La estimulaci¨®n el¨¦ctrica del cerebro mejora el estado de ¨¢nimo
Un grupo de investigadores de EE UU identifica una nueva regi¨®n del cerebro sobre la que actuar para sacar a las personas de la depresi¨®n
Desde hace a?os, muchos enfermos de p¨¢rkinson se han beneficiado de la posibilidad de estimular su cerebro con impulsos el¨¦ctricos. Muchos m¨¦dicos han tratado de utilizar t¨¦cnicas similares para cambiar el estado de ¨¢nimo de personas deprimidas, pero los intentos de probar su eficacia a gran escala han tenido efectos limitados. Cuando la estimulaci¨®n cerebral profunda se aplica en peque?os grupos de pacientes, en fases de estudio inicial, los resultados son prometedores, a veces incluso sorprendentes, porque en poco tiempo pueden hacer sentir mejor a personas que llevan a?os postradas por la depresi¨®n. De hecho, seg¨²n contaba a la agencia SINC Daamian Denys, investigador de la Universidad de ?msterdam (Holanda), el principal problema del tratamiento puede ser su efectividad. ¡°Imagina que eres un padre de familia con mujer e hijos y que llevas deprimido y postrado en el sof¨¢ los ¨²ltimos 30 a?os. Comienzas el tratamiento y de repente un buen d¨ªa llegas a casa y eres activo, te interesa todo, sales y compras billetes a Par¨ªs para toda la familia porque quieres ver el Louvre. Los s¨ªntomas desaparecen y la gente realmente cambia mucho en muy poco tiempo. Para la familia, el trabajo y el ambiente en general este cambio es tan brutal que puede producir hasta una sensaci¨®n de amenaza¡±, argumentaba. Cuando el tratamiento se pone a prueba en grandes ensayos, sin embargo, las dificultades para demostrar su eficacia a¨²n son importantes.
Hoy, un equipo de investigadores de la Universidad de California en San Francisco (UCSF), en EE UU, presentan nuevamente resultados prometedores contra la depresi¨®n en un peque?o grupo de pacientes tratados con est¨ªmulos el¨¦ctricos. En un art¨ªculo que se publica en la revista Current Biology, explican c¨®mo estimularon la corteza orbitofrontal lateral, una regi¨®n que se ubica sobre las cuencas de los ojos y que est¨¢ relacionada con el procesamiento de las emociones y la recompensa. Seg¨²n explican los autores, los impulsos el¨¦ctricos mejoraron el estado de ¨¢nimo de los pacientes y produjeron una actividad similar a la que se observa en una persona que experimenta un buen estado de ¨¢nimo. De alguna forma, la estimulaci¨®n devolv¨ªa a los circuitos relacionados con el estado de ¨¢nimo a su correcto funcionamiento.
La estimulaci¨®n cerebral profunda es invasiva y solo se aplica en personas que no responden a otros tratamientos contra la depresi¨®n
Para mejorar el estado de ¨¢nimo de pacientes deprimidos, se han buscado las regiones m¨¢s apropiadas para cada tipo de paciente, pero, seg¨²n explica Kristin Sellers, investigadora de la UCSF y coautora del estudio, ¡°nuestra comprensi¨®n de la depresi¨®n no es lo bastante buena a¨²n para lograr ese tipo de personalizaci¨®n¡±, aunque se aspira a que lo sea. Por el momento, ¡°hay m¨²ltiples blancos para la estimulaci¨®n que podr¨ªan ayudar con los s¨ªntomas¡±. ¡°Esto puede ser como entrar en una autopista. Hay varias rampas que te pueden llevar a la carretera a la que quieres llegar¡±, explica.
Estudiar los efectos de la estimulaci¨®n el¨¦ctrica tiene limitaciones importantes. Por un lado, para implantar los electrodos con que aplicarla, es necesario que los pacientes se sometan a cirug¨ªa, una intervenci¨®n invasiva que deja esta opci¨®n solo para las personas con depresiones que no responden a tratamientos m¨¢s convencionales como los f¨¢rmacos. En el estudio que se publica hoy, para explorar la corteza orbitofrontal como diana para la estimulaci¨®n el¨¦ctrica, los investigadores aprovecharon a un grupo de 25 personas con epilepsia a las que ya se hab¨ªa implantado electrodos para buscar el origen de sus brotes y que, adem¨¢s de esquizofrenia, sufr¨ªan depresi¨®n. ¡°Una pregunta que deberemos responder es si la estimulaci¨®n de esta regi¨®n tambi¨¦n alivia los s¨ªntomas de personas con depresi¨®n pero sin epilepsia¡±. Adem¨¢s, deber¨¢n plantear ensayos en los que se siga a los pacientes durante un largo periodo de tiempo y no solo observen el alivio durante una semana o dos, como se hizo con este estudio.
Mientras se comprenden mejor las ¨¢reas del cerebro y cu¨¢les son ideales para la estimulaci¨®n, se est¨¢n desarrollando dispositivos que permiten aplicarla sin cirug¨ªa. Encontrar regiones m¨¢s accesibles tambi¨¦n facilitar¨¢ la implantaci¨®n de esta tecnolog¨ªa menos invasiva.
En Espa?a, hay pocos centros en los que se practique la cirug¨ªa para colocar electrodos y tratar con impulsos el¨¦ctricos la depresi¨®n. Marta Navas, neurocirujana del Hospital de la Princesa, en Madrid, explica que junto a su compa?era Cristina Torres han operado a tres personas. Dos de ellas tuvieron una recuperaci¨®n sorprende y un tercero ha respondido bien a la cirug¨ªa, pero a¨²n est¨¢ en periodo de seguimiento. "Estos pacientes requieren una vigilancia importante, frecuentemente necesitan ajustes y los cirujanos tenemos que cooperar con los psiquiatras para realizarlos", indica Navas. "Uno de estos pacientes, por ejemplo, se empez¨® a encontrar mal y era porque se le hab¨ªa acabado la bater¨ªa del dispositivo", se?ala. Aunque considera que este tipo de tratamientos son eficaces, Navas se?ala cierta reticencia por parte de los psiquiatras para dejar a los pacientes en sus manos. "Los pacientes tienen que estar bien seleccionados y deben cumplir unos criterios adecuados, pero la terapia es segura", concluye Navas.
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