La Europa de los balcones
En una Rep¨²blica Europea, el conflicto entre el Estado espa?ol y la Generalitat no tendr¨ªa cabida
?Se imaginan a miles de ciudadanos de toda Europa proclamando al un¨ªsono la Rep¨²blica Europea desde sus balcones? Cien a?os despu¨¦s de la proclamaci¨®n de la Rep¨²blica de Weimar desde el balc¨®n del Reichstag o de la Rep¨²blica Checoslovaca desde el del Ayuntamiento de Pre?ov, surge el Proyecto Balcones Europeos. A iniciativa de un peque?o grupo de acad¨¦micos y artistas, el pasado s¨¢bado 10 de noviembre, v¨ªspera del centenario del armisticio, desde teatros, balcones y espacios p¨²blicos en toda Europa, artistas y ciudadanos proclamaron una Rep¨²blica Europea. Leyeron un manifiesto para reivindicar que todos los ciudadanos que habitan el continente son iguales, m¨¢s all¨¢ de los Estados-naci¨®n, porque, recuperando la frase de Jean Monnet, ¡°Europa significa unir personas, no integrar Estados¡±.
Explica Ulrike Gu¨¦rot, ide¨®loga del proyecto junto al escritor Robert Menasse, que el manifiesto bebe, en la forma y el tono, de las proclamaciones de rep¨²blicas que se sucedieron en Europa en 1918. En el contenido, como se?ala Lib¨¦ration, no podr¨ªa estar m¨¢s lejos: reivindica un concepto de rep¨²blica que no exige la coincidencia entre nacionalidad y ciudadan¨ªa, declarando que ¡°los elementos constitutivos de la Rep¨²blica Europea son las ciudades y regiones europeas¡±. Plantea una visi¨®n igualitarista de Europa basada en la justicia social y reconoce la responsabilidad hist¨®rica y moral del continente europeo con el resto del mundo: ¡°La riqueza de Europa se erige sobre la explotaci¨®n de otros continentes¡±, por lo que ¡°estamos dispuestos a compartir nuestro territorio con aquellos y aquellas a quienes hemos expulsado del suyo¡±.
El pasado 10 de noviembre desde balcones y espacios p¨²blicos en toda Europa, artistas y ciudadanos proclamaron una uni¨®n de personas
M¨¢s all¨¢ de esta declaraci¨®n de principios, cuestiones pr¨¢cticas que supondr¨ªan hacer realidad la Rep¨²blica Europea como ¡°una ley de asociaci¨®n, un registro electoral o un n¨²mero de seguridad social o fiscal europeos¡ incluso un pasaporte europeo¡±, mantiene Gu¨¦rot, no debieran constituir grandes escollos habiendo sido posible converger hacia un mercado y una moneda ¨²nicos.
La idea de realizar un acto de habla (speech act) multitudinario se inspira en la capacidad transformadora que Bertolt Brecht y otros atribuyen al teatro: un lugar para la enunciaci¨®n de mundos nuevos con la complicidad del p¨²blico. Tambi¨¦n evoca impl¨ªcitamente el potencial pol¨ªtico de los enunciados performativos. En su teor¨ªa de los actos de habla, el fil¨®sofo John Langshaw Austin describe aqu¨¦llos como expresiones que realizan o convierten en hecho lo que expresan (por ejemplo, una promesa). A diferencia de un enunciado descriptivo, no pueden juzgarse como verdaderos o falsos. Ciertos enunciados performativos exigen, eso s¨ª, un determinado contexto o consenso previo, por ejemplo, sobre qui¨¦n puede emitir el enunciado.
Gu¨¦rot se refiere a la naci¨®n alemana que J. G. Fichte imagin¨® en 1806 para ilustrar c¨®mo toda entidad pol¨ªtica es, en sus or¨ªgenes, una idea compartida por unos pocos individuos. La idea se extiende y, llegado el momento, es enunciada por un colectivo en la forma de una declaraci¨®n y, seguidamente, interiorizada y desarrollada en la pr¨¢ctica por aqu¨¦l. Para que todo esto suceda de manera democr¨¢tica, el colectivo que enuncia o atiende esa enunciaci¨®n debe ser mayoritario. Mas, desde la perspectiva de los actos performativos, no debe subestimarse el efecto que la enunciaci¨®n en s¨ª misma posee, aun cuando no sea atendida por un colectivo mayoritario inicialmente.
En algunas localidades, la lectura del manifiesto del Proyecto Balcones Europeos se acompa?¨® de discursos y peque?os conciertos; en otras fue un evento m¨¢s improvisado con apenas un pu?ado de asistentes. La iniciativa ha calado, sobre todo, en localidades centroeuropeas y bastante menos en las del sur y el norte de Europa. Pero el Proyecto Balcones Europeos no es el ¨²nico en este sentido ahora mismo. A pesar del aparente euroescepticismo que recorre el continente, existen cada vez m¨¢s iniciativas que buscan realizar una Europa m¨¢s integrada, justa y democr¨¢tica. Actos, declaraciones, manifiestos, obras de teatro que van sumando, creando, poco a poco y no sin dificultad, una masa cr¨ªtica de ciudadanos convencidos de que su futuro pasa por una democracia com¨²n europea.
En el contexto espa?ol, y tras la declaraci¨®n simb¨®lica de independencia catalana el oto?o pasado, es posible que, para algunos, la idea de promover una rep¨²blica imaginada resulte provocadora o inconveniente. Sin embargo, puede servir para reflexionar sobre el juego entre imaginaci¨®n pol¨ªtica y voluntad democr¨¢tica y el modo en que hist¨®ricamente han tomado cuerpo las ideas pol¨ªticas. Tambi¨¦n para pensar en otras soluciones al problema que no pasen por la independencia o el statu quo: en una Rep¨²blica Europea, el conflicto entre el Estado espa?ol y la Generalitat no tendr¨ªa cabida.
Olivia Mu?oz-Rojas es doctora en Sociolog¨ªa por la London School of Economics e investigadora independiente. Su blog es www.oliviamunozrojasblog.com
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