Los chinos se saltan dos pasos
El equipo de He Jiankui ha elegido un concepto de frontera entre la cura y la mejora
Ni un solo cient¨ªfico conocedor del campo dudaba de que esto pod¨ªa ocurrir, y pocos dudaban de que acabar¨ªa ocurriendo. La t¨¦cnica CRISPR de edici¨®n gen¨®mica es simple, eficaz, viable econ¨®micamente y lleva unos a?os al alcance de cualquier laboratorio de gen¨¦tica del mundo. Estados Unidos, Reino Unido y la Europa continental, escaldados todos por unos precedentes de la embriolog¨ªa humana que da escalofr¨ªos recordar, como el fraude de la clonaci¨®n del surcoreano Hwang Woo Suk, han apostado estos a?os por el principio de precauci¨®n y las garant¨ªas de seguridad. Nadie en Occidente considera seguro todav¨ªa que CRISPR no produzca mutaciones secundarias (off target, en la jerga, fuera de la diana) que causen al ni?o un da?o mayor del que le evita la modificaci¨®n gen¨¦tica buscada. Este es el primer paso que se ha saltado hoy la ciencia china, y el m¨¢s acuciante de clarificar ahora mismo.
Pero He y sus colegas se han saltado tambi¨¦n un segundo paso que, seguramente, ser¨¢ a¨²n m¨¢s importante a medio plazo. Se trata de lo siguiente: la modificaci¨®n gen¨¦tica de embriones humanos est¨¢ llamada a entrar en conflicto no ya con las jerarqu¨ªas eclesi¨¢sticas que gustan de oponerse a cualquier cosa que pretenda mejorar la calidad de vida de sus feligreses, sino tambi¨¦n con un espeso enjambre de restricciones legales, objeciones ¨¦ticas y prejuicios populares.
El camino que los cient¨ªficos y los bio¨¦ticos preve¨ªan hasta ahora empezaba por curar enfermedades gen¨¦ticas, primero en el cuerpo del propio paciente (modificaci¨®n som¨¢tica) y despu¨¦s en su ¡°l¨ªnea germinal¡± (las c¨¦lulas que generan sus ¨®vulos o espermatozoides), de manera que la enfermedad hereditaria en cuesti¨®n quede eliminada en sus hijos, sus nietos y toda su descendencia. Parece claro que curar una enfermedad encontrar¨¢ menos resistencia p¨²blica que mejorar?a los hijos, por ejemplo confiri¨¦ndoles una alta inteligencia (cosa que de momento nadie sabe c¨®mo hacer, en cualquier caso).
¡°Si yo muto el gen CCR5 en mis hijos¡±, se preguntaba Silver, ¡°?eso es curar una enfermedad o mejorar una estirpe?¡±
Pero He ha elegido justo un concepto de frontera entre la cura y la mejora. Lee Silver, bi¨®logo molecular y escritor futurista, plante¨® justo este problema ya en los a?os noventa. Hay una mutaci¨®n natural (que inactiva el gen CCR5, un receptor del VIH en las c¨¦lulas humanas) que impide que enfermen de sida incluso las prostitutas africanas de los pa¨ªses m¨¢s afectados, que reciben varias dosis de semen infectado cada d¨ªa. ¡°Si yo muto el gen CCR5 en mis hijos¡±, se preguntaba Silver, ¡°?eso es curar una enfermedad o mejorar una estirpe?¡±. Silver fue prof¨¦tico. Si los resultados chinos se confirman, estaremos viviendo en la frontera entre la cura y la mejora. La mera cura es el segundo paso que se ha saltado He.
Si las ni?as salen adelante sin problemas de salud, las consecuencias ser¨¢n grandes. Aun restringi¨¦ndonos al caso particular del gen CCR5, los padres de todo el planeta empezar¨¢n a preguntarse si har¨ªan bien en proteger a sus hijos del sida. Y despu¨¦s vendr¨¢n el resto de los 20.000 genes humanos. Si alguna de las ni?as tiene problemas gen¨¦ticos (mutaciones off target), el suceso ser¨¢ una tragedia y entorpecer¨¢ de manera notable el avance de esta biotecnolog¨ªa. En cualquier caso, seguiremos hablando de He durante semanas y meses.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.