Trump: el miedo

El presidente de EE UU es retratado sin concesiones en Miedo. Trump en la Casa Blanca (Roca Editorial). En su libro, el periodista que investig¨® el Watergate se asoma al ca¨®tico y agresivo d¨ªa a d¨ªa del hombre m¨¢s poderoso del mundo. Este es un extracto de uno de sus cap¨ªtulos.
JUSTO ANTES de las diez de la ma?ana del 20 de julio, un agobiante y despejado jueves, seis meses despu¨¦s de haberse proclamado presidente, Donald Trump cruz¨® el r¨ªo Potomac hasta el Pent¨¢gono.
El Tanque ten¨ªa su atractivo. A Trump le encantaba la habitaci¨®n. Tambi¨¦n conocida como la Habitaci¨®n Dorada por su alfombra y sus cortinas, el Tanque es una estancia ornamentada y solemne. En esencia, es un lugar de retiro, privado y de alta seguridad que refleja d¨¦cadas de historia.
Las presentaciones preparadas por Mattis y Cohn eran mitad clase de historia, mitad confrontaci¨®n geoestrat¨¦gica. Tambi¨¦n se trataba de un tard¨ªo esfuerzo por abordar la inminente pregunta: ?c¨®mo establece esta Administraci¨®n sus prioridades pol¨ªticas y se atiene a ellas?
McMaster no acudi¨® porque ten¨ªa un compromiso familiar.
Los mapas que representaban las obligaciones estadounidenses por todo el mundo ¡ªdespliegues militares, tropas, armas nucleares, cargos diplom¨¢ticos, puertos, activos de inteligencia, tratados e, incluso, acuerdos comerciales¡ª ocupaban dos grandes pantallas en la pared, y contaban la historia de Estados Unidos en el mundo. Se mostraban incluso los pa¨ªses en los que Estados Unidos ten¨ªa puertos y derechos sobre el espacio a¨¦reo. Tambi¨¦n se mostraban los principales radares y otras instalaciones de vigilancia.
Una reuni¨®n infernal. Este texto, un extracto del cap¨ªtulo 27? del libro, evoca la tensa reuni¨®n del 20 de julio de 2017 entre Trump y sus principales colaboradores en seguridad y econom¨ªa. El presidente los critica con furia, y lo mismo hace con sus generales en Afganist¨¢n. A sus aliados de la UE y a las empresas europeas los insulta abiertamente.

¡ªEl mejor regalo que la generaci¨®n anterior nos ha hecho ¡ªcomenz¨® Mattis¡ª es el orden democr¨¢tico internacional basado en normas.
Esta arquitectura global trajo consigo seguridad, estabilidad y prosperidad.
Bannon estaba sentado a un lado, en la l¨ªnea de visi¨®n del presidente. Conoc¨ªa muy bien su concepci¨®n global del mundo. Para ¨¦l era como una especie de fetiche. Su propia obsesi¨®n segu¨ªa siendo ¡°Estados Unidos primero¡±.
¡°Esto va a ser divertido¡±, pens¨® Bannon mientras Mat?tis expon¨ªa las razones por las que los principios organizativos del pasado segu¨ªan siendo factibles y ?necesarios.
¡°Ah¨ª est¨¢ el meollo del asunto¡±, pens¨® Bannon.
El secretario de Estado Rex Tillerson fue el siguiente.
¡ªEsto es lo que ha mantenido la paz durante 70 a?os ¡ªconcluy¨® el antiguo magnate del petr¨®leo de Texas.
Para Bannon se trataba m¨¢s bien del antiguo orden mundial: compromisos costosos y sin l¨ªmite, promesas hechas y cumplidas.
Trump neg¨® con la cabeza en desacuerdo, aunque no dijo nada.
Cohn fue el siguiente en hablar. ?l expuso las razones a favor del libre comercio: M¨¦xico, Canad¨¢, Jap¨®n, Europa, Corea del Sur. Present¨® los datos de importaci¨®n y exportaci¨®n.
¡ªSomos grandes exportadores de productos agr¨ªcolas, casi 130.000 millones de d¨®lares al a?o ¡ªapunt¨®¡ª. Necesitamos que esos pa¨ªses compren nuestros productos agr¨ªcolas. Toda la parte central de Estados Unidos se compone, b¨¢sicamente, de agricultores ¡ªinform¨®.
La mayor¨ªa de ellos hab¨ªa votado a Trump.
La venta de armas de Estados Unidos en el extranjero ascendi¨® a 75.900 millones de d¨®lares en el a?o fiscal de 2017.
¡ªNo cabe duda de que tenemos muchos aviones militares en el mismo aeropuerto de Singapur en el que compran muchos aviones Boeing ¡ªdijo Cohn¡ª. No cabe duda de que realizamos enormes operaciones de inteligencia desde Singapur. No cabe duda de que nuestra flota naval entra y sale de all¨ª para repostar y reabastecerse.
Cohn afirm¨® que el d¨¦ficit comercial hac¨ªa crecer la econom¨ªa estadounidense.
¡ªNo quiero o¨ªrlo ¡ªdijo Trump¡ª. ?Son todo chorradas!
Mnuchin, secretario del Tesoro y otro veterano de Goldman, habl¨® de la importancia de las alianzas de seguridad y las sociedades comerciales.
Trump se volvi¨® para mirar a Bannon. Luego volvi¨® a mirar. Bannon lo tom¨® como una se?al.
¡ªEsperad un momento ¡ªdijo Bannon a todos los presentes mientras se levantaba¡ª. Seamos realistas.
Eligi¨® uno de los acuerdos internacionales m¨¢s controvertidos, un acuerdo que ataba a Estados Unidos a ese orden global.
¡ªEl presidente quiere revocar el acuerdo iran¨ª y vosotros lo est¨¢is ralentizando. Es un acuerdo espantoso. Quiere revocarlo para poder renegociarlo.
El jefe de estrategia advirti¨® que ¡°una de las cosas que quiere hacer¡± es imponer sanciones a Ir¨¢n.
¡ª?Alguno de vuestros malditos grandes aliados de la Uni¨®n Europea va a apoyar al presidente? Tanto hablar de que son nuestros socios. ?Pod¨¦is nombrar a uno que piense apoyar al presidente en el tema de las sanciones?
Mnuchin trat¨® de responder a la pregunta sobre la importancia de los aliados.
¡ªDadme un nombre ¡ªsolicit¨® Bannon¡ª. Un pa¨ªs, una empresa. ?Qui¨¦n va a apoyar las sanciones?
Nadie respondi¨®.
¡ªA eso me refiero ¡ªcorrobor¨® Trump¡ª. Lo ha dejado bien claro. Habl¨¢is de todos esos tipos como si fueran aliados. Ah¨ª arriba no hay un solo aliado. Responded la pregunta de Steve: ?qui¨¦n va a apoyarnos?
¡ªLo m¨¢ximo que podemos decir es que no est¨¢n incumpliendo nada ¡ªconvino Tillerson.
Todas las agencias de inteligencia estaban de acuerdo en eso. Era el aspecto fundamental. ?C¨®mo pod¨ªan imponer nuevas sanciones si no se hab¨ªa incumplido el acuerdo?
¡ªTodos est¨¢n ganando dinero ¡ªdijo Trump, y se?al¨® que la Uni¨®n Europea estaba comerciando y haciendo grandes negocios con Ir¨¢n¡ª. Y nadie nos va a apoyar.
Trump pas¨® a Afganist¨¢n, donde, recientemente, ya hab¨ªa aguantado media docena de reuniones del Consejo de Seguridad Nacional y algunas otras de menor envergadura.
¡ª?Cu¨¢ndo vamos a ganar algunas guerras? Tenemos estos gr¨¢ficos. ?Cu¨¢ndo vamos a ganar algunas guerras? ?Por qu¨¦ intent¨¢is imponerme eso?
Haciendo referencia al comandante en Afganist¨¢n, el general John Nicholson, que no estaba presente, el presidente atac¨®.
¡ªDudo que sepa c¨®mo ganar. No s¨¦ si es un ganador. No hay victorias.
Trump no se hab¨ªa decidido por una estrategia en cuanto a Afganist¨¢n, segu¨ªa siendo objeto de debate.
¡°Deber¨ªais estar matando gente. no necesit¨¢is una estrategia para matar gente¡± (Trump al general Unford, presidente del Estado mayor conjunto, hablando de Afganist¨¢n)
¡ªDeber¨ªais estar matando gente. No necesit¨¢is una estrategia para matar gente.
El general Dunford, presidente del Estado Mayor Conjunto, sali¨® en defensa de Nicholson.
¡ªSe?or presidente ¡ªdijo Dunford, de manera educada y con voz suave¡ª, no se ha ordenado conseguir la victoria. Esas no son las ¨®rdenes.
Con Obama, que hab¨ªa retirado la mayor parte de las tropas (hab¨ªan pasado de 100.000 a 8.400), la estrategia se centraba en llegar a un punto muerto.
Mattis y Dunford propon¨ªan nuevas normas de intervenci¨®n para las tropas estadounidenses en Afganist¨¢n, lo que les otorgar¨ªa libertad para ser m¨¢s agresivos y letales al eliminar las restricciones a los comandantes locales de la era Obama. Las t¨¢cticas ya no se anunciar¨ªan al enemigo. Los ¨¦xitos recientes al combatir al ISIS reflejaban la importancia de esos cambios.
Trump recordaba que el general Nicholson hab¨ªa autorizado el uso de la bomba de 10 toneladas, la GBU-42/B, conocida tambi¨¦n como MOAB, por sus siglas en ingl¨¦s, la madre de todas las bombas.
¡ªHizo explotar esa bomba enorme sobre ellos.
¡ªS¨ª ¡ªdijo Dunford¡ª, fue una decisi¨®n que tom¨® el comandante de campo, no se tom¨® en Washington.
Mattis intent¨® intervenir educadamente.
¡ªSe?or presidente, se?or presidente¡
¡ªPerro loco, Perro loco ¡ªrespondi¨® Trump, usando su apodo en la Marina¡ª. Se est¨¢n aprovechando de nosotros ?Qu¨¦ estamos haciendo? ¡ªTrump pregunt¨® a sus generales de forma tan severa como le fue posible sin gritar¡ª. ?Y ganar? ?Y ganar, qu¨¦? Estamos en esta situaci¨®n porque hab¨¦is estado recomendando esas actividades.
La tensi¨®n iba en aumento y pronto volvieron al tema de Ir¨¢n.
¡ªLo est¨¢n cumpliendo ¡ªdijo Tillerson¡ª. Ese es el trato, y lo est¨¢n cumpliendo. Puede no gustarte.

El secretario de Estado ten¨ªa una forma l¨®gica de revisar los detalles del cumplimiento t¨¦cnico del acuerdo.
¡ªEso es t¨ªpico de la clase dirigente ¡ªcontest¨® Trump.
Discut¨ªan para que todas esas cosas encajaran entre s¨ª: los acuerdos comerciales con China y M¨¦xico, el acuerdo nuclear con Ir¨¢n, el despliegue de tropas o la ayuda exterior. El mensaje de Trump fue decir ¡°no¡± a todo lo que le hab¨ªan presentado.
¡ªNo podemos hacer esto ¡ªdijo Trump¡ª. Esto es lo que nos ha llevado a esta situaci¨®n.
¡ªCuando digas que apliquen sanciones ¡ªdijo Bannon, dirigi¨¦ndose a Mnuchin¡ª, estos grandes socios ?qu¨¦ har¨¢n con las sanciones?
Mnuchin parec¨ªa eludir una respuesta.
¡ªNo, espera ¡ªle presion¨® Bannon¡ª. ?Est¨¢n con nosotros o no?
¡ªNunca lo apoyar¨¢n ¡ªobserv¨® Mnuchin.
¡ªHe ah¨ª la respuesta ¡ªdijo Bannon¡ª. Esos son vuestros aliados.
¡ªLas empresas europeas ¡ªdijo Trump, se?alando con el dedo a Mnuchin¡ª no valen una mierda.
Siemens, Peugeot, Volkswagen y otras empresas europeas conocidas estaban invirtiendo activamente en Ir¨¢n.
¡ªRex, eres d¨¦bil. Quiero revocarlo.
Trump pas¨® a uno de sus temas favoritos. Quer¨ªa aplicar aranceles a las importaciones de acero, aluminio y autom¨®viles. Se preguntaba por qu¨¦ Mnuchin no declaraba a China una manipuladora monetaria tal como ¨¦l pretend¨ªa.
Mnuchin explic¨® que, hac¨ªa a?os, China hab¨ªa sido una manipuladora monetaria, pero que ya no lo era.
¡ª?Qu¨¦ quieres decir? ¡ªpregunt¨® Trump¡ª. Aporta argumentos convincentes. Hazlo. Declara que lo es.
Mnuchin le explic¨® que la ley en Estados Unidos era muy clara en cuanto a los requisitos para probar la existencia de manipulaci¨®n monetaria y que, por eso, no pod¨ªa aportar argumentos convincentes.
¡ªEstamos en el lado equivocado en los acuerdos comerciales ¡ªdijo Trump¡ª. Pagamos por todos ellos m¨¢s de lo que valen. Los otros pa¨ªses est¨¢n ganando dinero. Mirad todo esto de aqu¨ª arriba. Estamos pagando por todo esto. Esos pa¨ªses son ¡°protectorados¡± ¡ªdeclar¨®.
¡ªDe hecho, eso es bueno para nuestra econom¨ªa ¡ªrepiti¨® Cohn.
¡ªNo quiero o¨ªrlo ¡ªrespondi¨® Trump¡ª. Todo eso son chorradas.
A medida que la reuni¨®n llegaba a su fin, Tillerson se reclin¨® en su silla. Parec¨ªa dirigirse al presidente, pero no manten¨ªa contacto visual con ¨¦l. En cambio, miraba a Mattis.
¡ªTu acuerdo ¡ªdijo el secretario de Estado¡ª. Es tu acuerdo.
En Texas era una forma de lavarse las manos, como aquel que dice: obedecer¨¦ y ejecutar¨¦ las ¨®rdenes, pero el plan es tuyo, no m¨ªo.
¡ªInvertimos 3.500 millones de d¨®lares al a?o para tener tropas en Corea del Sur ¡ªdijo Trump enfadado¡ª. ?Y ellos fueron incapaces de decidir si quer¨ªan o no el sistema antimisiles THAAD! ?Y tampoco si iban o no a pagar por ¨¦l!
Algunos surcoreanos cre¨ªan que el sistema antimisiles pod¨ªa provocar una guerra con Corea del Norte y hab¨ªan puesto reparos a la instalaci¨®n, argumentando que era por el bien de Estados Unidos y Jap¨®n.
¡ªPues ?saca las putas tropas! ¡ªexclam¨® Trump¡ª. ?Me importa una mierda!
¡ªLos surcoreanos nos dan much¨ªsimas subvenciones ¡ªexplic¨® Cohn, desafiando directamente al presidente¡ª. El acuerdo comercial es bueno para la econom¨ªa de Estados Unidos ¡ªrepiti¨®¡ª. Nos compramos las teles m¨¢s incre¨ªbles del mundo por 245 d¨®lares. Lo cual quiere decir que la gente gasta menos dinero en televisores y m¨¢s dinero en otros productos estadounidenses.
Si Estados Unidos retiraba sus tropas de Corea del Sur, har¨ªan falta m¨¢s portaaviones en esa parte del mundo para estar tranquilos.
¡ªEso podr¨ªa costar hasta 10 veces m¨¢s ¡ªexpuso Cohn. Luego estaba la informaci¨®n de inteligencia, sumamente delicada, que se hab¨ªa obtenido gracias a los programas de acceso especial que Corea del Sur permiti¨® que Estados Unidos llevara a cabo. Trump parec¨ªa no comprender su valor o necesidad.
¡ªA ver, 3.500 millones de d¨®lares, 28.000 soldados ¡ªdijo el presidente. Estaba furioso¡ª. No s¨¦ por qu¨¦ est¨¢n ah¨ª. ?Vamos a traerlos a todos a casa!
¡ªEntonces, presidente ¡ªdijo Cohn¡ª, ?qu¨¦ necesitar¨ªas que hubiera en la regi¨®n para dormir bien por la noche?
¡ªNo necesitar¨ªa una mierda ¡ªasegur¨® el presidente¡ª. Y dormir¨ªa como un beb¨¦.
Priebus puso fin a la reuni¨®n. Mattis parec¨ªa estar completamente desanimado.
Trump se levant¨® y sali¨®.
Era como si Tillerson se hubiese quedado sin aire. No pod¨ªa soportar el ataque de Trump a los generales. El presidente hablaba como si el Ej¨¦rcito estado?unidense fuese una panda de mercenarios a sueldo. Si un pa¨ªs no nos pagaba para que estuvi¨¦ramos ah¨ª, no quer¨ªamos estar ah¨ª. Como si a Estados Unidos no le interesara forjar y mantener un orden mundial pac¨ªfico, como si el principio organizativo de Estados Unidos fuera el dinero.
¡ª?Est¨¢s bien? ¡ªle pregunt¨® Cohn.
¡ªEs un puto imb¨¦cil ¡ªobserv¨® Tillerson para que todos lo oyeran.
TRUMP ABANDON? la reuni¨®n con Priebus, Bannon y Kushner justo antes de las 12.45. Estuvo unos momentos saludando a los miembros del servicio que se encontraban en el pasillo.
¡ªLa reuni¨®n ha ido genial ¡ªdijo Trump a los periodistas¡ª. Una reuni¨®n estupenda.
Se dirigi¨® a la limusina presidencial.
¡ªMe alegro de que al fin te decidieras a decir algo ¡ª?felicit¨® Trump a Bannon¡ª. Necesitaba un poco de apoyo.
¡ªLo estabas haciendo genial ¡ªdijo Bannon.
Mnuchin, el secretario del Tesoro, sali¨® detr¨¢s de ellos. Quer¨ªa asegurarse de que estuviera claro que estaba con Trump en el asunto de los aliados europeos.
¡ªNo s¨¦ si son aliados o no ¡ªconvino¡ª. Estoy contigo.
En el coche, Trump describi¨® a sus asesores.
¡ªNo saben nada de negocios. Todo lo que quieren hacer es proteger a todo el mundo, y nosotros lo pagamos.
Dijo que los surcoreanos, nuestros aliados, no llegar¨ªan a un nuevo acuerdo comercial con nosotros.
¡ªY quieren que les protejamos de ese loco en el norte.
COHN CONCLUY? que, de hecho, Trump estaba yendo hacia atr¨¢s. Hab¨ªa sido m¨¢s razonable durante los primeros meses, cuando todav¨ªa era un principiante.
¡°Los asesores del presidente est¨¢n preocupados por su car¨¢cter imprevisible, su ignorancia y sus opiniones peligrosas¡± (un alto cargo de la Casa Blanca)
Para Priebus, esta hab¨ªa sido la peor de muchas reuniones espantosas. Seis meses despu¨¦s de formar parte de la Administraci¨®n, pod¨ªa ver con claridad que ten¨ªan un problema fundamental a la hora de establecer objetivos. ?Ad¨®nde se dirig¨ªan?
La desconfianza en la sala hab¨ªa sido palpable y corrosiva. El ambiente era salvaje. En apariencia, todos estaban en el mismo bando, pero parec¨ªan llevar puesta la armadura de guerra, en especial el presidente.
¡ªA esto se parece la locura ¡ªconcluy¨® Priebus.
UN ALTO CARGO o de la Casa Blanca que habl¨® durante esa misma ¨¦poca con algunos participantes de la reuni¨®n hizo este resumen: ¡°El presidente procedi¨® a soltar una reprimenda e insultar a todo el grupo por no saber nada en lo que respecta a defensa o seguridad nacional. Es evidente que muchos de los asesores principales del presidente, especialmente los pertenecientes a la esfera de la seguridad nacional, est¨¢n sumamente preocupados por su car¨¢cter imprevisible, su relativa ignorancia, su incapacidad para aprender y tambi¨¦n por lo que ellos consideran que son opiniones peligrosas¡±.?
Miedo. Trump en la Casa Blanca (Roca Editorial), de Bob Woodward, se publica el 22 de noviembre.
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