Tiempo de desgarros
Acaban de convocarse unas elecciones en Andaluc¨ªa y ya se habla de que tal vez habr¨¢ que repetirlas
En tiempos de incertidumbre todo es m¨¢s complicado. Pocas veces desde la Guerra Civil la pol¨ªtica espa?ola hab¨ªa estado tan polarizada y fragmentada como ahora. El bipartidismo, dominante desde la Transici¨®n, ha quedado atr¨¢s, y con ¨¦l, la alternancia en el poder de dos partidos que gracias a esa preeminencia electoral pod¨ªan colonizar desde el Ejecutivo todo el aparato institucional del pa¨ªs. De aquellos pactos, estos lodos: una desconfianza cr¨®nica en los pol¨ªticos y tambi¨¦n en las instituciones. Nadie se atreve a prever qu¨¦ puede suceder ni en el futuro m¨¢s inmediato. Acaban de convocarse unas elecciones en Andaluc¨ªa y ya se habla de que tal vez habr¨¢ que repetirlas.
Hay luchas feroces en la derecha entre el PP, Ciudadanos y Vox, y luchas por la hegemon¨ªa tambi¨¦n en la izquierda, entre el PSOE y Podemos, aunque traten de hacer de la necesidad virtud y se esfuercen por mantener una fr¨¢gil ¡°competici¨®n cooperativa¡± para sostener el Gobierno. Cada uno de los cuatro grandes partidos tiene fronteras que defender con varias fuerzas pol¨ªticas a la vez y en cada uno de ellos hay luchas, algunas muy virulentas, entre fracciones y corrientes internas. Los l¨ªderes que sobreviven est¨¢n exhaustos y cada vez hay menos gente brillante que quiera dedicarse a la pol¨ªtica.
A todo ello se superpone adem¨¢s una lucha territorial que tiene en Catalu?a su punta de lanza, y luchas no menos enconadas en el interior de cada bloque sobre c¨®mo gestionar este conflicto. Entre los partidos de ¨¢mbito nacional cada vez hay m¨¢s distancia: mientras unos abogan por negociar, otros piden que se aplique de nuevo y con mayor dureza el art¨ªculo 155 de la Constituci¨®n. Casado propone incluso ilegalizar a la CUP. En el lado soberanista la situaci¨®n no es mejor. All¨ª donde hace un a?o se articulaba uno de los movimientos unitarios m¨¢s sorprendentes, capaz de aunar en una misma hoja de ruta a los anticapitalistas de la CUP y los liberales neoconvergentes, reina ahora la divisi¨®n y la desconfianza mutua. Algunos de sus principales dirigentes, que hace un a?o se abrazaban en p¨²blico, ahora ni se hablan. Elsa Artadi acaba de revelar que Carles Puigdemont ha enviado cuatro cartas y un libro a Oriol Junqueras, y no ha recibido respuesta...
?De d¨®nde saldr¨¢ pegamento para tanta fractura?
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