Palestina, nostalgia de la flor de azahar
Tanto la existencia del Estado de Israel, con las fronteras acordadas por la ONU en 1948, como la exigencia de una Palestina libre y segura, son causas morales de nuestro tiempo
En 1949, un grupo de notables palestinos expulsados de Jaffa al establecerse el Estado de Israel y refugiados en L¨ªbano envi¨® un elaborado manifiesto a Washington. En ¨¦l, c¨¢ndidamente, escrib¨ªan: ¡°Dado que las Naciones Unidas han demostrado hasta ahora ser tan d¨¦biles como para no poder forzar a los jud¨ªos a comportarse de acuerdo con el derecho internacional, nos dirigimos en demanda de ayuda al Gobierno de los Estados Unidos, poderosa y generosa naci¨®n, dispuesta a defender los derechos del hombre y la libertad de los pueblos...¡±.
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Hab¨ªa en el documento una significativa alusi¨®n a la industria c¨ªtrica: ¡°Ha pasado ya un a?o desde que la gente abandon¨® sus huertas. En todo ese tiempo no han sido regadas ni cuidadas. Si no se presta atenci¨®n inmediata a los naranjos, la mayor¨ªa tendr¨¢n que ser sustituidos y los nuevos no dar¨¢n fruto antes de seis a?os¡±. Medio siglo despu¨¦s, el profesor Hisham Sharabi escrib¨ªa: ¡°En Jaffa, el oto?o es la estaci¨®n predilecta, cuando el perfume de la flor de azahar inunda el aire y el mar azul plata est¨¢ calmo y sopla, acariciadora, la brisa de poniente¡±. El documento de 1949 conclu¨ªa as¨ª: ¡°A menos que los refugiados sean reasentados en los lugares y tierras que les pertenecen, la paz que se busca para esta parte del mundo nunca reinar¨¢, aun cuando superficialmente pueda parecer que el problema se ha solucionado¡±.
Setenta a?os despu¨¦s, la nostalgia de la flor de azahar, evocadora del derecho al retorno a las tierras expoliadas, subsiste, si bien el concepto retorno ha sido pragm¨¢ticamente modificado por la Autoridad Nacional Palestina. Y sus dirigentes, al igual que su poblaci¨®n, ya no se refieren a Estados Unidos como generosa naci¨®n. La lectura de La limpieza ¨¦tnica de Palestina, de Ilan Papp¨¦, e Israel y Palestina: revisiones y refutaciones, de Avi Shlaim, ambos representantes de la moderna historiograf¨ªa jud¨ªa, reconforta al constatar que hay sectores de la sociedad israel¨ª no dispuestos a comulgar con ruedas de molino. Denuncian la versi¨®n oficial del trato dado a los palestinos desde 1948. Avi Shlaim clasifica a los diversos presidentes norteamericanos en dos escuelas: la del ¡°Israel, primero¡± y la que denomina ¡°escuela equilibrada¡±. Sostiene que la mayor¨ªa de los mandatarios ha pertenecido a la primera, constituyendo Carter y Bush padre dos notables excepciones y siendo Bush hijo el m¨¢s proisrael¨ª. En relaci¨®n con Oriente Pr¨®ximo, mantiene que ¡°un presidente norteamericano ha de ser equilibrado y no solo lograr seguridad para Israel, sino tambi¨¦n justicia para los palestinos¡±.
La connivencia de Israel y EE?UU es m¨¢s intensa que nunca. Se materializ¨® al llevar la embajada a Jerusal¨¦n
Hace un par de d¨¦cadas la parte de la sociedad israel¨ª que reconforta era activa. Isaac Rabin, Shimon Peres y Arafat llegaron a sintonizar. Se entend¨ªan. Se hab¨ªan combatido durante muchos a?os, pero el t¨¢ndem Rabin-Peres lleg¨® a conectar con el l¨ªder palestino, tan vilipendiado, tanto tiempo odiado. Arafat correspondi¨® y triunf¨® el pragmatismo. Hab¨ªa asumido p¨²blicamente la resoluci¨®n 181 de Naciones Unidas (29-11-1947) que preconizaba la institucionalizaci¨®n de dos Estados, palestino y jud¨ªo, y por tanto la aceptaci¨®n de este ¨²ltimo. Un ambiente nutrido de sentido de la historia y de mero sentido com¨²n posibilit¨® que la raz¨®n venciera a la emoci¨®n. Los acuerdos de Oslo de 1993, derivados de la conferencia de Madrid de 1991, significaron el repudio del recelo y la asunci¨®n de la confianza.
Una parte de Israel no crey¨® en la sinceridad de Arafat, cuya aceptaci¨®n del Estado de Israel llev¨® a David Grossman a escribir: ¡°Durante a?os y a?os hab¨ªamos esperado esas palabras. Y ahora que Arafat las ha pronunciado, solo sabemos decir: no puede ser verdad, no es sincero. Esta es la trampa en que nos hallamos los israel¨ªes. Nos aterrorizan los cambios, pero no nos espanta el cambio a peor, solo aquellos que suponen una mejor¨ªa, los que nos obligan a enfrentarnos a una situaci¨®n nueva... El miedo bloquea todo intento de comprender la realidad¡±.
En 1995, Yigal Amir, encarnaci¨®n del Israel del recelo y el odio, asesin¨® a Isaac Rabin, art¨ªfice del camino que deber¨ªa haber conducido a la paz y a la dignidad. A partir de entonces, ulteriores primeros ministros se han dedicado a imposibilitar la creaci¨®n de un Estado palestino, multiplicando la creaci¨®n de colonias jud¨ªas en los territorios ocupados y boicoteando posibles conversaciones de paz. Ariel Sharon y Benjam¨ªn Netanyahu son los dos primeros ministros que m¨¢s se han empe?ado en poner fin al ¡°problema palestino¡± mediante la expulsi¨®n, liquidaci¨®n o neutralizaci¨®n (v¨ªa humillaci¨®n) de los palestinos, tal y como refleja el libro de Sharon Pape en 2002: ¡°La guerra de la independencia no ha terminado. 1948 no fue sino el primer cap¨ªtulo¡±. Dov Weisglass, mano derecha de Sharon, en 2004: ¡°Con los americanos hemos acordado la congelaci¨®n del proceso pol¨ªtico, lo que impide el establecimiento de un Estado palestino y la discusi¨®n sobre los refugiados, las fronteras y Jerusal¨¦n¡±.
En 1919, Weizmann, luego primer presidente, exigi¨® una Palestina ¡°tan jud¨ªa como Inglaterra es inglesa¡±
El otro gran manipulador de la realidad y de la verdad, experto en fake news, es Netanyahu. UNRWA, la agencia creada por la Asamblea General de la ONU para amparar y dar asistencia a los cinco millones y medio de la di¨¢spora palestina, seg¨²n el premier israel¨ª, ¡°perpet¨²a el problema de los refugiados¡±. La perpetuaci¨®n se evitar¨ªa con la creaci¨®n de un Estado palestino, a la que ¨¦l se opone. Sin embargo, Netanyahu ha logrado convencer a Trump para que liquide a la agencia suprimiendo la importante y generosa, esta vez s¨ª, contribuci¨®n que desde hace a?os Washington donaba. La connivencia israelo-norteamericana es m¨¢s intensa y completa que nunca. Se ha materializado en el traslado de la embajada a Jerusal¨¦n, rompiendo el consenso internacional y en el pleno apoyo de Washington a la ley b¨¢sica que convierte a Israel en Estado naci¨®n solo para jud¨ªos, excluyendo al 20% de la poblaci¨®n israel¨ª de origen ¨¢rabe y eliminando el car¨¢cter oficial de su lengua. La mayor¨ªa de los l¨ªderes sionistas de finales del XIX y principios del XX deseaban el mayor Estado posible con la menor cantidad posible de ¨¢rabes. En 1919, en la Conferencia de Paz de Par¨ªs, Chaim Weizmann, uno de los sionistas moderados y luego primer presidente de Israel, exigi¨® una Palestina ¡°tan jud¨ªa como Inglaterra es inglesa¡±.
Considero que tanto la existencia del Estado de Israel, tras la barbaridad del Holocausto, con las fronteras acordadas por la ONU en 1948, como la exigencia de una Palestina libre y segura, tras las barbaridades infligidas a los palestinos, son, ambas, causas morales de nuestro tiempo. Se trata de dos pueblos, esquejes del mismo tronco sem¨ªtico, que la comunidad internacional y en especial la Uni¨®n Europea deben ¡ªante la vergonzosa e indigna actitud de los Estados Unidos de Trump¡ª activamente contribuir a una soluci¨®n satisfactoria para ambos.
Coda UNRWA. Mientras tanto, y a pesar de la indigna decisi¨®n de Trump, quien, pretendiendo un chantaje, suprime la contribuci¨®n financiera y politiza as¨ª la ayuda humanitaria, la organizaci¨®n de Naciones Unidas ha abierto estos d¨ªas sus 711 escuelas en la regi¨®n, a donde acuden 526.000 ni?os y ni?as y donde se ense?an la tolerancia, el respeto de los derechos humanos y el desarrollo del pensamiento cr¨ªtico.
Emilio Men¨¦ndez del Valle, embajador de Espa?a, fue el primer presidente del Comit¨¦ espa?ol de UNRWA (2005-2007).
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