Mercados invisibles
Las soluciones de peor calidad acabar¨¢n en manos de aquellas personas que disponen de menos recursos para buscar alternativas en otro lugar
A la derecha le gusta presumir de su capacidad para gestionar la econom¨ªa. Ellos la entienden, afirman.Comprenden sus conceptos b¨¢sicos, empezando por los mercados y su eficiencia para asignar bienes, los aplican de forma realista y desapasionada, sin hacerse demasiadas ilusiones con qu¨¦ puede y qu¨¦ no puede controlar el Estado.
Por eso es tan llamativo que al mismo tiempo se empe?en en intervenir fuertemente, prohibir incluso, el funcionamiento de ciertos mercados. Tomemos la migraci¨®n, por ejemplo. La demanda por emigrar es enormemente inel¨¢stica. En otras palabras: no depende mucho del precio que impongamos al acto de emigrar. Normalmente, la gente no se va de su pa¨ªs por un capricho de un d¨ªa. No es tanto una forma de mantener ciertas comodidades como de buscar una manera viable de vivir tu vida, y la de los tuyos. Si no, nadie se unir¨ªa a una marcha de miles de kil¨®metros a trav¨¦s de Centroam¨¦rica, ni abordar¨ªa un barco inseguro en un mar hostil. Otro ejemplo: tampoco se sube una mujer en un avi¨®n, o se mete en un autob¨²s o un tren, para llegar a un pa¨ªs extra?o a practicarse un aborto para as¨ª poder mantener un ¡°cierto estilo de vida¡±. Ni busca cl¨ªnicas clandestinas en rincones inh¨®spitos de su propia ciudad para salvaguardar sus ¡°diversiones ego¨ªstas¡±.
Dados los costes asociados, independientes de la regulaci¨®n vigente, la decisi¨®n de dejar tu casa o de perder la posibilidad de tener un hijo es una que tomas cuando no te queda otra salida. Entonces acudes a una suerte de mercado para adquirir ese, por mantener el lenguaje econ¨®mico as¨¦ptico, producto. Podemos discutir de qu¨¦ manera damos acceso a estos bienes, pero restringirlo fuertemente como propone la nueva derecha en cada vez m¨¢s pa¨ªses solo va a crear un mercado negro, invisible. En ¨¦l, las soluciones de peor calidad acabar¨¢n en manos de aquellas personas que disponen de menos recursos para buscar alternativas en otro lugar.
La pregunta correcta no es cu¨¢nto queremos reducir la demanda de estos bienes, sino si estamos dispuestos a permitir que quienes los van a consumir igualmente lo hagan en condiciones precarias. Todo, a cambio de que el resto nos podamos sentir (enga?ar) menos responsables de su provisi¨®n. En esto, parad¨®jicamente, la izquierda tiene una posici¨®n m¨¢s realista, desapasionada, ausente de falsas ilusiones de control sobre los mercados, que la derecha conservadora. @jorgegalindo
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