Terremoto andaluz

Las urnas han arrojado en Andaluc¨ªa un resultado que complica extraordinariamente la gobernabilidad y que da un vuelco al sistema pol¨ªtico: la irrupci¨®n de un quinto partido, el ultraderechista Vox, no solo fragmenta a¨²n m¨¢s el voto de la derecha, sino que transforma el equilibrio de las fuerzas pol¨ªticas en toda Espa?a, que entran en un pentapartidismo. La pura aritm¨¦tica convierte en imposible repetir los apoyos con los que ha gobernado Susana D¨ªaz y la lectura nacional de estos resultados hace muy dif¨ªcil imaginar que Ciudadanos y Adelante Andaluc¨ªa ¡ªla marca de Podemos en la comunidad¡ª unan sus fuerzas para que la presidenta andaluza repita en el palacio de San Telmo.

Despu¨¦s de 36 a?os de gobierno socialista ininterrumpido en Andaluc¨ªa, se acaba una largu¨ªsima ¨¦poca en la comunidad aut¨®noma m¨¢s poblada de Espa?a (8,4 millones de habitantes), granero tradicional de votos del PSOE. Pese a que los socialistas han vuelto a ganar las elecciones, los resultados representan una debacle imposible de disimular para el partido de Susana D¨ªaz, que pasa de 47 esca?os a tan solo 33. Considerando que el PSOE gobierna desde la Transici¨®n, la responsabilidad de este hundimiento recae ante todo en su propia gesti¨®n, a la que han dado la espalda los andaluces.

Adem¨¢s, la participaci¨®n, la segunda m¨¢s baja en unas elecciones auton¨®micas en la regi¨®n, indica una desmovilizaci¨®n del electorado de izquierdas y una clara subida de los votantes de derechas. Si algo demuestran estos comicios es el aumento m¨¢s que significativo del voto conservador, que tendr¨¢ consecuencias en todo el Estado. Andaluc¨ªa, y a trav¨¦s de ella Espa?a, ya no es distinta en esto a los principales pa¨ªses del entorno. Aparece en las instituciones democr¨¢ticas, nada menos que con 12 esca?os y casi un 11% del voto, un partido ultraderechista de perfil todav¨ªa difuso, pero que entronca tanto con el m¨¢s radical nacionalismo espa?ol como con la subida en el contexto europeo de formaciones exc¨¦ntricas como el Frente Nacional de Marine Le Pen ¡ªque se ha apresurado a felicitar a su l¨ªder¡ª, Matteo Salvini en Italia o Alternativa por Alemania. Vox no es un partido andaluz, sino que tiene ambiciones estatales y su llegada al Parlamento aut¨®nomo condicionar¨¢ un a?o en el que se celebrar¨¢n elecciones auton¨®micas, municipales, europeas y, posiblemente, generales. La duda est¨¢ todav¨ªa en saber si se nutre solo de los votos del nacionalismo m¨¢s extremo, movilizado por la crisis catalana, o si ha sido capaz de morder en otros electorados sensibles tambi¨¦n al desaf¨ªo del proc¨¨s: representar¨ªa el s¨ªntoma m¨¢s radical de la crisis catalana en el sistema de partidos.

El PP se sostiene como segunda formaci¨®n y ha logrado frenar el sorpasso al que aspiraba Ciudadanos, pero este ¨²ltimo partido se le acerca a¨²n m¨¢s y le echa el aliento en el cuello, ya que los populares han sufrido una significativa sangr¨ªa de votos mientras que la fuerza de Albert Rivera se alza como tercer grupo al pasar de 9 a 21 esca?os, apuntalando sus liderazgos nacionales. Todav¨ªa queda partido en el seno de la derecha.

Adelante Andaluc¨ªa logra un resultado decepcionante para las aspiraciones que se hab¨ªan planteado sus dirigentes y para las expectativas que se hab¨ªan generado, y no puede aspirar ya a convertirse con sus votos en un partido bisagra ni a garantizar la gobernabilidad.

Los resultados complican cualquier c¨¢lculo nacional que pueda tener el presidente Pedro S¨¢nchez, que tras la debacle socialista aumenta su debilidad. Asimismo, marcan una clara tendencia de giro hacia la derecha y, en algunos casos, hacia la derecha m¨¢s extrema. Las formaciones conservadoras se encuentran con un electorado m¨¢s fragmentado, pero no deber¨ªan tratar a Vox como un partido m¨¢s dentro del sistema, sino como quienes defienden una ideolog¨ªa que desde?a las instituciones democr¨¢ticas. Lo peor que podr¨ªa ocurrir es que el ¨¦xito de Vox haga pensar a otros que deben seguir su camino. Esto representar¨ªa la mayor debacle del terremoto andaluz.