La extra?a (y poco favorecedora) moda de las mallas de ciclista llega en su versi¨®n ¡®low cost¡¯
La tendencia instaurada por Kim Kardashian y Kanye West inunda las redes sociales y, ahora tambi¨¦n, las tiendas
Pasearse por Instagram suele ser sin¨®nimo de cotilleo. Sin embargo, tambi¨¦n son legi¨®n quienes usan esta red social para cazar tendencias. Desde hace varios meses, hay una que se extiende como una plaga entre famosas, influencers y wannabe: las mallas de ciclista.
La locura por esta prenda naci¨® en Estados Unidos, de la mano de una de las familias m¨¢s copiadas de todos los tiempos gracias a su reality show: Keep Up with the Kardashian. En efecto, se trata de las cinco hijas de Kris Jenner. Son ellas quienes les han devuelto la vida a las viejas mallas. S¨ª, s¨ª, esas que llevas usando toda la vida para ir al gimnasio; esas que se venden en Decathlon por menos de ocho euros.
Todo comenz¨® cuando Kanye West, marido de Kim Kardashian, tir¨® de la modelo y empresaria para promocionar su nueva l¨ªnea de ropa. Ella, ni corta ni perezosa, abandon¨® moment¨¢neamente a mediados de octubre del a?o pasado sus ya conocidos (y siempre pol¨¦micos) posados, para protagonizar una campa?a encubierta en la que convert¨ªa su Twitter e Instagram en el mejor escaparate de la colecci¨®n Yeezy Season 6. Al poco tiempo, el tan caracter¨ªstico estilo, ya conocido como Calabasas, por la zona en la que vive esta familia en Los ?ngeles, se convirti¨® en un referente para el resto de celebrities, que no dudaron en adoptar aquellas mallas de ciclismo, que ya se hab¨ªan convertido en una se?a de identidad de Kim Kardashian.
Y como de tendencias locas y extravagantes viven las influencers, tras el verano, este estilismo ha llegado a Espa?a gracias a Jessica Goicochea, quien ha dise?ado unas para su l¨ªnea de ropa. Tambi¨¦n han contribuido a su extensi¨®n Gigi Vives, Teresa Andr¨¦s Gonzalvo e incluso la artista Rosal¨ªa. Combinaciones imposibles, colores fl¨²or, acompa?adas por un total look deportivo o por brillos y tacones, para la noche, para el d¨ªa, para la oficina¡ parece que es la prenda estrella de la temporada, y no dejo de preguntarme por qu¨¦ algo tan absurdo, que no favorece a casi nadie, est¨¢ inundando las calles. Tambi¨¦n me asaltan dudas sobre si puede llegar a ser una moda un poco nociva para quien quiera verse como en esas estupendas (y muy poco naturales) fotograf¨ªas de Instagram, ya que la pernera apretada justo por encima de la rodilla puede provocar dudas (injustificadas) en quien no tiene los muslos tan tonificados.
Sorprende que la segunda del clan Kardashian e incluso Khlo¨¦, la tercera, que siempre han alardeado de sus curvas, y por las que las firmas de moda hab¨ªan comenzado a ampliar su espectro a cuerpos m¨¢s naturales, hayan olvidado esta premisa. Desde que Kim tuvo a su segundo hijo, Saint, y Khlo¨¦ dej¨® su relaci¨®n con el jugador de la NBA Lamar Odom han abandonado su silueta m¨¢s real. De hecho, hace poco Kim se enorgullec¨ªa en las redes sociales de que sus hermanas le dijeran que estaba anor¨¦xica.
No obstante, para quien quiera subirse al carro, las mallas ya son una moda accesible para todo el mundo. Poco tiempo han tardado las firmas low cost, las grandes democratizadoras de tendencias, en reproducirlas.
Zara ha hecho su propia versi¨®n en un estilo m¨¢s denim, de talle alto y el¨¢sticas por 22,95 euros. Mientras que Stradivarius trae la versi¨®n m¨¢s sencilla y barata con una malla simple en color negro por ocho euros.
Pull and bear la ha reproducido por partida doble: negra y b¨¢sica por casi 13 euros, adem¨¢s de la versi¨®n bermuda en denim con el bajo desflecado a 19,99 euros.
En Asos se pueden encontrar en todas las formas, texturas y colores posibles. En estilo leopardo, negras y con brillo, en color oliva o repletas de lentejuelas, para no pasar inadvertida.
Tambi¨¦n puedes acudir a Top Shop si quieres algo diferente (y caro). All¨ª encontrar¨¢s la versi¨®n de terciopelo, adem¨¢s de unas confeccionadas en piel por 170 euros.
Aunque otra opci¨®n es seguir yendo a Decathlon o a cualquier tienda de ropa de deporte y comprarlas. O quiz¨¢s te puedan servir esas que compraste en enero para ir al gimnasio, como parte de tus nuevos prop¨®sitos del a?o, y que nunca llegaste a utilizar.
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