Carta a Xi Jinping
Como dicen ustedes: 'c¨®ng ji¨¤n r¨² li¨²', hay que aceptar las cr¨ªticas como el fluir de la corriente, vengan de donde vengan
Estimado presidente Xi: es buena se?al, dicen diplom¨¢ticos espa?oles, que nos haga una visita de Estado la semana pr¨®xima. Se encontrar¨¢ con un pa¨ªs que ha superado la emergencia financiera. Poco que ver con el que recibi¨® hace siete a?os al primer ministro chino Li Keqiang. Entonces se comprometieron ustedes a seguir comprando deuda espa?ola. Eso no se olvida, y posiblemente contribuya a que este Gobierno, como los anteriores, evite cualquier tema que su delegaci¨®n prefiera no abordar.
No tiene usted previsto comparecer ante los medios. Es una l¨¢stima, porque ya es hora de que la segunda econom¨ªa mundial salga del plasma. Significar¨ªa mucho que dejaran de escudarse en su holgada posici¨®n financiera, esa que hace que los pol¨ªticos occidentales se autocensuren para no incomodarles. Podr¨ªa desmentir los bulos que se cuentan sobre su pa¨ªs, cargados de prejuicios culturales, cuando no racistas. Pero a cambio, presidente, tendr¨ªa que responder a preguntas.
Ha de entender que el mundo se cuestione, por ejemplo, qu¨¦ hacen con los miles de musulmanes uigures detenidos sin cargos en Xinjiang. O qu¨¦ ha sido del exjefe de Interpol Meng Hongwei. Afincado en Lyon, fue detenido en septiembre en un viaje a China. Es un funcionario internacional, pero en su pa¨ªs no goza de inmunidad diplom¨¢tica. ?Se trata, acaso, de una purga interna? Estados Unidos les acusa de querer robarles secretos empresariales y militares. La Nueva Ruta de la Seda, su proyecto estrella de inversi¨®n, preocupa a Bruselas. En un documento este a?o, 27 embajadores de la Uni¨®n Europea en Pek¨ªn aseguraban que va en contra de la agenda comercial de la Uni¨®n y que favorece a las empresas chinas subsidiadas. ?Qu¨¦ responde?
Hoy los gigantes estadounidenses de Internet est¨¢n m¨¢s cuestionados que nunca por el tratamiento de los datos personales. ?Qu¨¦ l¨ªmites ponen ustedes? ?Es el sistema de cr¨¦dito social chino, esa especie de carn¨¦ c¨ªvico por puntos, tan orwelliano como lo pintan? El momento para pronunciarse es perfecto, pi¨¦nselo: sus rivales, Estados Unidos y Rusia, est¨¢n en m¨ªnimos de credibilidad. Hasta ahora ustedes han intentado comprar los afectos. Pagaron una millonada para que Xinhua tuviera un cartel luminoso en la plaza neoyorquina de Times Square. Pero nadie cree a una agencia oficial que escribe al dictado de su Gobierno. Est¨¢n abriendo institutos Confucio en medio mundo y financiando programas culturales. Quiz¨¢ les haya servido para seducir a ciertas ¨¦lites, aunque a la sociedad civil le rechina la propaganda china.
Han conseguido avanzar m¨¢s que ning¨²n pa¨ªs sin abrazar el modelo occidental. Millones de sus compatriotas est¨¢n orgullosas de ello. Pero acad¨¦micos y miembros del Partido Comunista, en privado, critican que haya cambiado la Constituci¨®n para acumular m¨¢s poder. El argumento de que Occidente quiere contener a China ya no sirve. Como dicen ustedes: c¨®ng ji¨¤n r¨² li¨², hay que aceptar las cr¨ªticas como el fluir de la corriente, vengan de donde vengan. @anafuentesf
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