todos los valores estudiados en los experimentos y las variables de desarrollo econ¨®mico y equidad. En pa¨ªses como Suecia, Pa¨ªses Bajos, Canad¨¢ o Reino Unido, los valores encontrados en estos experimentos son notablemente distintos en funci¨®n del g¨¦nero. En estas naciones m¨¢s avanzadas e igualitarias, las mujeres son m¨¢s altruistas y confiadas, pero menos pacientes y menos proclives al riesgo que las mujeres en pa¨ªses como Pakist¨¢n o Ghana. All¨ª, los resultados de ellas en estas preferencias son mucho m¨¢s similares que a los de sus compatriotas hombres.
"Nuestros datos proporcionan un patr¨®n claro: las diferencias de g¨¦nero no son fijas sino maleables y responden a los cambios en el entorno social", explica Hermle
A partir de aqu¨ª, la cuesti¨®n se complica al tratar de interpretar los datos. Falk y Hermle no se mojan especialmente en su trabajo a la hora de justificar esta correlaci¨®n y se limitan a plantear una hip¨®tesis de partida: la hip¨®tesis de los recursos. Seg¨²n Hermle, esta idea se desarrolla en dos aspectos: primero, una mayor disponibilidad de recursos materiales y sociales brinda mayores oportunidades para el desarrollo sin restricciones y la expresi¨®n de preferencias. "Si las condiciones de vida materiales son duras, las personas podr¨ªan no actuar de acuerdo con sus preferencias, sino que se las obliga a actuar debido a las condiciones externas. Esto permite a mujeres y hombres perseguir ambiciones y preferencias potencialmente espec¨ªficas de g¨¦nero", asegura el economista de Berkeley.
Por otro lado, la igualdad de g¨¦nero "le da a las mujeres la posibilidad de expresar opiniones o preferencias que son diferentes de los hombres" sin tapujos ni problemas. Eso s¨ª, Hermle reconoce que esta hip¨®tesis no propone mecanismos sobre qu¨¦ impulsa las diferencias de g¨¦nero en el nivel individual, pero que explicar¨ªa c¨®mo funciona en el plano social, que facilitan el desarrollo y la expresi¨®n de las diferencias de g¨¦nero entre los pa¨ªses. Por ejemplo, reh¨²ye plantear si hay un origen biol¨®gico o evolutivo en estas diferencias, ¨²nicamente que se manifiestan en funci¨®n del contexto social.
La investigadora S¨ªlvia Claveria, especialista en desigualdad de g¨¦nero de la Universidad Carlos III, identifica varios problemas en el estudio. Para empezar, niega la mayor: "El crecimiento econ¨®mico no fomenta la igualdad de g¨¦nero. Tenemos ejemplos en pa¨ªses muy ricos por el petr¨®leo en los que las mujeres siguen siendo ciudadanas de segunda", expone Claveria. A esta experta, que acaba de publicar El feminismo lo cambia todo, tampoco le convence el planteamiento del estudio, en el que se proponen unos resultados sin dar una explicaci¨®n robusta del porqu¨¦: "Normalmente, necesitamos una explicaci¨®n s¨®lida para mostrar que una correlaci¨®n como la que ellos encuentran no es espuria".
"El crecimiento econ¨®mico no fomenta la igualdad de g¨¦nero. Tenemos ejemplos en pa¨ªses muy ricos por el petr¨®leo en los que las mujeres son ciudadanas de segunda", expone Claveria
Adem¨¢s, Claveria advierte que los resultados son "sorprendentes" porque van en contra de lo que se ha publicado hasta ahora en la literatura cient¨ªfica. "Te¨®ricamente se tendr¨ªan que reducir las diferencias entre g¨¦neros al aumentar la igualdad. Por ejemplo, cuando hay mayor desigualdad a los hombres se les premia por tomar m¨¢s riesgos y a las mujeres por ser m¨¢s precavidas. Lo mismo con la confianza". Lo normal, considera Claveria, es que a medida que aumenta la igualdad, las mujeres no dependieran tanto de estos incentivos que las someten en determinados roles por su g¨¦nero.
No obstante, Hermle no teme que su estudio pueda generar controversia o malas interpretaciones en el debate social abierto en estos d¨ªas por el impulso de las feministas. "Nuestros hallazgos subrayan, en cambio, la importancia del empoderamiento y la representaci¨®n de las mujeres en la toma de decisiones de la sociedad, en la sociedad en su conjunto y m¨¢s espec¨ªficamente, por ejemplo, en las empresas o en los gobiernos", afirma el investigador. "Una mayor representaci¨®n femenina puede empoderar a una sociedad para reflejar preferencias m¨¢s diversas y tambi¨¦n mejorar los resultados de las pol¨ªticas, como demuestran estudios previos anteriores, y por tanto puede llevar a una toma de decisiones m¨¢s democr¨¢tica y eficiente", asegura.
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