16 motivos para pensar que, en efecto, los japoneses son de Marte
Reflexiones de un grupo de viajeros primerizos en el pa¨ªs asi¨¢tico sobre las peculiaridades, rarezas y curiosidades de un destino que no parece de este mundo
Llevo un mes viajando por Jap¨®n para hacer una serie de reportajes y acompa?ar a dos grupos de El PA?S Viajes. No es la primera vez que vengo guiando a viajeros en su primera visita a este pa¨ªs asi¨¢tico y siempre me encanta ver sus reacciones y sus gestos cuando descubren las peculiaridades de un pa¨ªs inclasificable; me atrever¨ªa a decir que ¨²nico en el mundo. Tanto que posiblemente no sea de este, sino del espacio exterior. Les he preguntado a algunos de esos viajeros qu¨¦ es lo que m¨¢s sorpresa les ha causado de las singularidades niponas. Estas son algunas de ellas:
1. Un pa¨ªs sin papeleras (ni basura en el suelo)
En Jap¨®n a los ni?os los educan desde peque?itos a que la basura que generen no se tira a la papelera¡ se lleva a casa. Por eso apenas hay papeleras en espacios p¨²blicos. Si tienes un papel, un envoltorio o una colilla¡ te la llevas en el bolsillo hasta que llegues a tu casa. Y a¨²n as¨ª, no se ve un solo desperdicio en las aceras. Una marcianada.
2. Dejas la bici en la calle y al d¨ªa siguiente est¨¢ en el mismo sitio
El ¨ªndice de robos callejeros es ¨ªnfimo. Tanto que en ciudades superpobladas como Tokio las bicicletas las dejan en la acera, a la puerta del edificio, con un simple bloqueador de rueda (ni siquiera atadas con candado de seguridad a una farola o a una valla). Y a la ma?ana siguiente, ah¨ª siguen. Bien es cierto que est¨¢ prohibido dejarlas en cualquier sitio, se deben poner en aparcamientos se?alizados para bicis, que son de pago.
3. No se fuma en la calle, pero s¨ª en los restaurantes
Est¨¢ prohibido fumar por la calle mientras caminas, porque podr¨ªas molestar o quemar a otro transe¨²nte. Solo se puede fumar en zonas acotadas y se?alizadas de la v¨ªa p¨²blica, en las que hay ceniceros. Sin embargo, se puede fumar en restaurantes, a voluntad de la propiedad. Es decir, hay restaurantes libres de humo, otros con zona de fumadores y ¡ªlos menos¡ª, 100% con derecho a fumar.
4. Un pa¨ªs sin propinas
No se da propina por ning¨²n servicio, incluso est¨¢ mal visto. Si te dejas en la mesa cinco yenes de la vuelta del cambio, el camarero te perseguir¨¢ hasta la puerta para decirte que te has olvidado algo.
5. No hay coches aparcados en la calle
En Jap¨®n est¨¢ prohibido aparcar en espacios p¨²blicos. Si tienes un coche¡ o tienes un aparcamiento propio o lo llevas a uno p¨²blico (que cuestan una pasta). La multa es de 18.000 yenes (150 euros) y no ver¨¢s por las noches ninguna ciudad con las calles atestadas de coches bien o mal aparcados.
6. En el tren no se habla por el m¨®vil
Shinkansen es el sistema nacional de trenes-bala que unen todo el pa¨ªs a velocidades solo comparables a su eficiencia y puntualidad. A bordo est¨¢ prohibido hablar por el m¨®vil para no molestar al resto de viajeros. Pero lo m¨¢s incre¨ªble es que todos los cumplen. Igual que en el AVE, vamos.
7. Perros-beb¨¦
Para un amante de las mascotas su perro o su gato llega a ser uno m¨¢s de la familia. Pero la relaci¨®n perro-due?o en Jap¨®n rompe todos los l¨ªmites. No s¨¦ si ser¨¢ por lo complicado que es tener (y criar) a un hijo (Jap¨®n es uno de los pa¨ªses con menor ¨ªndice de natalidad y con un terrible problema de envejecimiento de la poblaci¨®n) o por qu¨¦ extra?a raz¨®n pero lo cierto es que se ven multitud de parejas, j¨®venes muchas de ellas, tratando a sus perros como si fueran beb¨¦s, incluido el paseo en canastillas o carritos.
8. Prevenir, mejor que curar
En los genes japoneses est¨¢ escrito que la prevenci¨®n es la mejor manera de evitar males mayores. Cualquier obra p¨²blica ¨Caunque sea cambiar tres baldosas en la acera- es un despliegue de barreras protectoras y avisos luminosos gestionado por un ej¨¦rcito de obreros vestidos con casco, gafas de seguridad, uniforme y chalecos reflectantes que parecen los Clicks de Famobil. Dos o m¨¢s de ellos estar¨¢n encargados de se?alizar la obra a los peatones o conductores por si, pese al despliegue de luces de colores, a¨²n no la han visto.
9. Colas silenciosas
Para un japon¨¦s, hacer cola es parte de la rutina diaria. Y las hacen de manera ordenada, silenciosa, paciente y sin que a nadie se le ocurra ni por asomo colarse. El japon¨¦s es muy de tendencias y si por ejemplo una helader¨ªa se pone de moda no dudar¨¢ en estar una hora en la cola a la intemperie para conseguir su preciado (y posiblemente sobrevalorado) helado.
10. Ba?os p¨²blicos, limpios y gratuitos
En ning¨²n otro pa¨ªs del mundo han visto los viajeros que me acompa?an tantos ba?os p¨²blicos y gratuitos. Y adem¨¢s, limpios como una patena. Hasta en medio del monte, en el camino de Nakasendo (ruta hist¨®rica que un¨ªa Edo/Tokio con Kioto) vimos el otro d¨ªa uno solitario en una zona despoblada que para sorpresa de todos al abrir la puerta ten¨ªa luz, papel higi¨¦nico y taza tan limpia que te pod¨ªas sentar en ella. De marcianos.
11. Un cartel para cada situaci¨®n
Los japoneses no hablan ning¨²n otro idioma extranjero. Pero hay carteles que lo explican todo. Una apabullante oferta de edictos aclaratorios como si la poblaci¨®n estuviera compuesta por ni?os de dos a?os. Desde un mapa de situaci¨®n de los urinarios y tazas de v¨¢ter en un servicio de carretera a c¨®mo usar un ascensor.
12. Calles sin nombre
No pregunt¨¦is el porqu¨¦, pero en las calles japonesas no se pone el nombre en una placa en ¡ªal menos¡ª el principio y el final, como en el resto del mundo. Eso hace que como no seas cartero, encontrar una direcci¨®n ser¨¢ tarea de superh¨¦roes de Marvel. Gracias a Dios, existe Google Maps.
13. Sexo sin penetraci¨®n
La industria del sexo es muy potente en Jap¨®n. Esto ha dado lugar a los fuuzoku annai-jo (literalmente, lugares de informaci¨®n gratuita), oficinas que informan sobre el ocio adulto y nocturno en un barrio, desde la picard¨ªa m¨¢s banal hasta el sexo duro. Puede ser la contrataci¨®n de un host o hostess (hombre o mujer de compa?¨ªa para hablar, vestir seg¨²n tus fantas¨ªas o para salir a cenar acompa?ado/a, todo muy na¨ªf y sin sexo o tocamientos) o el paseo de un adulto con una adolescente vestida de colegiala. Tambi¨¦n sexo en sus diversos grados legales (en Jap¨®n el sexo por dinero solo es ilegal si hay penetraci¨®n).
14. Todo se recicla
En las comunidades de vecinos, la gesti¨®n de las basuras es muy estricta. La org¨¢nica se saca todos los d¨ªas, pero la de reciclaje se saca una vez a la semana seg¨²n un c¨®digo; por ejemplo: martes, papel; mi¨¦rcoles, pl¨¢sticos y envases, etc. Como te lo saltes, tus vecinos te llamar¨¢n la atenci¨®n muy enfadados.
15. Religi¨®n por lo civil
La japonesa es una sociedad muy moderna, tecnol¨®gica y consumista. Pero no dudan en hacer colas de dos horas ¡ªordenad¨ªsimas, por supuesto¡ª el d¨ªa de un festival religioso en un templo concreto solo para cumplir con la tradici¨®n de echar unas monedas al cepillo, dar dos palmadas y hacer una reverencia ante el altar.
16. Amabilidad a raudales
Pero si algo impresiona a un viajero novicio en Jap¨®n por encima de estas 15 razones anteriores es la amabilidad de la gente. Esto es un cl¨¢sico decirlo de muchos pa¨ªses, pero en Jap¨®n no es un t¨®pico. Es la pura realidad. Pregunta por una direcci¨®n, di que no entiendes la carta en un restaurante o entra a un banco a decir si cambian divisas y te atender¨¢n con una sonrisa y un c¨²mulo de genuflexiones que te sentir¨¢s el rey del mambo. Aunque no te hayas enterado de nada de lo que te digan porque ni Dios habla ingl¨¦s.
NOTA: todos estos comentarios podr¨ªan llevar a la conclusi¨®n de que nos encontramos ante la sociedad perfecta. Pero no es as¨ª. La primac¨ªa de lo p¨²blico sobre lo privado, la alta autoexigencia en el trabajo, las fr¨ªas y r¨ªgidas relaciones personales tambi¨¦n generan problemas sociales. Pero eso ser¨ªa otro debate. Toma estos 16 apuntes como simples percepciones de un viajero que descubre las curiosidades de un pa¨ªs extra?o. Sin m¨¢s pretensiones de filosofar sobre la compleja sociedad japonesa.
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