?Jardines en la Plaza Mayor de Madrid? Algunos expertos lo desaconsejan
La elecci¨®n de especies y el nuevo mobiliario de las terrazas son algunas de las razones por las que paisajistas e historiadores desaconsejan que este monumento de la capital se convierta en jard¨ªn
El pasado verano, el Ayuntamiento de Madrid anunci¨® la instalaci¨®n de cientos de jardineras y macetones en la Plaza Mayor, una iniciativa con la que pretende ¡°recuperar la herencia verde¡± de este castizo espacio que fue jard¨ªn durante 93 de sus 401 a?os de historia, entre 1843 y 1936. Tras la Navidad, se dispondr¨¢n 1.000 jardineras con plantas vivaces de floraci¨®n abundante y 100 grandes maceteros con con¨ªferas de dos metros de altura. No todos los expertos en patrimonio y paisajismo respaldan esta decisi¨®n.
La Plaza Mayor, desde su finalizaci¨®n en 1617 durante el reinado de Felipe III, ha sido el escenario de las principales celebraciones paganas y religiosas de Madrid, y as¨ª sigui¨® siendo tras la remodelaci¨®n que hizo Juan de Villanueva en 1790, despu¨¦s del ¨²ltimo gran incendio. Beatriz Blasco, Catedr¨¢tica de Historia del Arte de la Universidad Complutense de Madrid, recuerda que ¡°fue concebida como un espacio c¨ªvico, nunca se pens¨® que su arena o centro estuviera ajardinado, sino di¨¢fano para poder realizar actividades comerciales o l¨²dicas, as¨ª como para permitir el paso y paseo de los viandantes¡±.
Jes¨²s Moraime, paisajista e historiador del jard¨ªn, cree inapropiado que, ¡°siendo el ¨²nico gran espacio urbano que conservamos de la ¨¦poca de esplendor de los Austrias, ideado como una zona de mercado, por tanto libre, se incluyan elementos que entorpezcan la lectura del lugar¡±. Si bien, a finales del siglo XIX, un gran jard¨ªn ocup¨® su centro, el paisajista opina que ¡°no fue una medida muy feliz y, por tanto, ser¨ªa mucho m¨¢s adecuado respetar la impronta original del siglo XVII, en vez la del XIX que fue una mera soluci¨®n de tr¨¢nsito¡±.
Entre 1843 y 1936, pas¨® de ser lonja y foro a escenario para los paseos en sociedad, tan de moda en la ¨¦poca. Para ello, se instalaron fuentes, bancos y farolas y se plantaron acacias, cipreses y cedros, as¨ª como palmeras y variedad de arbustos en los parterres.
Con este cambio de imagen tan llamativo, el Consistorio pretende ¡°devolver a la Plaza Mayor su papel protagonista en la ciudad, un rol que ha tenido a lo largo de la historia de Madrid¡±. Es una decisi¨®n en l¨ªnea con el plan de municipal de colocar a la plaza como centro de un calendario de actividades culturales y fiestas populares. Pero, para Beatriz Blasco, el ajardinamiento es una soluci¨®n ¡°absolutamente ajena al esp¨ªritu de la plaza. Cuando Isabel II coloc¨® el jard¨ªn y las fuentes, fue una decisi¨®n pol¨¦mica y acab¨® elimin¨¢ndose por considerarse ajena a la forma original de la plaza¡±.
Pero esa no es la ¨²nica vez que se ha tratado de intervenir en este s¨ªmbolo del Madrid de los Austrias. En 1936, el arquitecto Fernando Garc¨ªa Mercadal quiso devolver a la plaza su primitivo car¨¢cter eliminando los jardines, pero pronto fue invadida por los autom¨®viles, hasta la construcci¨®n del aparcamiento subterr¨¢neo en 1968. Precisamente este parking bajo el pavimento imposibilita hoy recrear la idea rom¨¢ntica de aquel jard¨ªn estable de finales del XIX, lejano del proyecto actual, basado la instalaci¨®n de elementos m¨®viles.
Con el objetivo de que ¡°la floraci¨®n y el verde sean los protagonistas¡±, el Ayuntamiento tiene previsto renovar toda la plantaci¨®n una vez al a?o, lo que supondr¨¢ la utilizaci¨®n de un total de 2.200 ejemplares. En este sentido, Jes¨²s Moraime considera desafortunado que se haya elegido planta ef¨ªmera o de temporada: ¡°Escoger¨ªa especies perennes que no requieran su sustituci¨®n, ya que genera un coste muy alto y va en contra de las pol¨ªticas de sostenibilidad¡±. La elecci¨®n de las con¨ªferas tampoco es la m¨¢s apropiada en opini¨®n del paisajista, ¡°en un espacio urbano tan rotundo optar¨ªa por algo m¨¢s ligero, m¨¢s liviano¡±.
En la misma l¨ªnea se manifiesta Beatriz Blasco que ha sido, adem¨¢s, comisaria de la exposici¨®n conmemorativa del IV centenario, La Plaza Mayor, retrato y m¨¢scara de Madrid (Museo de Historia de Madrid). Opina que ¡°las plantas no aportan belleza a la plaza, sino que desvirt¨²an su significado original y dificultar¨¢n la contemplaci¨®n de las fachadas y los soportales sin ofrecer ninguna ventaja al paseante¡±.
M¨¢s all¨¢ de la vegetaci¨®n con la que el Ayuntamiento quiere ¡°facilitar una visi¨®n m¨¢s agradable para el ciudadano y contribuir a hacerla m¨¢s amable¡±, el proyecto se basa en la renovaci¨®n y unificaci¨®n est¨¦tica de todo el mobiliario urbano e iluminaci¨®n de las terrazas. El Gremio de restauradores de la Plaza Mayor y el Madrid de los Austrias ha financiado los 400.000 euros de la compra de 2.000 sillas, 700 mesas y 200 separadores, adquiridos a la empresa italiana Pedrali, ¡°proveedora de las principales plazas europeas¡±, seg¨²n el Ayuntamiento.
¡°Es muy pol¨¦mico y desacertado confiar el aspecto de la Plaza Mayor de Madrid, un recinto emblem¨¢tico, al mobiliario de los establecimientos hosteleros que la ocupan. Una plaza que goza ya de muy pocos sitios donde poder sentarse pl¨¢cidamente y sin consumir nada¡±, a?ade Beatriz Blasco, subrayando la ausencia de mobiliario p¨²blico en el plan. No obstante, la historiadora considera positiva ¡°cualquier iniciativa para homogeneizar el aspecto de los elementos de bares y restaurantes del espacio p¨²blico, una idea que deber¨ªa incluir sombrillas, toldos y similares¡±.
Detr¨¢s del futuro cambio de aspecto de la Plaza Mayor hay diversas fuerzas. Hubo una petici¨®n en Change.org y una propuesta ciudadada en los presupuestos participativos, ambas para ajardinar la plaza. No obstante, los m¨¢s cr¨ªticos sostienen que este proyecto no surge de ah¨ª, si no de los hosteleros. Benito Navarrete, profesor de Historia del Arte de la Universidad de Alcal¨¢ de Henares coincide en etiquetar el proyecto como una operaci¨®n est¨¦tica, producto de la gentrificaci¨®n: ¡°Me parece una triste consecuencia del turismo que implica una desnaturalizaci¨®n de la idiosincrasia del uso y funci¨®n de la Plaza Mayor en su contexto hist¨®rico. Es una operaci¨®n de propaganda que solo beneficia a los intereses del consumo masivo y que, en absoluto, piensa en el ciudadano¡±.
Para tratar de impedir esta iniciativa del Ayuntamiento, tres blogs especializados en historia de Madrid (Investigart, Un sereno y Arte en Madrid) han reunido la opini¨®n de m¨²ltiples expertos e iniciado una campa?a en redes sociales con el hashtag #Stopmacetasplazamayor. Si el proyecto sigue su curso, tras el desmontaje del tradicional mercadillo navide?o, comenzar¨¢ el reverdecimiento de una de las postales m¨¢s conocidas de Madrid. Acostumbrada a los cambios de imagen durante sus cuatro siglos de historia y v¨ªctima en muchas ocasiones del horror vacui, el devenir de la Plaza Mayor pasa, en esta ocasi¨®n, por la vegetaci¨®n, en una ciudad considerada como la segunda del mundo en n¨²mero de espacios verdes, seg¨²n el propio Consistorio.
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