Una cumbre contra el cambio clim¨¢tico en la patria europea del carb¨®n

A solo dos horas en coche de Katowice, la ciudad polaca en la que se celebra desde este domingo y hasta el 14 de diciembre la 24? cumbre del clima de la ONU (COP24), est¨¢ la central t¨¦rmica de Belchatow, una gigantesca planta que genera electricidad a partir de la quema de carb¨®n. La central tiene el cuestionable honor de encabezar el listado de las f¨¢bricas y plantas de toda la UE que m¨¢s gases de efecto invernadero expulsan a la atm¨®sfera.

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Seg¨²n los datos del inventario del sistema europeo de comercio de derechos de emisiones, en 2017 gener¨® 37,6 millones de toneladas de CO₂ equivalente (la unidad de medida que se emplea para los gases de efecto invernadero). Es decir, las chimeneas de esta planta expulsaron en 2017 casi los mismos gases que Lituania y Estonia juntas.

Polonia, que ya ha organizado antes dos cumbres del clima, es el basti¨®n del carb¨®n en Europa; tanto en su uso para generar electricidad como por su potente sector minero. Casi la mitad de los trabajadores del sector del carb¨®n de Europa est¨¢n en Polonia ¡ªlo que supone m¨¢s de 110.000 empleos en este pa¨ªs¡ª. Y su Gobierno est¨¢ muy interesado en que la cumbre de este a?o tenga un espacio para la llamada ¡°transici¨®n justa¡± de los trabajadores que se queden sin empleo en el proceso de descarbonizaci¨®n.

El carb¨®n est¨¢ en el punto de mira de las pol¨ªticas contra el cambio clim¨¢tico desde hace a?os. Tambi¨¦n es responsable de muchos de los problemas de poluci¨®n de las ciudades. En la cumbre del pasado a?o, celebrada en Bonn (Alemania), el fin del uso del carb¨®n parti¨® en dos a la UE. Francia, Reino Unido e Italia firmaron una declaraci¨®n (la Power Past Coal Alliance) en la que se apostaba por el cierre de las centrales t¨¦rmicas que usan ese combustible en 2030. En el lado de los que no firmaron estaban Alemania, Polonia y Espa?a.

Pero un a?o despu¨¦s las cosas han cambiado, al menos en Espa?a, y el cambio de Gobierno puede acelerar el ocaso del carb¨®n en el pa¨ªs. Mar Asunci¨®n, responsable de Clima y Energ¨ªa de WWF Espa?a, pide al Ejecutivo que se una a la alianza lanzada en la cumbre del pasado a?o. Y que no permita que las 15 centrales de carb¨®n de Espa?a operen m¨¢s all¨¢ de 2025. La cumbre se ha abierto este domingo, aunque la ceremonia oficial ser¨¢ el lunes 3 de diciembre. Pedro S¨¢nchez, presidente de Espa?a, tiene previsto acudir.

Fuentes de la delegaci¨®n espa?ola explican que la presidencia polaca de la cumbre de Katowice ha preparado una declaraci¨®n en la que se aboga por la transici¨®n justa, es decir, por buscar salidas para los trabajadores afectados.

Un reciente informe del Joint Research Centre (JRC) ¡ª¨®rgano cient¨ªfico que asesora a la Comisi¨®n Europea¡ª cifraba en m¨¢s de 160.000 los empleos directos del carb¨®n ¡ªentre mineros y trabajadores de centrales¡ª que est¨¢n en riesgo en Europa en el proceso de transici¨®n hacia una econom¨ªa libre de gases de efecto invernadero. Esto supone que se perder¨¢n en 2030 dos tercios de los trabajos del carb¨®n en la UE. Y Polonia ser¨¢ la gran afectada de Europa.

Solo en la regi¨®n de Silesia, donde est¨¢ Katowice, 82.000 personas trabajaban en 2015 en las minas. Y la previsi¨®n es que se pierdan 40.000 puestos de aqu¨ª a 2030, seg¨²n el informe del JRC.

Desarrollar el Acuerdo de Par¨ªs

Al margen del carb¨®n y de las soluciones para los mineros, la cumbre de este a?o debe suponer un paso importante en el desarrollo del Acuerdo de Par¨ªs. En 2015 se cerr¨® ese pacto en la capital francesa. Pero no empezar¨¢ a ser efectivo hasta que en 2020 muera el a¨²n vigente Protocolo de Kioto. Hasta que eso ocurra, los negociadores de los casi 200 pa¨ªses involucrados en el Acuerdo de Par¨ªs tienen que desarrollarlo completamente.

El compromiso, explican fuentes de la delegaci¨®n espa?ola, era tener listo ese desarrollo del acuerdo en la cumbre de este 2018. Y un punto fundamental es la transparencia y la unificaci¨®n de los criterios a la hora de presentar cada pa¨ªs la informaci¨®n. Es decir, las reglas comunes.?

El objetivo del Acuerdo de Par¨ªs es que el aumento de la temperatura a final de siglo en el planeta se quede solo entre los 1,5 y los 2 grados respecto a los niveles preindustriales. Ese es el l¨ªmite que los cient¨ªficos fijan si se quieren evitar las consecuencias m¨¢s desastrosas del calentamiento global. Para lograrlo cada pa¨ªs debe presentar sus planes voluntarios de reducci¨®n de las emisiones de gases de efecto invernadero de aqu¨ª a 2030.

El problema es que el planeta ya est¨¢ en un aumento de la temperatura de un grado. Y la suma de los planes que han puesto sobre la mesa cada Estado llevar¨¢n a un aumento de m¨¢s de 3 grados. Por ello, hace falta que se revisen al alza esos planes de recortes. Aunque la UE tiene intenci¨®n de hacerlo, no parece que en este momento (con EE UU ausente) la revisi¨®n al alza de los compromisos que contempla el Acuerdo de Par¨ªs se vaya a producir.