Pol¨ªtica y colesterol
Gracias a un nuevo marco anal¨ªtico tenemos m¨¢s extrema derecha que antes y se ha reducido el populismo de izquierdas
La pregunta del mill¨®n en nuestros d¨ªas, que mantiene en vilo a mir¨ªadas de intelectuales de izquierdas en todo el mundo, es esta: ?por qu¨¦ sube la extrema derecha (tambi¨¦n llamada ¡°derecha populista¡± o ¡°nacional-populista¡±)? As¨ª planteada es dif¨ªcil responderla en pocas palabras, porque los casos de Bolsonaro, Orb¨¢n, Le Pen, Trump, la AfD o la Liga Norte no son iguales y ser¨ªa aventurado arriesgar una respuesta ¨²nica para todos. As¨ª que quiz¨¢s sea aqu¨ª aconsejable la m¨¢xima de ¡°ir por partes¡± e intentar contestar a esta pregunta solo en el caso espa?ol, por aquello de que la caridad bien entendida empieza por uno mismo.
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Si se me permite un s¨ªmil sanitario dir¨¦ que, para estos intelectuales preocupados (no estoy seguro de si est¨¢n preocupados porque son de izquierdas o si obtienen su calificaci¨®n pol¨ªtica por manifestar p¨²blicamente esta preocupaci¨®n) el extremismo populista es como para los m¨¦dicos el colesterol: nuestro disparatado estilo de vida fomenta su crecimiento, pero es importante distinguir el colesterol bueno del malo, pues este ¨²ltimo es el m¨¢s peligroso en t¨¦rminos cardiovasculares. Por razones parecidas, a estos intelectuales les preocupa ante todo el extremismo de derechas, que es el colesterol pol¨ªticamente incorrecto. Es notorio, sin duda, que hasta hace poco no exist¨ªa entre nosotros, al menos declaradamente, una opci¨®n pol¨ªtica de extrema derecha que fuese electoralmente significativa. Y tambi¨¦n lo es que, en los ¨²ltimos tiempos, ha aparecido una, Vox, que en las estimaciones m¨¢s optimistas para ella ronda el 4% de las expectativas de voto. Es una se?al, desde luego, como cuando en un an¨¢lisis de sangre se descubre una presencia antes inexistente de colesterol malo. Pero se dir¨ªa que es a¨²n insuficiente para tomar medidas dr¨¢sticas de medicaci¨®n, y que bastar¨ªa con recomendar al paciente h¨¢bitos de vida m¨¢s saludables. Pero si los intelectuales de izquierdas est¨¢n tan alarmados no es por eso, sino porque han detectado una subida mucho m¨¢s elevada: a ese presunto 4% le suman el 22% de Ciudadanos y el 21% del PP, que en los ¨²ltimos tiempos se han convertido en grupos provocadores de extrema derecha, con lo cual la cosa se torna mucho m¨¢s alarmante, porque el populismo malo se sit¨²a muy cerca del 50% del electorado.
De manera que esta es la esencia ¡ªtranquilizadora, espero, pero banal¡ª de mi respuesta: la extrema derecha ha subido tanto en Espa?a porque, como ha hecho recientemente el CIS, hemos cambiado los criterios de medici¨®n, bajando el nivel de alarma unos cuarenta puntos. Lo ¨²nico que podr¨ªa yo recriminar a estos intelectuales es que se les haya pasado por alto esta modificaci¨®n del baremo, ya que han sido ellos mismos quienes la han hecho. Pero un olvido lo tiene cualquiera.
Podemos, Izquierda Unida, ERC y Bildu se han convertido por fin en partidos de centro, abanderados de la democracia liberal
Con este nuevo marco anal¨ªtico tenemos m¨¢s extrema derecha que antes, es cierto, pero es porque nos hemos vuelto mucho m¨¢s exigentes y menos tolerantes con el colesterol pol¨ªtico. Y, en ese sentido, el baremo corregido tambi¨¦n nos ha dado buenas noticias: el populismo o el extremismo de izquierdas, que seg¨²n los viejos est¨¢ndares se situar¨ªa hoy en torno al 16%, con los nuevos ha desaparecido de la anal¨ªtica (o, como mucho, ha quedado reducido a la CUP, que no se presenta a las elecciones generales): en Espa?a ya no hay extrema izquierda o levopopulismo en niveles parlamentarios. Podemos, Izquierda Unida, ERC y Bildu se han convertido por fin en partidos de centro abanderados de la democracia liberal y los derechos civiles, y ello sin necesidad de cambiar para nada ni su ideario ni sus m¨¦todos ni sus v¨ªnculos geneal¨®gicos con el terrorismo, el estalinismo, el secesionismo o el bolivarianismo, r¨¦gimen este ¨²ltimo del que olvidamos con frecuencia que es capaz de dar de comer tres veces al d¨ªa a sus adeptos. E incluso, aunque los intelectuales de izquierdas no quieran por humildad esgrimir este triunfo, tambi¨¦n hay una parte del colesterol pol¨ªticamente incorrecto que ha sido extirpado del sistema por este procedimiento: el PNV y el PDeCAT han quedado enteramente libres de cualquier traza de dextropopulismo, el primero convertido en representante del progresismo pragm¨¢tico capaz de dar de comer a sus adeptos hasta cuatro veces diarias con estrellas Michelin, y el segundo en s¨ªmbolo del radicalismo democr¨¢tico chomskiano. Solo queda transmitirle estas buenas nuevas al Poder Judicial, que debido a su proverbial lentitud y a sus sospechosas simpat¨ªas hacia la banca a¨²n no se ha adaptado al nuevo esquema por el que ha de regirse la opini¨®n p¨²blica.
Los avances logrados en este proceso de saneamiento, aunque todav¨ªa insuficientes, son esperanzadores en la lucha contra el colesterol pol¨ªtico, que se situar¨¢ en niveles finlandeses en cuanto consigamos enterrar definitivamente a Franco. As¨ª que ¨¢nimo. Otro d¨ªa hablamos de Bolsonaro.
Jos¨¦ Luis Pardo es fil¨®sofo.
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