Izquierdas posibilistas

Podemos ha aceptado unirse al proyecto de Presupuestos del Gobierno de Pedro S¨¢nchez, en lo que parece una abierta aceptaci¨®n de que los cambios en el sistema deben hacerse desde las instituciones, y de que ¨¦sta es la v¨ªa obligada para avanzar en su estrategia de mejora social. La l¨®gica detr¨¢s de esta colaboraci¨®n no es otra que la modificaci¨®n del sistema pol¨ªtico desde dentro. Y al igual que el nuevo PSOE de Pedro S¨¢nchez es, en gran medida, producto del impacto de Podemos en la reconfiguraci¨®n de los espacios pol¨ªticos, el Podemos de ahora es fruto de su interacci¨®n con el PSOE, y muestra un cierto viraje hacia posiciones socialdem¨®cratas. Adem¨¢s de una podemizaci¨®n del PSOE, lo que se est¨¢ produciendo es un psoeficaci¨®n de Podemos.

Pablo Iglesias ha declarado en reiteradas ocasiones que su partido no surgi¨® de una asamblea del 15-M. Lo cierto es, sin embargo, que la formaci¨®n violeta fue la expresi¨®n pol¨ªtica m¨¢s representativa de la brecha generacional y social que cristaliz¨® al calor de la crisis econ¨®mica. Desde entonces, Podemos aspira a vertebrar pulsiones sociales que necesitaban ser canalizadas por la v¨ªa institucional y a trav¨¦s de pol¨ªticas p¨²blicas efectivas. Su identidad, no obstante, ha ido movi¨¦ndose en la palpable contradicci¨®n entre una vocaci¨®n antisistema y la decisi¨®n consciente de integrarse en las instituciones, de la que su posici¨®n ante los Presupuestos ser¨ªa hasta ahora la manifestaci¨®n m¨¢s representativa.

Esta tensi¨®n en Podemos es la que estar¨ªa detr¨¢s de la visita de Iglesias a prisi¨®n para reunirse con el l¨ªder de ERC, Oriol Junqueras. El Gobierno ha asegurado que se trata de una iniciativa unilateral de su socio, no de un encargo destinado a superar la inicial negativa de los independentistas a aprobar las cuentas p¨²blicas. A¨²n as¨ª, Iglesias ha vuelto a demostrar su habilidad para jugar con ventaja en ambos casos: si su gesti¨®n con Junqueras obtiene resultados, la aprobaci¨®n de los Presupuestos aparecer¨¢ como obra suya; a sensu contrario, el beneficio ser¨¢ reforzar la posici¨®n de Podemos en Catalu?a.

Aunque la pol¨ªtica de bloques no cesa de consolidarse como consecuencia de la pugna entre el PP y Ciudadanos por un mismo espacio pol¨ªtico, un aumento del peso electoral de la derecha podr¨ªa terminar con la unidad de la izquierda que est¨¢ manifest¨¢ndose en la negociaci¨®n de los Presupuestos, y obligar a Iglesias a buscar un tipo de oposici¨®n diferente. Los espacios que acaben ocupando PSOE y Podemos no est¨¢n cerrados, y si la ¨²nica v¨ªa de acceso al poder que parece tener Iglesias es apoyando a S¨¢nchez, el l¨ªder socialista cuenta con distintas alternativas para mantenerse en ¨¦l. Por este motivo, har¨ªa mal S¨¢nchez dando por hecho que su alianza con Podemos es el ¨²nico sendero transitable para desarrollar un programa de Gobierno, sobre todo cuando, como en la negociaci¨®n actual, las eventuales ventajas nunca son superiores a los riesgos. Aunque la tendencia del Parlamento a congelarse en una pol¨ªtica de bloques basada en la f¨¦rrea divisi¨®n entre izquierda y derecha permanece invariable, lo cierto es que las opciones pol¨ªticas est¨¢n m¨¢s abiertas que nunca, y que la ciudadan¨ªa est¨¢ preparada para aceptar apoyos m¨¢s transversales. Ese fue otro de los mensajes del 15-M, que no s¨®lo vale para Podemos sino para la totalidad de unas fuerzas pol¨ªticas obligadas a componer alianzas en un Parlamento sin mayor¨ªas inequ¨ªvocas.