En silla de ruedas y sin colegio
El sirio M. nunca ha ido a clase, porque no ha encontrado una escuela equipada para acoger a personas discapacitadas como ¨¦l
M. tiene casi 14 a?os y nunca ha frecuentado una escuela. Ni en su pa¨ªs natal, Siria, ni en el lugar de acogida, L¨ªbano, donde reside desde hace cuatro a?os. Nunca ha encontrado un centro al que pudiera acudir con su silla de ruedas.
Este peque?o refugiado dej¨® atr¨¢s su vida en Alepo y, junto con su familia, se desplaz¨® a Beirut para escapar de un conflicto sangriento que en siete a?os ha causado m¨¢s de 500.000 muertos. A la espera de poder estudiar, acude al Club de J¨®venes que Entreculturas y el Servicio Jesuita a Refugiados han abierto en Borj Hammoud, un distrito densamente poblado de la periferia de la capital libanesa en el que viven alrededor de 12.000 sirios.
A M. le gustar¨ªa aprender ingl¨¦s y sue?a con convertirse en modista de mayor. Sin aulas a las que acudir, pasa el tiempo en casa, donde ve la tele o juega con el m¨®vil. A pesar de las dificultades, intenta estudiar en compa?¨ªa de su hermano de 11 a?os, el ¨²nico de los cuatro hijos del matrimonio que frecuenta el colegio. El mayor tiene 17 a?os y trabaja; mientras que la ¨²nica chica, de 20 a?os, ayuda en las tareas dom¨¦sticas.
En L¨ªbano viven casi un mill¨®n de refugiados sirios registrados, seg¨²n el ¨²ltimo recuento oficial de la agencia de Naciones Unidas Acnur. Alrededor de 490.000 est¨¢n en edad escolar (3-18 a?os), pero, no obstante los enormes esfuerzos del pa¨ªs de acogida, solo 220.000 frecuentan las escuelas p¨²blicas, en turnos de tarde abiertos especialmente para ellos o por las ma?anas junto con los alumnos lugare?os.
La discapacidad representa un obst¨¢culo m¨¢s para la escolarizaci¨®n de la infancia en L¨ªbano, no solo para los refugiados. El 24,5% de los ni?os entre 6 y 12 a?os con discapacidad nunca ha asistido a clase frente al 14,4% de los coet¨¢neos sin ella, seg¨²n datos de la cooperaci¨®n australiana. Incluso entre los que s¨ª estudian, existen muchas barreras, denuncia Human Rights Watch, como infraestructuras inadecuadas o m¨¦todos de ense?anza que no se adaptan a las necesidades del alumnado.
Aunque exista una ley para garantizar una educaci¨®n universal e inclusiva, su implementaci¨®n est¨¢ repleta de lagunas, alerta la ONG de defensa de los derechos humanos. Muchas familias libanesas apuestan por inscribir a los ni?os con discapacidades en centros especiales o en instituciones subvencionadas por el Gobierno. La ¨²nica opci¨®n para los refugiados sirios, sin embargo, es intentar inscribir a sus hijos en colegios p¨²blicos mal equipados. Pero, agrega Human Rights Watch, a menudo son rechazados.
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