Elecciones decisivas
Los estadounidenses participan el martes en algo que va mucho m¨¢s all¨¢ de unas elecciones parciales
El pr¨®ximo martes, EE?UU celebra unas elecciones trascendentales para su democracia. La creciente polarizaci¨®n que vive la potencia norteamericana hace que cada contienda electoral sea m¨¢s relevante que la anterior, pues determina cada vez m¨¢s que haya decisiones irreversibles. Un ejemplo de ello fue la elecci¨®n del conservador Brett Kavanaugh como juez del Tribunal Supremo, que sigui¨® l¨ªneas marcadamente partidistas en el voto en el Senado rompiendo con la tradicional colaboraci¨®n entre partidos.
Estamos, adem¨¢s, ante las primeras elecciones con Donald Trump en la Casa Blanca. Los republicanos poseen un enorme poder institucional, con la presidencia y la mayor¨ªa en ambas C¨¢maras. Si los dem¨®cratas recuperan al menos la mayor¨ªa en la C¨¢mara de Representantes, el resultado de estos comicios podr¨ªa configurar el primer gran contrapeso pol¨ªtico a Trump. Se trata, por tanto, de la ocasi¨®n de comprobar si el particular estilo trumpiano ser¨¢ castigado o premiado por el electorado y de si los estadounidenses desean continuar ahondando en las brechas raciales y sociales acentuadas por las pol¨ªticas del presidente: pero tambi¨¦n de si la ciudadan¨ªa se mantiene fiel a la din¨¢mica de polarizaci¨®n pol¨ªtica y a un Gobierno caracterizado por el caos y la extravagancia.
Las l¨ªneas fundamentales que han guiado la campa?a son un mal presagio. Trump ha vuelto a colocar con ¨¦xito en la agenda pol¨ªtica el tema estrella de la inmigraci¨®n, un terreno demag¨®gico en el que se sabe ganador. El env¨ªo de tropas ante la llegada de la caravana de inmigrantes, o la propuesta de abolir el derecho a la nacionalidad por nacimiento no dejan de ser maniobras populistas dirigidas a tal fin. La oposici¨®n dem¨®crata y los medios de comunicaci¨®n han entrado de lleno en la provocaci¨®n.
Pero lo cierto es que, aunque estas elecciones consigan frenar en alg¨²n grado el poder de Trump, seguimos empe?ados en minusvalorar al presidente y a sus electores. Es muy posible que Trump y el resto de sus hombres fuertes hayan logrado ya un ¨¦xito rotundo: marcar la agenda pol¨ªtica para la pr¨®xima generaci¨®n.
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