Sara Escudero, ¡®Nala¡¯ y ¡®Zuri¡¯, las aspirinas caninas

La noche antes de que su perra Nala llegase a casa, Sara Escudero no peg¨® ojo. ¡°Estaba emocionada¡±, recuerda la c¨®mica abulense. A la ma?ana siguiente, cuando la diminuta bola de pelo entr¨® por la puerta, pens¨®: ¡°Es igual que Nala, de El Rey Le¨®n¡±. Y as¨ª la llam¨®. Cuenta que, desde ese primer encuentro no concibe su existencia sin ella. Durante los primeros dos a?os no se separaron ni un solo d¨ªa. La perra acompa?aba a su due?a a los bolos que hac¨ªa en bares y peque?as empresas. ¡°Dorm¨ªamos en pensiones baratas porque me pagaban poco y, si no, no me sal¨ªa rentable¡±, dice la humorista, que hoy presenta programas como DFiesta (La 2) o Cero en Historia (#0). Nala ya estaba ah¨ª cuando los bares se convirtieron en estudios de radio y plat¨®s de televisi¨®n. Y tambi¨¦n estaba cuando abandonaron juntas el piso en el que viv¨ªan en Madrid para mudarse con Sa¨²l ¡ªactual pareja de Escudero¡ª a la bonita casa con jard¨ªn y piscina en la que residen hoy. ¡°Nala ha sido mi testigo vital¡±, resume la monologuista, de 37 a?os.

Escudero explica que una de sus preocupaciones para la convivencia era que Sa¨²l y Nala cuajasen. Que el uno le gustase al otro. Una madrugada se los encontr¨® acurrucados en el sof¨¢ y lo tuvo claro. ¡°Pens¨¦: esto puede salir bien¡±.

Hace tres a?os, Sara y Sa¨²l decidieron adoptar otra perra juntos: Zuri. Las dos mascotas se han convertido en ¡°las aspirinas¡± de su due?a. ¡°En los d¨ªas tristes, mi profesi¨®n me obliga a sobreponerme r¨¢pidamente porque tengo que subir a un escenario a bromear. Cuando me ocurre, pongo mi frente contra la suya y siento su respiraci¨®n y su energ¨ªa. Esos minutos de paz con ellas son mi medicina en los malos momentos¡±.?