C¨®mo vestir a una novia
La elecci¨®n del traje nupcial es la decisi¨®n m¨¢s importante de una boda. Y sobre esta prenda ic¨®nica se cimenta una enorme industria, de la que Espa?a es segunda potencia mundial. El programa de televisi¨®n ?S¨ª, quiero ese vestido! se al¨ªa con las futuras contrayentes ¡ªy su s¨¦quito¡ª para encontrar el dise?o ideal
NUNCA ME IMAGIN? que presentar¨ªa un programa de televisi¨®n donde una novia encuentra su traje ideal. O donde un traje ideal encuentra a la novia perfecta. Mi madre se cas¨® con un Dior de color tabaco en el registro civil del municipio donde resid¨ªa en Caracas. En vez de velo, estaba embarazada de m¨ª. Si ahora estuviese viva, le har¨ªa mucha gracia ver c¨®mo se emocionan las mujeres que acuden al programa que presento cuando se ven en el espejo vestidas de novias. No importa el estilo, no importa la talla, no importa el presupuesto. Lo que importa es ese nudo en el est¨®mago, ese instante que decide que est¨¢s en el vestido de novia que siempre quisiste.
Pero ?es de verdad as¨ª? ?Puede tener tanto poder emocional un vestido de novia, aun en los tiempos del #MeToo? Me negaba a creerlo hasta que fui observando ese golpe de asombro sincero, esa mezcla de intuici¨®n y l¨¢grima en los rostros de una y otra y otra mujer. ¡°Es algo con lo que sue?as desde ni?a. Yo usaba las s¨¢banas de mi cama y me hac¨ªa un traje y el velo¡±, me confes¨® una de ellas entre pruebas en la tienda de Madrid donde se graba el programa. Representa una l¨ªnea del grupo Rosa Clar¨¢ y la dise?adora ser¨¢ una de las invitadas estelares del programa. ¡°La mayor¨ªa de los dise?adores son hombres y para m¨ª fue dif¨ªcil al principio¡±, dice Clar¨¢. ¡°Pero hoy d¨ªa ya no existe esa diferencia, para los j¨®venes no hay distinci¨®n entre un dise?ador o una dise?adora y me alegra formar parte de ese cambio¡±. ?Qu¨¦ hace que el traje de novia supere cualquier ideolog¨ªa, cualquier cambio en la lucha por los derechos de las mujeres? Clar¨¢ enfatiza que ¡°es una ilusi¨®n con la que naces y que no hace da?o a nadie¡±. ¡°Vestir a una novia es el lujo del lujo, estamos hablando de uno de los d¨ªas m¨¢s importantes de su vida¡±, me explica Victoria Mart¨ªn Berrocal desde su taller de costura. ¡°Que te elijan como dise?adora es entrar en la historia de la vida de esa persona. Cuando empec¨¦ quise compartir mi locura sevillana, los volantes que tra¨ªa conmigo de mis trajes para la Feria de Abril, y me apasion¨® el mundo de las novias. Es otra moda, es su propio mundo¡±
Un mundo que cada vez tiene m¨¢s peso en la industria de la moda. Porque mueve millones. Los matrimonios en Espa?a han descendido considerablemente. Hace 10 a?os se celebraban 204.772, mientras que en 2017 esa cifra baj¨® a 171.454, la gran mayor¨ªa civiles. Pero el traje de novia ha conseguido colarse en las ceremonias civiles: lo que antes parec¨ªa propiedad de la boda eclesi¨¢stica ha conseguido democratizarse, y resulta indiferente la religi¨®n o el lugar donde se viste.
El vestido nupcial tal como lo conocemos se introdujo en 1840 con la boda de la reina Victoria de Inglaterra con el pr¨ªncipe Alberto
El vestido de novia que conocemos se introdujo en 1840, con la boda de la reina Victoria de Inglaterra con su prometido, el pr¨ªncipe Alberto. Al d¨ªa siguiente del magno evento, una f¨¢brica replic¨® el modelo y no solo se agot¨® inmediatamente, sino que se impuso como elemento principal de cualquier casamiento formal. De una tacada populariz¨® los h¨¢bitos y los usos de la monarqu¨ªa, haci¨¦ndolos accesibles. La corona, el velo, la cola del traje y, sobre todo, el blanco serv¨ªan casi de propaganda para realzar la monarqu¨ªa. Como novia, pod¨ªas ser reina de tu propia vida. Reina por un d¨ªa. El traje adquir¨ªa poderes, como el de Superman. Era en s¨ª mismo un s¨ªmbolo de mando.
Durante la grabaci¨®n del programa ?S¨ª, quiero ese vestido! han ?desfilado much¨ªsimas novias con ideas que podr¨ªan ser consideradas modernas sobre el traje. Y sobre el matrimonio. Muchas quer¨ªan una boda civil sin velo. ¡°El velo me hace sentir mayor, es algo m¨¢s de mi abuela¡±. Otras quieren que sea sexy pero elegante. Y ese sexy significa transparencias, escotes en el cuello o en la espalda.
Una dise?adora de novias, ?piensa en ella o en la novia? ¡°Haces lo que puedes para que se encuentren c¨®modas y divinas¡±, sostiene Mart¨ªn Berrocal. Laura Ponte, modelo y dise?adora, se acerca al rodaje como asesora invitada. ¡°Muchas veces, las novias se visten para agradar a su novio, a la madre de su novio y a la suya propia, o a ese hermano que admiran. Y yo siempre les digo lo mismo: v¨ªstete para ti. Es tu d¨ªa, aprov¨¦chalo¡±. Aun as¨ª, ¡°he tra¨ªdo a mi madre y a mi mejor amiga¡± suele ser la frase con la que muchas novias llegan al momento de la prueba. E intentan mantener la compostura hasta que uno de los trajes hace que todos lloren a l¨¢grima viva. ¡°Es muy emocionante verla por primera vez vestida de novia¡±, reconocen muchos progenitores.
¡°Probablemente vivamos una ¨¦poca cursi¡±, suelta una amiga guionista. ¡°Y contradictoria. Las mujeres avanzamos en muchos aspectos profesionales y sociales, pero vernos vestidas de novia sigue siendo una aspiraci¨®n¡±. El mercado nupcial se expande sin parar. La propia Rosa Clar¨¢ confirma que su marca tiene 4.000 tiendas en todo el mundo, y hace un a?o en las p¨¢ginas de econom¨ªa de EL PA?S se estimaba que ¡°un momento en la vida que ?requiere una ceremonia, un banquete y un atuendo especial rondar¨ªa los 30.000 euros¡±. La informaci¨®n la proporcionaba el sal¨®n anual de las bodas, 1001 Bodas, que se celebra en el Palacio de Congresos de Madrid. Es all¨ª donde DKiss, la cadena que emitir¨¢ ?S¨ª, quiero ese vestido! desde el 11 de noviembre, ha decidido hacer la presentaci¨®n del programa.
Al llegar, me asombra el despliegue de p¨²blico y de stands relacionados con una boda. Desde los coches antiguos, pasando por la cantidad industrial de alianzas, hasta llegar a las marcas de trajes y zapatos. ¡°Da un poco de v¨¦rtigo¡±, se?ala el encargado de recibirme en el evento. Y me informa, estad¨ªstica en mano, que Espa?a es el segundo pa¨ªs productor de trajes de novia del mundo. El primero es China, que se fija mucho en los dise?os que se hacen en Espa?a. Las exportaciones del sector se han incrementado un 3,9% en 2017. ¡°S¨ª, pero la estrella en el matrimonio es la novia¡±, sostiene Laura Ponte. ¡°Yo les aconsejo que abran su mente. Muchas veces se ven en un tipo determinado de vestido y en realidad, tras mucho probar y conversar, se dan cuenta de que se ven mejor en un estilo completamente diferente¡±. Es lo primero que digo sobre la pasarela para anunciar el programa: ¡°Aunque creamos que tenemos las ideas claras para nuestro traje de bodas, es el vestido el que te escoge a ti¡±. Las futuras novias que asisten al sal¨®n se echan a llorar como las de mi programa. He dado en el clavo: #ElVestidoTeEscoge.
Lorenzo Caprile se convirti¨® en una estrella del mundo nupcial tras realizar el traje de novia de la infanta Cristina, un modelo ic¨®nico tanto por el momento que representa como por lo que sucedi¨® despu¨¦s, que el exduque de Palma terminara en la c¨¢rcel. ¡°Fue una ardua investigaci¨®n, en el Prado, en los archivos de Patrimonio¡ La infanta quer¨ªa una tela que compartiera la aparatosa historia de su familia. A partir de su traje me hice m¨¢s reconocido, pero jam¨¢s he dejado de hacer mi trabajo de costurero, casi sastre, con el mismo cari?o y discreci¨®n¡±. Caprile es un dise?ador que respeta la historia. ¡°Madrid est¨¢ lleno de arte e informaci¨®n¡±, explica. Vive en un hotel con sus libros y recortes de tela, y su participaci¨®n en el programa Maestros de la costura lo ha hecho m¨¢s popular. ¡°Hay que respetar a todos los que acuden a las pruebas. Sobre todo a la mam¨¢, que inevitablemente quiere reactivar su boda en la de su hija. Y si prefiere abstenerse y no venir, su ausencia hace m¨¢s importante la necesidad de que est¨¦ presente. Pero tu di¨¢logo es con la novia¡±.
D¨ªas despu¨¦s, hay considerable excitaci¨®n en el plat¨®. Grabaremos a una pareja en la que ambas se casar¨¢n con traje de novia. No es la primera boda gay en la que asesoramos sobre el vestido, pero s¨ª la primera en la que acuden juntas. Solo nos piden un requisito: no quieren verse vestidas de novia la una a la otra antes del enlace. Mantienen la vieja costumbre supersticiosa de que una de las partes jam¨¢s ve a la novia antes de que llegue al altar. ¡°Nos apetece hacerlo as¨ª¡±, me dice una de ellas. Las asesoras han seleccionado hasta cuatro trajes para cada una. ¡°De repente, una podr¨ªa ir de sirena y la otra de princesa¡±, me atrevo a sugerir. La respuesta es g¨¦lida. Glups. ¡°Yo me siento muy femenina, no necesito que un traje me lo recuerde¡±, responde una de las novias. Al final, separadas por un biombo para que no se viesen, las dos escogen un modelo bastante similar, en medio del alivio general.
La mayor¨ªa de las novias rechazan el velo. Cuando se lo ven puesto, los gestos de su cara indican inseguridad (temen que se mueva y se desplace por cualquier movimiento) e incomodidad. ¡°Pica¡±, argumentan mayoritariamente.
Muchas de las novias se casan en segundas y terceras nupcias o vienen de relaciones largas donde han tenido hijos pero no se han casado. ¡°Tengo un cuerpo real¡±, dice una, ¡°he sido madre tres veces, pero me quiero casar como me siento, guapa, con mis curvas y mis cosas, pero radiante.¡±
Rosa Clar¨¢ llega al plat¨® la ¨²ltima semana de grabaci¨®n. Menuda, simp¨¢tica pero exacta, rodeada de profesionalidad. ¡°Hay que saber detectar qui¨¦n lleva la voz cantante en el grupo¡±, matiza. ¡°Todas las novias quieren algo original y yo siempre les digo que lo m¨¢s original es lo normal. Es la ¨²nica manera de dar en el clavo con el vestido¡±. Juntos asesoramos a una novia cuya madre es muy fan de Rosa. Y en el primer traje se masca la tragedia: la hermanastra de la novia sentencia el traje como ¡°demasiado formal¡±. Clar¨¢ guarda la compostura. En el tercer traje sigue sin flaquear. ¡°La mayor¨ªa de las novias van ganando seguridad con cada traje. Eso tambi¨¦n es bueno, la seguridad es la mejor arma para una mujer¡±.
¡°Una boda sigue siendo un d¨ªa hist¨®rico en tu vida, ?por qu¨¦ raz¨®n vas a ir mal vestida?¡±, dice Almudena Grandes
Esa noche acudo a una cena con Almudena Grandes y cavilo c¨®mo preguntarle sobre las novias, el fetiche moderno en que se transforma el traje y la importancia que adquiere¡ incluso en los tiempos del #MeToo. ¡°Sigue siendo un d¨ªa hist¨®rico en tu vida, ?por qu¨¦ raz¨®n vas a ir mal vestida, sin arreglar?¡±, dice. Desfilan ante m¨ª decenas de novias m¨ªticas, desde Grace Kelly y Jacqueline Kennedy, que favorecieron el encaje y el blanco nuclear, pasando por Lady Di y Roc¨ªo Jurado, que sucumbieron al espect¨¢culo y la exageraci¨®n, hasta Sof¨ªa Palazuelo, adelant¨¢ndose al revival del minimalismo que vendr¨¢ el a?o que viene. Meghan Markle y Eugenia de York, que se casaron en el mismo sitio, la capilla de San Jorge en Windsor, pero con vestidos tan diferentes como sus or¨ªgenes. El de Meghan, reivindicando la convivencia de razas; el de Eugenia, m¨¢s apegado a la tradici¨®n inglesa, quiz¨¢ m¨¢s Brexit, pero dejando la espalda descubierta para ense?ar la cicatriz que luce con orgullo recordando que sufri¨® escoliosis. Almudena Grandes tiene raz¨®n: no hay motivo para no querer ese traje que, tras muchas dudas y pruebas, casi siempre se convierte en uno de los mejores momentos de tu vida.?
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