Hacerse cargo
Si el mercado lo coloniza todo, solo el dinero marcar¨¢ la pauta social
Les pregunto: ?Se puede comprar todo? ?Qu¨¦ consecuencias morales tendr¨ªa? Porque a veces parece que ni siquiera nos planteamos estas preguntas clave, cuando la realidad es que pocas cosas carecen de precio: cazar un rinoceronte negro en peligro de extinci¨®n cuesta 150.000 d¨®lares; el vientre de una mujer india, 6.250; lanzar a la atm¨®sfera una tonelada de CO2, apenas 13 euros. Son solo algunos de los ejemplos con los que comienza Lo que el dinero no puede comprar, de Michael Sandel, flamante premio Princesa de Asturias de las Ciencias Sociales.
Lo mejor de este profesor de Harvard no es c¨®mo nos incita a pensar con sus preguntas, ni siquiera su apuesta por la vieja concepci¨®n socr¨¢tica de una educaci¨®n dialogante, reflexiva y cr¨ªtica, capaz de sacudir nuestra visi¨®n rutinaria de las cosas. Lo extraordinario es c¨®mo, cuando la discusi¨®n p¨²blica se ha reducido a solo dos visiones antag¨®nicas del mundo (liberales versus populistas), sea capaz de devolvernos a la profundidad real de los problemas del mundo que habitamos. Y si no, piensen en lo siguiente: ?Qu¨¦ consecuencias tiene el uso mercantil de la protecci¨®n medioambiental, la procreaci¨®n o la vida de los animales? Son preguntas cl¨¢sicas que, por alguna raz¨®n, hemos desplazado del centro del debate.
Se refieren todas ellas a bienes sociales fundamentales ya invadidos por la l¨®gica del mercado, impidiendo as¨ª la reflexi¨®n sobre su dimensi¨®n p¨²blica o el significado que les damos. Por ejemplo, ?por qu¨¦ est¨¢ tan viciado el debate sobre la sanidad? ?Por qu¨¦ a veces es tan dif¨ªcil defender que es un bien social que no debe depender de la renta o los ingresos? Se trata de una discusi¨®n fundamentalmente pol¨ªtica, pero su espacio deliberativo ha sido fagocitado por el mercado. ?El resultado? Desigualdad y corrupci¨®n, porque tratar la salud y el cuerpo como mercanc¨ªas que pueden comprarse y venderse en partes distorsiona nuestra dignidad y nuestro autorrespeto como seres humanos.
Es un debate clave y antiguo: si el mercado lo coloniza todo, cosas como los cuidados m¨¦dicos o la educaci¨®n de los hijos depender¨¢n de nuestros ingresos, y solo el dinero marcar¨¢ la pauta social, estableciendo diferencias insalvables entre nosotros. Es una de las causas del vaciamiento de las clases medias, pero el problema no es solo de ¨ªndole material y moral. En alg¨²n punto hemos extraviado las nociones de libertad e igualdad, extirp¨¢ndoles su condici¨®n de valores al reducirlas al libre intercambio mercantil entre falsos iguales. Porque los mercados, como nos instruy¨® Toni Judt, no generan confianza, cooperaci¨®n o acci¨®n colectiva para el bien com¨²n. Somos los ciudadanos, y la pol¨ªtica, quienes debemos hacernos cargo.
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