Aceptar tu cuerpo a cualquier edad
El paso del tiempo modifica todos los cuerpos, asumir con naturalidad este hecho es un eje clave de la madurez
La relaci¨®n con nuestro cuerpo muchas veces es cr¨ªtica. Especialmente en la adolescencia. Aunque despu¨¦s muta para seguir estando presente a lo largo de nuestra vida. Esa complejidad es quiz¨¢ m¨¢s intensa en la mujer. Donde lo social confunde cuerpo con identidad. Si uno no es bello o se mueve en los c¨¢nones de la belleza es un ser imperfecto. Una idea perversa que todav¨ªa contin¨²a absolutamente presente. La edad y la aparici¨®n de los inevitables cambios vuelve a poner el tema sobre la mesa. Ahora es otro el dilema. Uno debe permanecer joven o al menos parecerlo eternamente. Un paradigma con el que golpean la publicidad y los medios. El mensaje es claro. Si no transmites juventud no mereces atenci¨®n. En todo caso ser¨¢s un proveedor. Un cuidador o alguien que abona los gastos de otros. Pero nunca el centro de las miradas.
Y si los cambios corporales en la adolescencia se dignifican en las series o pel¨ªculas m¨¢s populares. Nadie parece prestar demasiada atenci¨®n a lo que sucede en la madurez. Se sobreentiende err¨®neamente que las personas est¨¢n preparadas para ello. Cuando a menudo no es as¨ª. Los hombres y mujeres tienen conflictos con su peso o la flacidez de su piel. Y pese a lo que ya parece un clich¨¦. Es decir, los cincuenta son los nuevos treinta. La realidad es que la carga laboral o unos hijos todav¨ªa j¨®venes se llevan las escasas energ¨ªas. Por lo que mirarse al espejo muchas veces es una prueba. Y las peque?as imperfecciones una nota mental m¨¢s que enriquece a los creadores de cremas ultranutritivas o productos para el rejuvenecimiento. Todo con tal de no aceptar un hecho inapelable. Envejecemos. Y nuestros cuerpos tambi¨¦n.
Los m¨¢s osados pasan por el quir¨®fano con la esperanza de robar algunos a?os mediante el bistur¨ª. Alej¨¢ndose m¨¢s si cabe de la aceptaci¨®n. Y con resultados muchas veces nefastos que los dem¨¢s silencian por pudor. Alguien que evita su edad es alguien que se evita a s¨ª mismo. La omnipresencia de cuerpos esculturales e irreales por todas partes obvia algo important¨ªsimo. Los cuerpos envejecidos naturalmente son m¨¢s hermosos. Lo dem¨¢s es escapismo. Y huir de nosotros mismos puede que no lleve a ninguna parte. Las actrices de Hollywood se quejan a menudo de que a partir de cierta edad apenas hay papeles para ellas. Olvidan que Hollywood es el principal creador de esta tendencia. Por eso encumbramos a rostros j¨®venes y olvidamos en asilos a las viejas estrellas. Quiz¨¢ nosotros mismos seamos c¨®mplices. En esa interminable preferencia por lo m¨¢s joven. Tal vez sea hora de reivindicar la belleza cualquier arruga. El carisma de la edad.
*Julio C¨¦sar ?lvarez es psic¨®logo y escritor
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