Una moneda virtual para unir a los rohiny¨¢
Algunas soluciones mediante tecnolog¨ªa 'blockchain' para mejorar la vida y aumentar la cohesi¨®n social de las comunidades de refugiados ap¨¢tridas y desperdigados tras las matanzas
Los rohiny¨¢ no son ni existen para el Gobierno de Myanmar (antigua Birmania) ni para el nacionalismo budista imperante en este pa¨ªs del sudeste asi¨¢tico. En los ¨²ltimos dos a?os, su drama ha saltado a la palestra internacional por las matanzas y persecuci¨®n sufrida en la regi¨®n de Rajine ¡ªun ¡°intento de genocidio¡±, en palabras de la ONU¡ª, que ha llevado a unos 700.000 rohiny¨¢, m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n aut¨®ctona, a huir de su pa¨ªs. Pero el problema se remonta d¨¦cadas atr¨¢s: desde que en 1982 la Junta Militar birmana decret¨® que para ser ciudadano del pa¨ªs hab¨ªa que pertenecer a una serie de ¡°razas¡± o ¡°etnias¡± contempladas en una lista. Y los rohiny¨¢ no estaban incluidos en ella. De la noche a la ma?ana, se convirtieron en ap¨¢tridas en su propia tierra.
¡°Desde hace a?os los rohiny¨¢ est¨¢n desperdigados por diferentes pa¨ªses del mundo¡±, explica Saqib Sheikh, director de Rohingya Project, una iniciativa que pretende recuperar el ¡°sentimiento de comunidad¡± entre la creciente di¨¢spora de este pueblo. Porque los rohiny¨¢ no solo se hallan en el vecino Banglad¨¦s, que ha acogido a la mayor¨ªa de nuevos refugiados en inmensos campamentos ¡ªm¨¢s poblados que ciertas capitales europeas¡ª, sino tambi¨¦n dispersos por Malasia, Pakist¨¢n o Arabia Saud¨ª. Se trata de familias de refugiados de segunda o tercera generaci¨®n, que han crecido en las sociedades de acogida, pero ¡°carecen del derecho a ciudadan¨ªa¡±, lamenta Sheikh en una entrevista con EL PA?S durante una conferencia sobre innovaci¨®n organizada en Estambul por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Los ap¨¢tridas se enfrentan a numerosos retos en sociedades burocratizadas y crecientemente gestionadas mediante el uso de datos personales como la actual. A muchos rohiny¨¢ se les prohibi¨® registrar el nacimiento de sus hijos en Myanmar, lo que hace que legalmente no existan. Y eso impide cosas tan habituales para un ciudadano de pleno derecho como abrir una cuenta bancaria o acudir al m¨¦dico. ¡°Al inicio, los refugiados necesitan ayuda humanitaria de emergencia, cobijo, comida... Cuando pasa un tiempo, las necesidades cambian. Necesitan medios para ganarse la vida, sanidad, educaci¨®n. Muchos rohiny¨¢ no tienen una tarjeta de identidad, ni siquiera de Acnur, y por ello se ven atrapados en la econom¨ªa sumergida, lo que lleva a la explotaci¨®n infantil, las pandillas, la prostituci¨®n...¡±, relata Sheikh. Ah¨ª es donde entra este proyecto, fundado por el activista rohiny¨¢ Mohammad Noor.
El primer paso es crear una identidad digital a trav¨¦s de una aplicaci¨®n m¨®vil dise?ada por Project Rohingya y basada en blockchain (cadena de bloques). Esta tecnolog¨ªa, popularizada por monedas virtuales como bitcoin, permite rastrear toda la cadena de datos incorporados y hace casi imposible su manipulaci¨®n, adem¨¢s de resultar muy flexible, por lo que en los ¨²ltimos a?os ha comenzado a ser utilizada en diversos proyectos de organizaciones humanitarias. ¡°Es una tecnolog¨ªa muy descentralizada, que controlan todos sus participantes, y por ello se adapta perfectamente a la situaci¨®n de los rohiny¨¢¡±, opina Sheikh.
Una vez identificados digitalmente, los rohiny¨¢ tienen acceso a varias aplicaciones financieras
Una vez identificados digitalmente, los rohiny¨¢ tendr¨¢n acceso a varias aplicaciones financieras. Por ejemplo, una que les permitir¨¢ buscar fondos para proyectos mediante el micromecenazgo de su comunidad; otra consiste en una suerte de moneda virtual. Todos recibir¨¢n ciertas ¡°fichas virtuales¡± por el mero hecho de inscribirse y luego podr¨¢n ganar m¨¢s haciendo algunos trabajos para la comunidad rohiny¨¢. ¡°Uno de sus problemas es la falta de ingresos, y de esta manera tendr¨¢n incentivos para hacer trabajos comunitarios que antes no se les pod¨ªa pagar. Ahora, en lo que trabajamos es en alcanzar acuerdos para que estas fichas puedan ser canjeadas por productos y servicios dentro de la comunidad rohiny¨¢¡±, dice el director del proyecto. ¡°B¨¢sicamente se trata de plantar la semilla de una microeconom¨ªa descentralizada¡±.
Sheikh es consciente de que la cantidad de dinero que pueda mover el proyecto no ser¨¢ muy grande: ¡°Es m¨¢s bien una herramienta cualitativa. El genocidio los ha dejado carentes de liderazgo y su situaci¨®n dispersa hace que pierdan su sentido de comunidad. El objetivo es recuperar cierta cohesi¨®n social¡±. La iniciativa, en fase de desarrollo durante todo 2018, se pondr¨¢ en pr¨¢ctica a inicios del a?o que viene entre un grupo reducidos de rohiny¨¢ en Malasia, para despu¨¦s extenderla a las comunidades de Arabia Saud¨ª y Banglad¨¦s. Si funciona bien, los impulsores pretenden proponerlo en la arena internacional para su uso por otras comunidades ap¨¢tridas.
La idea de usar dinero virtual entre los refugiados no es exactamente una novedad. La situaci¨®n de provisionalidad, la falta de documentos para trabajar en la econom¨ªa legal y la dificultad para obtener ingresos obliga a soluciones imaginativas. Por ejemplo, en Lesbos, el centro comunitario de la ONG One Happy Family funciona con una moneda virtual a trav¨¦s de una app e impresa en papel. Con ella, los refugiados pueden ir a la peluquer¨ªa del centro o comprar productos en la cantina, adem¨¢s de acceder a toda una serie de servicios que otros participantes ofrecen. ¡°La idea es que la gente que est¨¢ atrapada en esta isla durante meses o m¨¢s de un a?o, pueda tomar las riendas de su vida y ejercer ciertas responsabilidades que ten¨ªa antes de huir de su tierra¡±, explica a Planeta Futuro/EL PA?S Julia B¨¹rge, coordinadora del centro. Los implicados ¡ªque rondan los 50 ¨® 60 seg¨²n el momento¡ª reciben dos unidades cada d¨ªa solo por participar y diferentes cantidades m¨¢s por el trabajo comunitario: ¡°As¨ª hemos construido una cafeter¨ªa, una cl¨ªnica, un cine, un taller, una radio, una cocina y un banco, que es el que expide la moneda y es gestionado por un refugiado que habla persa y otro que habla ¨¢rabe¡±.
¡°Hay cientos de soluciones que se est¨¢n inventando para atender las necesidades de esta creciente poblaci¨®n de personas migrantes. El problema es que son iniciativas muy peque?as, fragmentarias y dispersas¡±, sostiene Simon Zadek, director del proyecto Catalyst del PNUD, en una de las conferencias del encuentro de Estambul titulada Naci¨®n migrante. Durante la charla se present¨® otra innovaci¨®n basada en blockchain: un pasaporte m¨¦dico electr¨®nico para refugiados y migrantes, que permita el acceso a su historial sanitario de forma segura y facilite los tratamientos por mucho que cambien de pa¨ªs o ciudad.
Pero... siempre hay un pero. Zadek considera que este tipo de innovaciones tambi¨¦n pueden tener su lado negativo al ¡°reducir la presi¨®n para que los Estados se hagan cargo de su obligaci¨®n de atender a los refugiados, algo por lo que se lleva d¨¦cadas luchando¡±. ¡°Desde luego, algo tiene que cambiar, porque la situaci¨®n actual es insostenible ¡ªresponde Sheikh¡ª. Nosotros no tenemos todas las respuestas, pero creemos que hay que buscar nuevas soluciones, porque cuando los rohiny¨¢ miran al futuro no tienen la esperanza de que vayan a recibir los mismos derechos b¨¢sicos que tienen los ciudadanos de las sociedades de acogida¡±.
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