Calentamiento

Cuando en diciembre de 2015 se cerr¨® la cumbre de Par¨ªs sobre el cambio clim¨¢tico, el mundo respir¨® aliviado porque se hab¨ªa logrado un acuerdo universal para sustituir el Protocolo de Kioto y frenar el calentamiento global. Todos sab¨ªan, sin embargo, que lo m¨¢s dif¨ªcil estaba por hacer: concretar las medidas. Eso es lo que ahora deben lograr los delegados de los 196 pa¨ªses reunidos en la 24? Cumbre del Clima de la ONU, que se celebra en Katowice (Polonia). No va a ser f¨¢cil. Los primeros pasos del acuerdo fueron r¨¢pidos e invitaban al optimismo: en 2016, la mayor¨ªa de los firmantes hab¨ªan presentado ya planes de reducci¨®n de las emisiones de gases de efecto invernadero. Pero ha resultado que las previsiones globales de reducci¨®n de emisiones, contenidas en esos planes, no garantizan poder alcanzar los objetivos de Par¨ªs. Al contrario, las emisiones procedentes del uso de combustibles f¨®siles en el transporte y en la industria han vuelto a crecer. Despu¨¦s de un periodo de estancamiento entre 2014 y 2016, en 2017 aumentaron un 1,6% y en 2018, con un alza estimada del 2,7%, alcanzar¨¢n un r¨¦cord hist¨®rico.?

Con estos datos y las previsiones de reducci¨®n contenidas en los planes de los diferentes pa¨ªses ser¨¢ del todo imposible limitar, como se acord¨® en Par¨ªs, el aumento de la temperatura media de la Tierra a final de siglo a 1,5 grados cent¨ªgrados sobre la etapa preindustrial. Y tampoco los dos grados considerados como l¨ªmite para evitar los efectos m¨¢s catastr¨®ficos del calentamiento global. Algunos informes indican que, con las actuales tendencias y previsiones, el aumento podr¨ªa superar los tres grados. Los efectos del cambio clim¨¢tico son m¨¢s r¨¢pidos de lo estimado, y el ¨²ltimo informe del panel cient¨ªfico de la ONU insiste en que solo tenemos un margen de 12 a?os para evitar que la temperatura aumente m¨¢s all¨¢ de los objetivos, teniendo en cuenta que ya ha subido 1,1 grados.?

Eso significa que para evitar el peor escenario hay que actuar muy r¨¢pido y con medidas contundentes. Los delegados de la cumbre de Katowice trabajan ahora en fijar unos criterios y est¨¢ndares de medici¨®n homog¨¦neos y lograr que todos los pa¨ªses se comprometan a reducir sus previsiones de emisiones en la revisi¨®n de los planes prevista en 2020. El problema es que la capacidad de las energ¨ªas renovables, pese a que se duplica cada cuatro a?os, no cubre el aumento de la demanda de energ¨ªa asociada al crecimiento econ¨®mico.

Una de las principales carencias del Acuerdo de Par¨ªs fue, precisamente, dejar al criterio de cada pa¨ªs la fijaci¨®n de sus objetivos de reducci¨®n de las emisiones. El borrador que se trabaja en la cumbre no modifica esa voluntariedad, de manera que todo queda al albur de las vicisitudes internas de cada naci¨®n y, en particular, la de los principales emisores. Las actuales condiciones pol¨ªticas no parecen halag¨¹e?as: el primer emisor de gases, que es China, abraza y lidera el Acuerdo de Par¨ªs, pero sus emisiones siguen, en realidad, aumentando, y el segundo, que es EE UU, tiene un Gobierno que ni siquiera cree en el cambio clim¨¢tico. Solo la Uni¨®n Europea se halla seriamente comprometida, pero este es un barco muy pesado que exige que todos remen al mismo tiempo y en la misma direcci¨®n. Luchar contra el calentamiento global va a exigir cambios m¨¢s dr¨¢sticos de los que se han planteado hasta ahora. Cada pa¨ªs, incluido el nuestro, debe aplicarse al m¨¢ximo.