El futuro del 70% de los espacios v¨ªrgenes del planeta depende de cinco pa¨ªses
A¨²n podemos salvar la naturaleza, pero depender¨¢ de los pasos que den (o no) Rusia, Canad¨¢, Australia, EE UU y Brasil para asegurar el futuro de la Tierra
Seg¨²n el nuevo mapa mundial de la naturaleza que acabamos de publicar en Nature, el 94% de los espacios naturales que quedan se encuentra en tan solo 20 pa¨ªses, sin incluir altamar y la Ant¨¢rtida.
Hace un siglo, los espacios naturales se extend¨ªan por casi todo el planeta. Hoy en d¨ªa, solo un 23% de la superficie ¡ªal margen de la Ant¨¢rtida¡ª y un 13% de los oc¨¦anos est¨¢n exentos de los efectos perjudiciales de la actividad humana.
M¨¢s del 70% de los espacios naturales se encuentran en tan solo cinco pa¨ªses: Australia, Rusia, Canad¨¢, Estados Unidos (Alaska) y Brasil. A¨²n podemos salvar la naturaleza. Pero depender¨¢ de los pasos que den (o no) estos pa¨ªses supernaturales para asegurar el futuro de los ¨²ltimos espacios v¨ªrgenes de la Tierra.
Los espacios naturales son vastas extensiones de tierra y mar ind¨®mitas e inalteradas. Est¨¦n donde est¨¦n, desde la selva de las tierras bajas de Pap¨²a Nueva Guinea, los altos bosques de la taiga del ?rtico Ruso o los vastos desiertos del interior de Australia, hasta ¨¢reas del Pac¨ªfico, el Ant¨¢rtico y el ?ndico, estas zonas son las ¨²ltimas fortalezas para las especies en peligro de extinci¨®n y ejercen funciones vitales para el planeta, como almacenar carbono, minimizando los efectos del cambio clim¨¢tico. En muchos espacios naturales, los ind¨ªgenas, que son a menudo los m¨¢s marginados pol¨ªtica y econ¨®micamente, dependen de ellos por sus modos de vida y sus culturas.
Sin embargo, pese a ser importantes y a estar tan amenazados, la pol¨ªtica medioambiental internacional pasa por alto los espacios naturales y sus valores. En la mayor¨ªa de los pa¨ªses, la naturaleza no ha sido formalmente definida, cartografiada, ni protegida. Lo que significa que no hay nada que obligue a rendir cuentas sobre la conservaci¨®n de los espacios naturales a los gobiernos, a las industrias y a las sociedades locales.
M¨¢s all¨¢ de las fronteras
Casi dos tercios de los espacios naturales marinos se encuentran en aguas internacionales, fuera del control inmediato de los pa¨ªses. Esto, efectivamente, lo convierte en un salvaje oeste marino, donde las flotas pesqueras tienen barra libre. Hay ciertas leyes que regulan la pesca en esas zonas, pero no hay ning¨²n acuerdo vinculante para la conservaci¨®n en altamar, aunque Naciones Unidas est¨¢ negociando dicho tratado. Es crucial que se garantice que la naturaleza marina no se pueda explotar.
Y no podemos olvidarnos de la Ant¨¢rtida, que es el mayor espacio natural de la Tierra y uno de los ¨²ltimos lugares del planeta en cuyas extensas regiones el ser humano no ha puesto el pie.
Aunque el aislamiento y el clima extremo de la Ant¨¢rtida han ayudado a protegerla de la degradaci¨®n que han sufrido otros lugares, el cambio clim¨¢tico, la actividad humana, la contaminaci¨®n y las especies invasivas amenazan cada vez m¨¢s la fauna y los espacios naturales del continente.
Los firmantes del Tratado Ant¨¢rtico deben cumplir con sus compromisos para ayudar a reducir el impacto humano. Hay que reducir urgentemente las emisiones globales de carbono antes de que sea demasiado tarde.
[Nota del editor: Las noticias no son halag¨¹e?as. El pasado 2 de noviembre, la Comisi¨®n del oc¨¦ano Ant¨¢rtico (CCAMLR, seg¨²n sus siglas en ingl¨¦s) no lleg¨® a un acuerdo para crear un ¨¢rea protegida en la Ant¨¢rtida de 1,8 millones de kil¨®metros cuadrados. China, Rusia y Noruega rechazaron la creaci¨®n de esta gran reserva.]
Nuestro mapa muestra los pocos espacios naturales que quedan y cu¨¢nto se ha perdido en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Cuesta creerlo, pero entre 1993 y 2009 se perdi¨® la impactante cantidad de 3,3 millones de kil¨®metros cuadrados de espacios naturales terrestres, una superficie mayor que la India, debido a los asentamientos humanos, la agricultura, la miner¨ªa y otras actividades.
En el oc¨¦ano, las ¨²nicas regiones libres de pesca industrial, contaminaci¨®n y barcos son los polos y los remotos estados insulares del Pac¨ªfico.
Salvando la naturaleza
Casi todos los pa¨ªses han firmado acuerdos medioambientales internacionales encaminados a acabar con la crisis de biodiversidad, as¨ª como con el peligroso cambio clim¨¢tico. Los acuerdos tambi¨¦n pretenden alcanzar los objetivos mundiales de desarrollo sostenible.
En la Cumbre de la Biodiversidad (COP14) que tendr¨¢ lugar entre el 13 y el 27 de noviembre de 2018 en la ciudad egipcia de Sharm El Sheikh, los 196 pa¨ªses firmantes del Convenio sobre la Biodiversidad trabajar¨¢n con los cient¨ªficos para desarrollar un plan estrat¨¦gico de conservaci¨®n m¨¢s all¨¢ de 2020. Es una oportunidad ¨²nica para que todas las naciones reconozcan que los espacios naturales est¨¢n desapareciendo y para exigir su conservaci¨®n.
Preservar el 100% de los espacios naturales que quedan es posible, aunque requerir¨ªa evitar que actividades industriales como la miner¨ªa, la explotaci¨®n forestal y la pesca se expandieran a nuevas zonas. Pero si los pa¨ªses se comprometen expresamente con este objetivo, a los gobiernos y a las organizaciones no gubernamentales les ser¨ªa m¨¢s f¨¢cil obtener financiaci¨®n y aplicar las medidas pertinentes en los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo.
De forma similar, las funciones de los espacios salvajes a la hora de protegernos del cambio clim¨¢tico, como, por ejemplo, almacenar enormes cantidades de carbono, tambi¨¦n se podr¨ªan documentar debidamente en la Convenci¨®n Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Clim¨¢tico (CMNUCC), cuya conferencia anual tendr¨¢ lugar a primeros de diciembre en Polonia. Esto incentivar¨ªa a los pa¨ªses a centrar sus estrategias en la protecci¨®n de los espacios naturales.
Las herramientas como REDD+, que permite que los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo puedan reclamar una indemnizaci¨®n por conservar los bosques tropicales que iban a destruir, se podr¨ªa extender a otras ¨¢reas naturales ricas en carbono, como las praderas marinas v¨ªrgenes. Tambi¨¦n a los espacios naturales de pa¨ªses ricos que no reciben ayuda para la lucha contra el cambio clim¨¢tico, como la tundra canadiense.
Los pa¨ªses tienen muchas oportunidades, mediante la legislaci¨®n y con recompensas por buena conducta, para evitar la expansi¨®n de las carreteras y rutas mar¨ªtimas, y para imponer l¨ªmites al desarrollo a gran escala y a la pesca industrial en ¨¢reas naturales. Tambi¨¦n pueden establecer ¨¢reas protegidas para frenar la expansi¨®n de la actividad industrial hacia los espacios naturales.
Se deben adoptar nuevos enfoques, y el sector privado debe colaborar con los gobiernos para que la industria proteja los espacios naturales en lugar de da?arlos. La clave ser¨¢ la financiaci¨®n y los criterios de funcionamiento para organizaciones como el Banco Mundial y su Corporaci¨®n Financiera Internacional y los bancos regionales de desarrollo.
Nuestro planeta no solo se enfrenta a una crisis por la extinci¨®n de especies, sino tambi¨¦n por la desaparici¨®n de los espacios naturales. Una vez se hayan perdido, nunca volver¨¢n. Puede que esta sea nuestra ¨²ltima oportunidad para salvar lo que queda. Y no podemos desperdiciarla.
Autores: James Allan,?James Watson,?Jasmine Lee y?Kendall Jones. Este art¨ªculo fue publicado originalmente en ingl¨¦s en The Conversation.
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