Cuidado con a qui¨¦n abres la puerta: diez cr¨ªmenes reales que asolaron Halloween
Disfraces terror¨ªficos, alcohol, ambiente siniestro... Algunos asesinos han aprovechado esta noche festiva para perpetrar sus cr¨ªmenes
La noche de Halloween combina ¨¢nimo festivo, alcohol, m¨¢scaras y gusto morboso por lo siniestro. Con esa explosiva combinaci¨®n no es de extra?ar que varios de los cr¨ªmenes m¨¢s llamativos y horrendos de la cr¨®nica negra hayan tenido lugar en esa fecha. Repasamos algunos de los m¨¢s significativos. Cuidado, estas historias de terror son reales.
El caso del chico que fue a la fiesta a arreglarlo con su novia y acab¨® muerto
La tarde del 30 de octubre de 2010, el joven universitario de Bogot¨¢ Luis Andr¨¦s Colmenares dudaba si acudir o no a la fiesta de Halloween en la discoteca Penthouse. Lleg¨® a redactar una lista de pros y contras, y en los pros escribi¨®: ¡°Arreglar el problema con Laura¡±. Ella era una adinerada compa?era de clase con la que sal¨ªa desde hac¨ªa pocas semanas. Decidi¨® ir: varias fotos le muestran disfrazado de diablo y a Laura Moreno de Minnie Mouse, divirti¨¦ndose junto a varios amigos. Horas despu¨¦s, el cad¨¢ver de Luis Andr¨¦s aparec¨ªa en un r¨ªo. As¨ª se inicia uno de los casos m¨¢s medi¨¢ticos de los ¨²ltimos tiempos en Colombia.
Aunque en un inicio su muerte fue considerada un accidente provocado por la ebriedad, la familia Colmenares contrat¨® una investigaci¨®n forense particular despu¨¦s de que la madre de Luis Andr¨¦s declarase que se le hab¨ªa aparecido su hijo en sue?os susurr¨¢ndole: ¡°Mami, la prueba est¨¢ en mi cuerpo, b¨²squenla¡±. La conclusi¨®n fue mucho m¨¢s dram¨¢tica: asesinato.
Se esgrimi¨® que el joven hab¨ªa muerto tras una brutal paliza y que su cad¨¢ver solo fue arrojado al agua horas despu¨¦s de muerto. Siguieron varios juicios al exnovio de Laura, Carlos C¨¢rdenas, la teor¨ªa de que los escoltas de la joven hab¨ªan acabado con el estudiante, contradicciones en los testimonios, falta de pruebas y la absoluci¨®n tanto de C¨¢rdenas como de Laura Moreno y Yesi Quintero, otra amiga que hab¨ªa salido aquella noche. Tras el ¨²ltimo juicio en 2017, la versi¨®n oficial es que la muerte de Luis Andr¨¦s Colmenares se produjo de forma accidental, pero la fiscal¨ªa y la familia mantienen la teor¨ªa del asesinato.
El hombre que mat¨® Halloween
Y la leyenda urbana por antonomasia de Halloween se hizo realidad. El at¨¢vico miedo a las chucher¨ªas envenenadas y las manzanas de caramelo que ocultan cuchillas de afeitar tiene un terrible precedente que tuvo lugar en Texas en 1974. El peque?o de ocho a?os Timothy O¡¯Brian mor¨ªa envenenado tras tomar una barra de Pixie Stix, un caramelo de pica pica en polvo todav¨ªa muy popular que hab¨ªa sido envenenado con cianuro. El doble horror vino cuando se demostr¨® que su propio padre hab¨ªa sido el asesino, que agobiado por las deudas intent¨® cobrar varios seguros de vida que hab¨ªa contratado para el ni?o. Adem¨¢s, intentando encubrir su crimen, le hab¨ªa dado Pixie Stix envenenados tambi¨¦n a su otra hija Elizabeth y a varios ni?os del vecindario m¨¢s, pero estos no llegaron a consumirlos. Ronald O¡¯Brian fue condenado a muerte y ejecutado diez a?os despu¨¦s, ya convertido para los restos en ¡°el hombre que mat¨® Halloween¡± o en el aut¨¦ntico ¡°Candyman¡±.
C¨®mo el lanzamiento de un huevo puede acabar en drama
Un cl¨¢sico de la fiesta en Estados Unidos es arrojar huevos a coches de desconocidos. Karl Jackson no se lo tom¨® muy bien cuando unos adolescentes se lo hicieron la noche de Halloween de 1998, mientras iba a recoger con su novia al hijo de esta que estaba en una fiesta. Descendi¨® del veh¨ªculo, tuvo una breve discusi¨®n con los chicos que le hab¨ªan lanzado los huevos, y al volver a entrar en el coche uno de ellos sac¨® un arma y le dispar¨®. El asesino era Curtis Sterling, de solo 17 a?os. El New York Times se?ala que desde 1984 han sido heridas o asesinadas en incidentes relacionados con lanzamientos de huevos durante la noche de difuntos 24 personas.
El asesino del palo de golf que era sobrino de Kennedy
La noche de Halloween del 75 la quincea?era Martha Moxley acudi¨® a una fiesta en casa de los Skakel, sus vecinos en el exclusivo barrio de Belle Haven, en Greenwich, Connecticut. Durante la fiesta flirte¨® y se bes¨® con Thomas Skakel, con qui¨¦n fue vista por ¨²ltima vez. A la ma?ana siguiente, el cuerpo de Martha aparec¨ªa sin vida en el patio trasero de su casa. Hab¨ªa sido golpeada hasta la muerte con un palo de golf.
Veinticinco a?os despu¨¦s el otro hermano Skakel, Michael, que tambi¨¦n ten¨ªa 15 a?os cuando ocurrieron los hechos, fue acusado del asesinato. Se daba la circunstancia de que los Skakel eran sobrinos de Ethel Skakel Kennedy, viuda de Bobby Kennedy, por lo que su leyenda y aura les proporcionaba tanto ciertos privilegios como el inter¨¦s desatado de la prensa. El juicio de 2002 conden¨® a Michael a 20 a?os de prisi¨®n, aunque ¨¦l sigue alegando su inocencia. El caso sigue recibiendo la atenci¨®n del p¨²blico 40 a?os despu¨¦s y ha inspirado numerosas obras tanto de ficci¨®n como ensayos, entre ellos la novela Una temporada en el purgatorio, de Dominick Dunne, adaptada al cine en 1996 con un joven Patrick Dempsey como uno de los turbulentos hermanos.
El crimen adolescente de Ripollet que conmocion¨® a Espa?a
Tambi¨¦n en Espa?a un crimen cometido un 31 de octubre de 2008 ha pasado a la memoria popular. Se trata del asesinato de Maores (Mar¨ªa Dolores), una adolescente de Ripollet (Barcelona) que fue asesinada, precisamente, por un compa?ero de clase del que estaba enamorada. A ¨¦l, Sergio, le hab¨ªa dedicado numerosos mensajes en su cuenta de Fotolog, y no desconf¨ªo un momento cuando este fue a buscarla a su casa la v¨ªspera de Todos los Santos, en compa?¨ªa de otro compa?ero de instituto, Luis. Maores sali¨® en zapatillas de casa asegurando que volver¨ªa en cinco minutos. En un descampado cercano, Sergio la degoll¨®. El crimen, cometido por un menor de solo 14 a?os sin un historial de violencia anterior, conmocion¨® a Espa?a y aliment¨® el consabido debate sobre las penas a los delincuentes menores de edad. Cuatro a?os despu¨¦s del asesinato, Sergio sal¨ªa en libertad.
Noche sangrienta en la casa de tres compa?eras
Lauren Meanza, Leslie Mazzara y Adriane Insogna compart¨ªan casa en Napa, California. La madrugada de Halloween de 2004 Lauren se despert¨® sobresaltada en su dormitorio, situado en la planta baja, por los ladridos de su perro. Escuch¨® que alguien entraba en la vivienda y sub¨ªa las escaleras. Pens¨® que se trataba del novio de Leslie, pero minutos despu¨¦s escuch¨® un alarido de terror. Era Adriane pidiendo auxilio. Lauren se asom¨® a la puerta de su habitaci¨®n y vio c¨®mo un hombre bajaba las escaleras rompiendo objetos.
Presa del p¨¢nico, la joven huy¨® hasta el patio trasero de la vivienda, que daba a un muro tan alto que convert¨ªa el espacio en una ratonera. Dentro de casa, el desconocido segu¨ªa movi¨¦ndose, y Lauren escuch¨® de nuevo los gritos de Adriane. Volvi¨® a entrar en la vivienda e intent¨® llamar a la polic¨ªa desde la cocina, pero la l¨ªnea hab¨ªa sido cortada. Sin saber qu¨¦ hacer, Lauren subi¨® a la habitaci¨®n de Adriane. Se encontr¨® la estancia cubierta de sangre, a Leslie acuchillada sobre una pila de ropa y a Adriane detr¨¢s de la cama, todav¨ªa viva pero exang¨¹e por las numerosas pu?aladas que le hab¨ªan propinado. Lauren logr¨® bajar hasta su dormitorio, con los pies descalzos manchados por la sangre de sus compa?eras, y llam¨® a la polic¨ªa desde su m¨®vil. El doble crimen tard¨® un a?o en resolverse. El culpable result¨® ser Eric Copple, marido de Lily Prudhome, una de las amigas de Adriane. ?l mismo confes¨® su autor¨ªa sin dar ning¨²n motivo para los asesinatos.
El crimen del truco o trato
La norma universal de no abrir a los desconocidos se rompe cada noche de Halloween con la tradici¨®n de ir a pedir caramelos por el vecindario. Una precauci¨®n elemental se trasgrede as¨ª para mantener una costumbre inocente y divertida. O eso debi¨® de creer Peter Fabiano cuando llamaron a su puerta la noche de difuntos de 1957. Al otro lado hab¨ªa alguien vestido con una m¨¢scara, pintura y guantes rojos, pero no era un ni?o ni un tard¨ªo adolescente, sino un adulto que le dispar¨® en la cabeza con una pistola envuelta en una bolsa de papel. Semanas despu¨¦s dos mujeres, Goldyne Pizer y Joan Rabel, eran detenidas como coautoras del crimen. Joan hab¨ªa mantenido una relaci¨®n con Betty, la esposa de Fabiano, durante una crisis del matrimonio. Incapaz de superar la ruptura, hab¨ªa convencido a Goldyne, su amiga y probable amante, de que el hombre era malvado y merec¨ªa la muerte. Por amor a Joan, obedeci¨®, y ella fue la que empu?¨® el arma y efectu¨® el disparo. ¡°Las asesinas lesbianas¡± (as¨ª las llamaron) hicieron las delicias de la prensa, que aprovech¨® para identificar a las mujeres homosexuales como peligrosas odiahombres capaces de lo peor.
El psic¨®pata que predijo un asesinato
Ronald Sisman y Elizabeth Platzman fueron asesinados en su apartamento del Chelsea neoyorquino la noche de Halloween de 1981. Lo que podr¨ªa ser otro crimen de los ya tristemente habituales esa fecha adquiere tintes m¨¢s chocantes cuando un preso declara que uno de sus compa?eros de encierro hab¨ªa predicho el crimen. El clarividente no ser¨ªa otro que David Berkowitz, el asesino en serie conocido como ¡°el hijo de Sam¡±. Siempre se hab¨ªa rumoreado que Berkowitz hab¨ªa estado en contacto con una secta sat¨¢nica que le ayudaba a cometer sus delitos; seg¨²n el informante de la prisi¨®n, el reo hab¨ªa hablado de un plan para entrar en alg¨²n apartamento de la zona y realizar un asesinato ritual. El mismo Berkowitz dijo que Ronald Sisman (uno de los asesinados) ten¨ªa grabados algunos de los asesinatos del Hijo de Sam y planeaba entregarlos a la polic¨ªa a cambio de ser exonerado de alguno de sus delitos relacionados con las drogas. Sin embargo, los investigadores no han resuelto a¨²n los cr¨ªmenes de Sisman y Platzman.
El estudiante que llam¨® a la puerta equivocada
Yoshihiro Hattori era un estudiante japon¨¦s de intercambio de 16 a?os que pasaba un curso en Baton Rouge, Luisiana (EE. UU.). La noche de Halloween de 1992, Hattori se dirigi¨® a una fiesta disfrazado de John Travolta en Fiebre del s¨¢bado noche. Pero, poco familiarizado con el vecindario, llam¨® a una casa que no era la correcta. En realidad la fiesta se celebraba a seis casas de all¨ª, en la misma calle. Como no le abr¨ªan, volvi¨® al coche, momento en el que de la casa sali¨® el due?o, Rodney Peairs. ¡°Hemos venido por la fiesta¡±, dijo Hattori, acerc¨¢ndose a ¨¦l. ¡°?Quieto!¡±, le grit¨® Peairs. Pero probablemente el joven no le entendi¨® bien debido a su limitado conocimiento del ingl¨¦s. Hattori llevaba una c¨¢mara que Peairs confundi¨® con un arma, as¨ª que le descerraj¨® un tiro a quemarropa. Dijo que el aspecto del joven daba miedo. El episodio tuvo gran repercusi¨®n en Jap¨®n, donde sirvi¨® para reflexionar sobre el choque cultural con una sociedad, la americana, donde la prevalencia de las armas es absoluta y la idea de defender la propiedad privada llega hasta el extremo.
Confundieron a unos adolescentes vestidos de Halloween con una banda rival
La noche de Halloween de 1993 cinco miembros de la banda callejera Pasadena Blood dispararon contra lo que cre¨ªan que era un grupo de la banda rival, los Crips. Se equivocaban. En realidad eran unos adolescentes disfrazados que volv¨ªan a casa tras una sesi¨®n de ¡°truco o trato¡± por el vecindario. Contribuy¨® a la confusi¨®n que los chicos fuesen muy altos para su edad y que dos de ellos llevasen bandanas negras y azules. Una casualidad letal. Tres de ellos murieron y otros tres sufrieron heridas graves. Tambi¨¦n fueron tres los miembros de la banda condenados, en un caso que se vio como un ejemplo de c¨®mo la violencia intoxicaba la id¨ªlica existencia de los barrios residenciales.
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