Beb¨¦s que ya van al instituto
Un 11% de los reci¨¦n nacidos en el mundo son hijos de madres adolescentes. Argentina supera la media con un 14%. La instalaci¨®n de salas maternales en centros de secundaria facilita que ellas puedan continuar su formaci¨®n
No se cuidaron. Con este eufemismo explican los adolescentes argentinos que no tomaron precauciones al mantener relaciones sexuales que acabaron en embarazos no deseados. Es lo que dice Luc¨ªa Gonz¨¢lez, de 17 a?os. Estudia tercero de secundaria y es madre de Lionel, de un a?o y seis meses, al que tuvo cuando ella todav¨ªa ten¨ªa 15. "Fue por curiosa", explica su temprana maternidad Lucrecia Villada, de 16 y estudiante de primero. Su hijo se llama Maxi y naci¨® hace un a?o y ocho meses. Ambas dejaron sus estudios para cuidar de sus peque?os. Pero la instalaci¨®n de una sala de maternidad en el centro de educaci¨®n secundaria Maestro Arancibia en su barrio, Las 260 Viviendas, en Tucum¨¢n (al noroeste de Argentina), les ha permitido retomar su formaci¨®n. Ahora todos, tambi¨¦n los beb¨¦s, van al instituto.
Mientras se esperan resultados de los diversos programas p¨²blicos para la reducci¨®n de los embarazos adolescentes, la iniciativa de instalar salas para beb¨¦s en centros de secundaria responde a la realidad presente: el 13,8% de los nacidos vivos en 2016 (¨²ltimo dato disponible) en Argentina ten¨ªan una madre de menos de 19 a?os, seg¨²n el Ministerio de Salud. Una tasa de fertilidad entre las j¨®venes que se ha mantenido m¨¢s o menos estable en la ¨²ltima d¨¦cada y que en algunas provincias, como Tucum¨¢n, es incluso superior (16,4%). Como Luc¨ªa y Lucrecia, muchas dejan sus estudios. La maternidad es, de hecho, la tercera causa de abandono escolar en el pa¨ªs, revela un estudio de Unicef. Y aunque las chicas deseen continuar su formaci¨®n una vez pasado el per¨ªodo de lactancia, sin ayuda familiar o institucional no pueden. ?Qui¨¦n cuidar¨ªa de sus criaturas mientras est¨¢n en clase?
Camila Guti¨¦rrez, de 16 a?os, y su novio Nahuel, de 18, tampoco se cuidaron. Ella est¨¢ embarazada de ocho meses y cursa tercero en el centro Maestro Arancibia. No quiere perder el a?o y solo se ausenta los d¨ªas que se siente muy cansada. Mariela Toscano, la directora y profesora de matem¨¢ticas, asegura que el equipo docente ha adelantado la evaluaci¨®n de la joven "para que tenga sus notas antes de que llegue el parto". As¨ª podr¨¢ retomar sus estudios tan pronto como decida. "En dos meses", planea ella. Ya sabe que tendr¨¢ d¨®nde dejar a su ni?a. La llamar¨¢n?Orlem Ariadna. "Cuando abrieron la sala de maternidad, estuvimos all¨ª. Algunas no pueden terminar porque no disponen de esta ayuda", reflexiona. Camila quiere continuar hasta la universidad. "Me gusta la enfermer¨ªa... o la abogac¨ªa". El padre tambi¨¦n desea cursar una carrera: "En 2020 empezar¨¦ Tecnol¨®gicas".
Testigo directo de este tipo de historias y con la evidencia de los datos sobre la mesa, Unicef impuls¨® en 2008 la instalaci¨®n de salas maternales en centros de secundaria de la provincia Buenos Aires para garantizar el derecho a la educaci¨®n de las madres y padres adolescentes, as¨ª como estudiantes con hermanos peque?os a su cargo. Hoy hay 83. Gracias a esta iniciativa, la agencia de la ONU para la infancia calcula que 2.100 chicos y chicas no han tenido que interrumpir su formaci¨®n para realizar tareas de cuidados. Un ¨¦xito.
"Aspiramos a que esta iniciativa sea transitoria porque no haya m¨¢s embarazos; y que si los hay, haya servicios disponibles. Pero hay un d¨¦ficit de salas maternales p¨²blicas", asevera Cora Steinberg, especialista en educaci¨®n de Unicef Argentina. Por eso, optaron por un modelo de responsabilidad compartida: el gobierno provincial cubre los gastos de remodelaci¨®n o construcci¨®n de las aulas infantiles en los centros de secundaria, as¨ª como los salarios de las dos educadoras por turno (de ma?ana o tarde); y Unicef, la equipaci¨®n. Este mismo esquema es el que sigue la organizaci¨®n ahora con las autoridades de Tucum¨¢n, donde ya hay dos salas y se planea que haya 10 en 2019.
La maternidad durante la adolescencia es la tercera causa de abandono escolar en el pa¨ªs
Isabel Amate P¨¦rez, secretaria de Estado de gesti¨®n educativa de Tucum¨¢n, subraya el compromiso del gobierno provincial con el derecho a la educaci¨®n. "Y una de las causas que m¨¢s incide en el abandono escolar es el embarazo adolescente, adem¨¢s de las tareas de cuidados", anota. "Es una inversi¨®n importante que queremos sostener porque merecer¨¢ la pena si las chicas y los chicos no dejan la escuela. Las historias de vida que escuchamos son muy fuertes. Y ahora las embarazadas o los alumnos que cuidan de los hermanos peque?os tienen la posibilidad de seguir estudiando", contin¨²a.
Lucrecia llevaba dos a?os sin pisar el aula. Desde que supo que estaba embarazada hasta el presente curso. "No me arrepiento. Las que me conoc¨ªan me apoyaban para que abortase.?Hasta mi pap¨¢ me dec¨ªa que lo abortase. Pero yo no quer¨ªa", relata. Ella deseaba tener a su ni?o y tambi¨¦n estudiar. Sus padres la disuadieron de lo segundo. "Me dec¨ªan que me iban a poner apodos en la escuela y que ten¨ªa que cuidar del beb¨¦¡±. Su pareja se desentendi¨® de ella y la criatura. La apertura de la sala maternal el pasado febrero en su instituto hizo que la joven madre, con apoyo de la directora, consiguiera convencer a sus progenitores para que la dejasen volver. "Ahora est¨¢n contentos porque han visto que he avanzado much¨ªsimo. Esta sala es de gran ayuda", dice rodeada de juguetes mientras el peque?o Maxi duerme en una de las cunas despu¨¦s de la merienda. Hoy tocaba yogur.
M¨¢s apoyos tuvo Luc¨ªa. Vive en el barrio con el padre de Lionel, un herrero de 22 a?os. Dej¨® su formaci¨®n un a?o tras el nacimiento, pero siempre pens¨® en volver y no encontr¨® m¨¢s oposici¨®n que sus propias circunstancias. Su madre, quien cuidaba del peque?o cuando ella iba a clase, encontr¨® trabajo. La apertura de la sala maternal en el instituto se produjo cuando m¨¢s la necesitaba.
"Ven¨ªamos planeando montar una desde que abri¨® el centro en 2008 porque ten¨ªamos alumnas con hijos, algunas ven¨ªan con los carritos y se quedaban con los nenes en clase", expone Toscano, la directora del Maestro Arancibia. "En muchas escuelas hay estas salas aunque no de manera formal sino porque los propios centros las crean. Pero no son sostenibles porque dependen del voluntarismo", apostilla Steinberg. Finalmente, en el instituto de Las 260 Viviendas no tuvieron que recurrir a soluciones precarias. El centro fue uno de los primeros seleccionados para implementar el proyecto en Tucum¨¢n porque est¨¢ en un barrio vulnerable, con una mezcla de viviendas sociales y asentamientos informales, las calles a medio asfaltar y al que solo llega una l¨ªnea de autob¨²s. "Y donde hay m¨¢s pobreza, hay m¨¢s embarazos adolescentes", apunta Fernando Zingman, especialista en salud de Unicef Argentina. Tal era el caso.
Bueno para ellas... y para los beb¨¦s
La sala maternal en el centro Maestro Arancibia es un para¨ªso infantil entre las clases de ciencias y pl¨¢stica de los p¨²beres alumnos de secundaria. Juguetes, cuentos, m¨²sica, merienda... Esa es la rutina diaria de Maxi, Lionel y dos ni?as mellizas, hermanas peque?as al cuidado de una alumna, que hoy se han quedado en casa porque la lluvia dificulta mucho que lleguen a la escuela por los caminos embarrados. "Los nenes tambi¨¦n aprenden, ¨¦l era calladito y ahora ya no, habla y juega, aprende m¨¢s r¨¢pido", comenta Luc¨ªa, madre de Lionel. "Cantan un mont¨®n de cancioncillas y hasta se quiere poner los zapatos ¨¦l solo", agrega orgullosa mientras su hijo le da un libro para que se lo lea. Ella no suele entrar en el aula infantil durante el horario lectivo, pero este d¨ªa ha hecho una excepci¨®n. "No paso porque si me ve ya no se quiere alejar y llora", explica.
Destaca tambi¨¦n Lucrecia que su ni?o ha mejorado mucho desde que acude a la sala, donde dos maestras especializadas en educaci¨®n infantil preparan actividades para estimular su desarrollo. Ahora Maxi es m¨¢s comunicativo y aprende, entre otras muchas cosas, que despu¨¦s de la merienda que se ha comido sin rechistar, hay que lavarse a las manos. Como a¨²n no alcanza al lavabo instalado en el aula, a pesar de que es dos meses mayor que su compa?ero de clase, las educadoras le colocan un alza. Despu¨¦s, toca siesta en una de las cunas con las que Unicef ha dotado el lugar. "Aqu¨ª no paramos", dice Giselle Jaime, mientras recoge un pl¨¢stico de pompas que los cr¨ªos han explotado con los pies entre risas.
La batalla hasta ahora perdida contra el embarazo adolescente
Las salas maternales garantizan el derecho a la educaci¨®n de las madres adolescentes y mejora el desarrollo de los beb¨¦s. Pero es un parche que no soluciona el problema de ra¨ªz: la elevada tasa de embarazos tempranos no planificados. La mayor¨ªa. Seg¨²n encuestas realizadas por Unicef en el pa¨ªs, el 70% de las menores de edad que han quedado embarazadas declaran que querr¨ªan haber tenido hijos m¨¢s adelante. Abortar, de momento, no es una opci¨®n aunque quisieran. En Argentina solo es legal en determinados supuestos y no cuidarse no es uno de ellos.
"Se tiende a negar una realidad: que los chicos tienen relaciones y es mejor que lo hagan de manera de segura", opina Fernando Zingman, especialista en salud de Unicef Argentina. "En segundo a?o, con 12 o 13 a?os ya tienen dudas sobre sexualidad, son precoces", confirma Toscano. La encuesta nacional sobre salud sexual y reproductiva de Argentina, de 2013 (la ¨²ltima realizada sobre el tema), lo constata: el 62% de los varones y el 52% de las mujeres entre 15 y 19 a?os han tenido ya su primera relaci¨®n sexual.
M¨¢s informaci¨®n no incentiva m¨¢s embarazos. Promover la abstinencia no funciona; la educaci¨®n, s¨ª Fernando Zingman, especialista en salud de Unicef Argentina
En 2006, el Gobierno argentino aprob¨® el programa nacional de educaci¨®n sexual integral (ESI), que reconoc¨ªa el derecho a recibir este tipo de formaci¨®n ¡ªtanto los aspectos biol¨®gicos, como psicol¨®gicos, sociales, afectivos y ¨¦ticos¡ª en centros p¨²blicos y privados. Los resultados en la reducci¨®n de embarazos adolescentes no intencionales son pr¨¢cticamente imperceptibles en las estad¨ªsticas, lo que empuj¨® a los responsables pol¨ªticos a dar un paso m¨¢s all¨¢. En 2017, se lanz¨® el plan nacional de prevenci¨®n en el que no solo se contempla el acceso de los chavales a informaci¨®n, sino tambi¨¦n a anticonceptivos de forma gratuita en los servicios de salud, entre otras medidas.
Pero una cosa son los planes sobre el papel y otra la realidad. "Los chicos ya disponen de informaci¨®n b¨¢sica, pero nadie les da herramientas para saber d¨®nde y c¨®mo conseguir las cosas", indica Zingman. El otro obst¨¢culo "son los adultos" que est¨¢n en los lugares donde los chavales deber¨ªan obtener consejo, apoyo y recursos para mantener relaciones sexuales saludables. En opini¨®n del experto en salud, esos mayores "fueron educados en otros paradigmas y est¨¢n obstaculizando el ejercicio de un derecho", el de los chavales a vivir su sexualidad en igualdad de oportunidades. "No les tienen que juzgar, sino que si acuden a ellos para pedir asesor¨ªa, se la tienen que facilitar", aclara. "M¨¢s informaci¨®n no incentiva m¨¢s embarazos. Promover la abstinencia no funciona; la educaci¨®n, s¨ª", zanja rotundo.
Prevenir los embarazos adolescentes no planificados no solo evita que las chicas vean truncada su trayectoria escolar ¡ªmayoritariamente son ellas, m¨¢s que los padres, quienes abandonan los estudios para asumir la crianza de sus beb¨¦s¡ª, sino que tambi¨¦n tiene implicaciones para su salud. Las complicaciones durante la gestaci¨®n y el parto son la segunda causa de muerte entre las muchachas de 15 a19 a?os en todo el mundo, advierte la Organizaci¨®n Mundial de la Salud.
Antes de tiempo
Unos 16 millones de muchachas de 15 a 19 a?os y aproximadamente un mill¨®n de menores de 15 a?os dan a luz cada a?o. Casi el 11% de todos los nacimientos en el mundo se producen entre chicas menores de 19. La gran mayor¨ªa, el 95%, ocurren en pa¨ªses de ingresos bajos y medianos,?alerta la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS).
El caso de Argentina es particular porque, pese a ser renta media, registra elevadas tasas de madres adolescentes. En 2016 (¨²ltimos datos del Ministerio de Salud), hubo 728.035 nacimientos en el pa¨ªs, de los que 2.419 fueron de madres menores de 15 a?os y 96.905 de entre 15 y 19.
Las complicaciones durante la gestaci¨®n y parto son la segunda causa de muerte de chicas entre los 15 a 19 a?os en todo el mundo, advierte la OMS. Y cada a?o, unos tres millones de ellas se someten a abortos peligrosos.
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