Los horarios espa?oles soliviantan a los escolares portugueses

Comer a las tres de la tarde puede ser normal en Madrid, pero si Portugal va con una hora menos, en cuestiones del almuerzo va con tres. A las 12 se come, y punto. La ruptura con este h¨¢bito ha soliviantado a los padres del alumnado del Instituto Espanhol Giner de los R¨ªos, instalado en las proximidades de Lisboa.

Este colegio es el m¨¢s antiguo de los centros espa?oles en el exterior y en Lisboa goza de buen prestigio. Sin embargo, a comienzos de este curso, la direcci¨®n implant¨® la jornada continua para los alumnos mayores de 11 a?os. El horario va de 8.20 a 15.15, ha desaparecido la hora del almuerzo y hay dos recreos de 15 minutos para siete horas de aulas. El cambio obliga a que, entre unas cosas y otras, los chicos no coman antes de las cuatro de la tarde, cuando llegan a sus casas. Se acab¨® la cantina y ha estallado una nueva guerra luso-espa?ola.

La mayor¨ªa de los padres de los alumnos se enteraron del cambio una semana antes del comienzo del curso. El primer d¨ªa hubo protestas en el patio del colegio y despu¨¦s largas charlas con la direcci¨®n, que acab¨® por aceptar realizar una encuesta entre los padres: el 72% est¨¢ en contra de la novedad. Pese a ello, nada mud¨® en la decisi¨®n de la direcci¨®n, que califica el nuevo horario de ¡°experimental¡± durante este curso. Antes del pr¨®ximo se evaluar¨¢ su implantaci¨®n.

El largo historial del colegio espa?ol ¡ªcon m¨¢s de mil alumnos en la actualidad¡ª parece no ser suficiente para adaptarse al pa¨ªs en donde est¨¢ instalado, ni por el horario nuevo ni por pensar que una cosa as¨ª se disolver¨ªa con el tiempo. Nada de eso. Si en Espa?a, los Ministerios de Educaci¨®n y Exteriores se lavan las manos y en Lisboa sus respectivos ministerios no tienen autoridad para intervenir, el asunto no acaba ah¨ª. En Portugal siempre hay un organismo al que acudir y que se toma muy en serio cualquier asunto.

Es la hora de la Comisi¨®n Nacional de Promoci¨®n de los Derechos y Protecci¨®n de Ni?os y J¨®venes (CNPDPCJ), de Portugal, que ha tomado cartas en el asunto. Y no es para tom¨¢rselo a broma, hace un a?o este organismo consigui¨® que la televisi¨®n dejara de emitir la versi¨®n portuguesa del programa Supernanny, que ha pasado por un mont¨®n de pa¨ªses sin mayores problemas.

Pues ahora el Instituto Espa?ol portugu¨¦s est¨¢ en manos de esta comisi¨®n, que despu¨¦s de un detallado informe se?ala que los ni?os de primaria tienen una hora para almorzar (a la una de la tarde), lo que no ocurre en el caso de los alumnos de la ESO.

La citada CNPDPCJ se?ala que ese horario continuo puede poner en peligro el desarrollo, bienestar y la salud de los ni?os, ¡°en un periodo de crecimiento y desarrollo f¨ªsico particularmente exigente, y que puede perjudicar incluso su rendimiento escolar¡±.

La comisi¨®n pide al Instituto Espa?ol que pondere la alteraci¨®n de los horarios para adaptarlos a los ¡°derechos de los ni?os¡±, y env¨ªa copia del expediente a la Embajada espa?ola y al Ministerio portugu¨¦s de Educaci¨®n.

Al parecer, la decisi¨®n del colegio de que los alumnos se coman un bocata en el recreo de 15 minutos no entra en la Convenci¨®n de los Derechos del Ni?o. Esto no acaba aqu¨ª.