El efecto invernadero
El m¨¢s conocido y conflictivo de los ¡°efectos¡± f¨ªsicos a¨²n nos depara algunas sorpresas
Parece claro que el efecto Coolidge, del que habl¨¢bamos la semana pasada, propicia un incremento de la tasa de nacimientos, como consecuencia de un aumento de la disposici¨®n al apareamiento ante la presencia de nuevos individuos receptivos. Lo que no est¨¢ tan claro es que esto se traduzca, en todos los casos, en una ventaja evolutiva (en el sentido de favorecer la perpetuaci¨®n de la especie). En algunas especies -y muy concretamente en la humana- las cr¨ªas necesitan, para su pleno desarrollo, cuidados asiduos y prolongados por parte de sus progenitores, y la dispersi¨®n sexual podr¨ªa resultar negativa en este sentido. Por otra parte, si bien una elevada tasa procreativa ha sido, en determinados per¨ªodos y circunstancias, una necesidad de supervivencia para la especie humana, a partir de cierto punto dio paso al grave problema de la superpoblaci¨®n.
Volviendo al campo de la f¨ªsica, no se puede hablar de ¡°efectos¡± sin mencionar el m¨¢s importante y conflictivo en estos momentos: el efecto invernadero.
Habr¨ªa que empezar se?alando que el nombre, aunque indudablemente adecuado en m¨¢s de un sentido, puede resultar equ¨ªvoco, pues la forma en que la atm¨®sfera retiene el calor que recibimos del Sol no es la misma en que lo hace un invernadero de plantas.
Los cristales de un invernadero dejan pasar la luz visible, que calienta el suelo; pero el calor que el suelo devuelve en forma de rayos infrarrojos queda parcialmente retenido en el interior del recinto, y al tratarse de un espacio cerrado, el aire no circula y no puede dispar el calor por convecci¨®n (la disipaci¨®n por conducci¨®n es poco relevante, ya que, en contra de lo que muchos creen, el aire es un mal conductor del calor).
Los denominados ¡°gases de efecto invernadero¡± de la atm¨®sfera, como el di¨®xido de carbono (CO2), el metano (CH4) o el propio vapor de agua, no impiden la salida del calor confin¨¢ndolo como en un invernadero: lo que ocurre es que absorben parte de los rayos infrarrojos emitidos por la superficie terrestre al calentarse y luego los reemiten en todas direcciones, con lo que una parte de esa radiaci¨®n t¨¦rmica vuelve a la superficie y a la atm¨®sfera inferior.
El efecto invernadero es fundamental para la vida, pues sin ¨¦l la temperatura media en la superficie de la Tierra ser¨ªa muy baja; pero, al igual que ha ocurrido con la tasa reproductiva, nos hemos pasado de la raya: hemos provocado en la atm¨®sfera una ¡°superpoblaci¨®n¡± de gases de efecto invernadero, y las consecuencias amenazan con ser catastr¨®ficas.
El secreto del abanico
Est¨¢s en un invernadero lleno de plantas tropicales, como Bogart en una memorable secuencia de El sue?o eterno, y el calor, potenciado por la elevada humedad, es sofocante. Te abanicas con unos papeles que llevas en la mano y sientes un cierto alivio; ?por qu¨¦? ?Por qu¨¦ nos refrescan los ventiladores y los abanicos, si lo ¨²nico que hacen es mover el aire? ?Cu¨¢l es su secreto, y hasta qu¨¦ punto son eficaces? Una pista: aunque parezca que no tiene nada que ver, la clave est¨¢ en uno de los p¨¢rrafos anteriores.
Carlo Frabetti es escritor y matem¨¢tico, miembro de la Academia de Ciencias de Nueva York. Ha publicado m¨¢s de 50 obras de divulgaci¨®n cient¨ªfica para adultos, ni?os y j¨®venes, entre ellos Maldita f¨ªsica, Malditas matem¨¢ticas o El gran juego. Fue guionista de La bola de cristal
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.