La Constituci¨®n no tiene madre
Quienes quieran erigirse en defensores del pacto constitucional har¨¢n bien en impulsar una reforma que permita que la Carta Magna vuelva a reflejar el sentir colectivo de una sociedad
A sus 40 a?os la Constituci¨®n espa?ola, y con ella el conjunto de la sociedad, ha alcanzado ya una madurez suficiente como para reconocer qu¨¦ asignaturas quedaron pendientes y qu¨¦ otras han ido surgiendo en estas cuatro d¨¦cadas. Muchos han sido los cambios sociales, econ¨®micos y tecnol¨®gicos que se han producido, y aunque no todos tienen por qu¨¦ estar recogidos en una Constituci¨®n, aquellos que cambian ¡ªo que se pretende que cambien¡ª las estructuras profundas de una sociedad no pueden escapar a la Carta Magna.
Una de las cosas de las que hoy somos conscientes es de que la Constituci¨®n tuvo padres, pero naci¨® sin madres. Probablemente, cuando se concibi¨® nadie se escandaliz¨®, a pesar de que el movimiento feminista fue un importante actor de ese cambio que supuso el paso de una dictadura a una democracia. Quiero pensar que hoy esto ser¨ªa inconcebible y solo por ello merece una actualizaci¨®n. Una relectura, con participaci¨®n de mujeres, que elimine todas las instituciones patriarcales de la Carta Magna y alumbre un pacto constitucional con perspectiva de g¨¦nero de forma transversal.
En aquel momento tampoco la sociedad era consciente de que ya estaba en marcha lo que hoy consideramos el principal desaf¨ªo que tiene la humanidad: el cambio clim¨¢tico y la protecci¨®n ambiental. El art¨ªculo 45 de la Constituci¨®n se limita a reconocer ¡°el derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado para el desarrollo de la persona¡±, algo que resulta hoy insuficiente para los retos que el planeta tiene planteados. De ah¨ª que sean ya muchos los expertos que plantean que el derecho a un medio ambiente sano y equilibrado debe contemplarse como uno de los derechos fundamentales, de tal forma que el t¨ªtulo sobre derechos y deberes constitucionales a¨²ne el progreso social, el econ¨®mico y el ambiental, asumiendo as¨ª el principio de sostenibilidad, y reconociendo la necesidad de una transici¨®n ecol¨®gica justa que no deje a nadie atr¨¢s.
Aqu¨ª dos ejemplos de calado de nuevas cuestiones claves que deber¨ªan formar parte de una revisi¨®n, reforma, o actualizaci¨®n de la Constituci¨®n, entendida ¨¦sta como un hito importante ¡ªquiz¨¢ no el m¨¢s importante, pero s¨ª uno fundamental¡ª de una renovaci¨®n del pacto social y de convivencia que se vio cuestionado por la crisis econ¨®mica, agravado por la gesti¨®n pol¨ªtica que de ella se hizo y fuertemente distorsionado por la revoluci¨®n tecnol¨®gica. Todo ello sin olvidar, por supuesto, tensiones que quedaron sin resolver en el momento constituyente y cuya mayor expresi¨®n, aunque no la ¨²nica, es el modelo de organizaci¨®n territorial del Estado.
Quienes quieran erigirse en defensores del pacto constitucional har¨¢n bien en impulsar una reforma que permita que la Carta Magna vuelva a reflejar el sentir colectivo de una sociedad. De lo contrario, se la dejar¨¢ languidecer entre el inmovilismo y la irrelevancia.
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