Te falta empat¨ªa
Como escribi¨® Milan Kundera, no hay nada m¨¢s insensible que un hombre sentimental
?Por qu¨¦ lo llaman amor cuando quieren decir sexo?, se preguntaba Groucho Marx, y parafraseando a Raymond Carver es dif¨ªcil saber de qu¨¦ hablamos cuando hablamos de empat¨ªa. El psic¨®logo Paul Bloom cuestionaba que fuera algo tan positivo como solemos creer. En su opini¨®n, sentir lo que otros sienten es una aspiraci¨®n loable y muchas veces ¨²til ¡ªpor ejemplo, para concienciar y movilizar¡ª, pero en otras ocasiones es contraproducente. Entre los problemas que se?alaba est¨¢ su parcialidad: es m¨¢s f¨¢cil sentir empat¨ªa hacia unos tipos de persona que hacia otros. Adem¨¢s, la empat¨ªa nos permite centrarnos en un caso concreto ¡ªel sufrimiento de una persona¡ª, pero no distingue entre cantidades, y hace que nos conmueva m¨¢s que algo que afecte a m¨¢s gente. Bloom defend¨ªa que la compasi¨®n racional ¡ªbasada en valorar que el otro sufre, no en sentirlo¡ª era una actitud m¨¢s interesante.
En determinado nivel, el prestigio de la empat¨ªa puede relacionarse con un cierto progreso moral, con una mayor intolerancia al sufrimiento de los dem¨¢s, con una ampliaci¨®n de nuestra imaginaci¨®n ¨¦tica. Y puede vincularse con la idea del liberalismo de Judith Shklar: el liberal es quien piensa que la crueldad es lo peor que se puede hacer. Pero muchas veces, deriva en una forma de lo que David Trueba ha denominado ¡°tiran¨ªa de la ternura¡±, que combina opiniones gregarias, moralizaci¨®n y sentimentalismo. Jill Lepore ha escrito que la empat¨ªa, con su ¨¦nfasis en el papel de las v¨ªctimas, produce distorsiones e injusticias en el sistema judicial estadounidense. Adem¨¢s, sirve para reforzar nuestros instintos tribales. A quien piensa de forma distinta le reprochamos que carezca de esa emoci¨®n, y que no tenga esa preocupaci¨®n por el sentimiento de los dem¨¢s justifica que no nos importe lo que le pase. Esto ofrece ventajas t¨¢cticas: puedes participar o aprobar un linchamiento y al mismo tiempo sentirte bien contigo mismo, que es de lo que se trata. Como escribi¨® Milan Kundera, no hay nada m¨¢s insensible que un hombre sentimental. Y quiz¨¢ por eso, en nuestro tiempo piadoso, cuando echan al director de una revista, o una persona se enfrenta a una oleada de incomprensi¨®n o a ataques por una opini¨®n impopular, siempre hay alguien que se?ala su error: ¡°Le falt¨® empat¨ªa¡±. @gascondaniel
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.