La paradoja del experto
¡°Me acuerdo de lo que s¨¦¡±, dec¨ªa Unamuno. ?Perogrullada o sutil descripci¨®n de los mecanismos cognitivos?
El efecto Venturi, del que habl¨¢bamos -una vez m¨¢s- la semana pasada, puede mejorar el tiro de una chimenea en un d¨ªa ventoso, pues la corriente de aire sobre la boca de la misma produce una ligera disminuci¨®n de la presi¨®n que favorece la salida del humo. A no ser que el viento se cuele por la chimenea y provoque el desagradable efecto del humo revocado; por eso algunas chimeneas llevan un sombrerete giratorio que impide el revoque poni¨¦ndose siempre, como una veleta, de cara al viento.
El efecto Venturi tambi¨¦n puede ayudarnos a tomar una bebida muy caliente sin quemarnos: si la sorbemos desde el borde de la taza, creamos una corriente ascendente que enfr¨ªa el vapor y pulveriza parcialmente el l¨ªquido a la vez que lo hace ascender. As¨ª es como suelen tomar el t¨¦ los japoneses (para cuya cultura, dicho sea de paso, sorber en p¨²blico no es de mala educaci¨®n).
El efecto abanico, denominado as¨ª porque la acumulaci¨®n de datos ampl¨ªa el abanico de posibilidades a la hora de ir seleccion¨¢ndolos, conlleva la denominada ¡°paradoja del experto¡±, pues parece sugerir que los expertos en un determinado tema, al tener un m¨¢ximo de informaci¨®n sobre el mismo, ser¨¢n los m¨¢s lentos en gestionar dicha informaci¨®n. De hecho, no es as¨ª, porque un verdadero experto no se limita a acumular datos, sino que los ordena y jerarquiza de una manera que facilita su manejo.
Recordamos lo que sabemos
Alguien le dijo a Unamuno, en relaci¨®n con su extraordinaria erudici¨®n: ¡°Es que usted tiene muy buena memoria¡±, y ¨¦l contest¨®: ¡°Me acuerdo de lo que s¨¦¡±. ?Perogrullada, iron¨ªa o sutil alusi¨®n a los mecanismos cognitivos? Porque, efectivamente, nos acordamos mucho mejor de aquellos datos que podemos situar en un contexto significativo o dotado de una estructura reconocible, y eso es precisamente ¡°saber¡± algo: dotarlo de significado y relacionarlo adecuadamente con otros conocimientos. De ah¨ª el t¨®pico del sabio despistado que se olvida de d¨®nde ha dejado las gafas, pero puede reproducir sin titubear el contenido de una pizarra llena de complicadas ecuaciones.
Por eso la poes¨ªa, antes de la escritura, cumpl¨ªa, entre otras, una funci¨®n mnemot¨¦cnica, pues era m¨¢s f¨¢cil recordar las palabras al relacionarlas con otras fon¨¦ticamente similares, que es la clave de la rima. Con la generalizaci¨®n de la escritura, la poes¨ªa pas¨® a cumplir una funci¨®n meramente literaria, es decir, est¨¦tica y comunicativa; pero a¨²n quedan vestigios de su funci¨®n mnemot¨¦cnica en la cultura popular, como aquello de ¡°Treinta d¨ªas trae noviembre, con abril, junio y septiembre¡¡±.
Y hablando de rimas, hay en castellano algunas palabras, denominadas ¡°palabras f¨¦nix¡±, que como la propia ¡°f¨¦nix¡± no riman en consonante con ninguna otra. Invito a mis sagaces lectoras/es a descubrir algunas m¨¢s y a aportar sus comentarios sobre los mecanismos cognitivos. ?Hay tambi¨¦n ¡°ideas f¨¦nix¡±, dif¨ªciles de relacionar con otras?
Carlo Frabetti es escritor y matem¨¢tico, miembro de la Academia de Ciencias de Nueva York. Ha publicado m¨¢s de 50 obras de divulgaci¨®n cient¨ªfica para adultos, ni?os y j¨®venes, entre ellos Maldita f¨ªsica, Malditas matem¨¢ticas o El gran juego. Fue guionista de La bola de cristal
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