Maria Arnal y Marcel Bag¨¦s: ¡°Nunca tocar¨ªamos en un mitin del PP o de Ciudadanos¡±
Su primer ¨¢lbum, ¡®45 cerebros y un coraz¨®n¡¯, transforma canciones populares para hablar de asuntos como las fosas comunes. Eso no ha impedido que este a?o se hayan alzado con los galardones al mejor ¨¢lbum del a?o, mejor artista emergente, mejor ¨¢lbum pop y mejor canci¨®n en los Premios de la M¨²sica Independiente
El music¨®logo estadounidense Alan Lomax recorre la Espa?a de principios de los cincuenta grabando a personas de los pueblos cantando. Sesenta y cinco a?os despu¨¦s, todo ese incre¨ªble material subido a Internet inspira a una estudiante de antropolog¨ªa de Badalona llamada Maria Arnal y al m¨²sico tambi¨¦n catal¨¢n Marcel Bag¨¦s para crear el disco 45 cerebros y un coraz¨®n, y convertirse en una de las revelaciones musicales del a?o. La voz de Maria suena a los cantos at¨¢vicos del campo y a las fiestas populares de nuestros antepasados. Cuenta su madre que la descubri¨® tarareando antes de que supiera hablar. Y aunque la m¨²sica tiraba de ella, la adolescencia le llev¨® al baloncesto, la juventud a estudiar una carrera y la madurez a trabajar de taquillera en el Teatro Lliure de Barcelona. Pero se rompi¨® el f¨¦mur y tuvo que parar.
¡°Pens¨¦ en hacer algo que me apeteciera. Sin ninguna pretensi¨®n. Me sali¨® que quer¨ªa cantar, me apunt¨¦ a un curso de canto en el Centre C¨ªvic De La Barceloneta y el profesor me puso las pilas¡±. En aquel momento viv¨ªa en una caravana en el terreno de una amiga en Tarragona y su pareja de entonces le present¨® a Marcel, que tambi¨¦n se hab¨ªa ido de Barcelona. ¡°Mi madre me hab¨ªa dejado su piso de El Vendrell para componer sin preocuparme por el alquiler¡±, cuenta ¨¦l. A ambos les hab¨ªa echado la ciudad.
¡°Hay que pagar demasiado para vivir en Barcelona¡±, dicen. ¡°En la caravana ten¨ªamos electricidad con placas solares y wifi¡±, explica Maria. ¡°Iba tres d¨ªas a trabajar al Lliure y el resto de la semana viv¨ªa en el terreno y ensayaba con Marcel¡±. Desde el primer momento hubo qu¨ªmica entre ambos, la misma que emanan en sus conciertos y que en las fiestas de Poble Sec sedujo a su actual manager. De esto hace cuatro a?os.
Ahora acaban de cerrar su gira colgando el cartel de no hay entradas en la mayor¨ªa de sus conciertos (por Madrid, Nueva York, Lima o Mosc¨²) y elevando la emoci¨®n, del coraz¨®n a la epidermis. ¡°Nunca hubiera imaginado que mi vida podr¨ªa ser esta porque lo hab¨ªa descartado. No nos educan para so?ar, solo para comprar¡±, admite Maria. ¡°Pero no pienso que haya perdido el tiempo o haya empezado tarde [tiene 31 a?os], sino que mi trabajo es as¨ª de personal porque he hecho este camino raro y silvestre. Lo que transmito viene de ah¨ª. Aun as¨ª, muchas veces me he sentido una impostora en un mundo que no me pertenece o que no merezco. Tengo muchos amigos artistas con dedicaci¨®n plena y no han tenido nuestro recorrido¡±.
El descubrimiento del archivo digital de Lomax fue revelador para ella. ¡°Pero nunca quisimos quedarnos en la idea de reproducir o recuperar aquello, sino hacerlo nuestro. Cambiamos las letras, las melod¨ªas, ficcionamos¡ y llegamos al gran tema de qu¨¦ es la tradici¨®n y c¨®mo se comporta la gente con ella. Nos relacionamos con estas canciones no desde el nacionalismo, el existencialismo o el romanticismo, sino para hablar de tab¨²es actuales como las cunetas llenas de fosas¡±.
El t¨ªtulo de su disco habla del hallazgo real de 45 cerebros y un coraz¨®n incorruptos en una fosa com¨²n de la Guerra Civil en La Pedraja (Burgos). Cuando tocaron en Burgos acudi¨® a verles una mujer que ten¨ªa dos t¨ªos enterrados all¨ª. ¡°Fuimos con ella al lugar, cantamos el tema y nos explic¨® las historias chungas del pasado y las de ahora, donde aparecen pintadas que ponen: ¡®Rojos, sabemos donde est¨¢is y volveremos¡±, dice Marcel.
Si a esta pareja les preguntan por un lugar donde no tocar¨ªan nunca, contestan casi al un¨ªsono: ¡°En un mitin del Partido Popular o de Ciudadanos¡±. Marcel contin¨²a: ¡°Es curioso porque Andrea Levy comparti¨® en sus redes un tema nuestro. Nos preguntamos si habr¨¢ escuchado el resto del disco¡±. Lo que est¨¢ claro es que sus canciones bucean por los recodos subterr¨¢neos del ser humano, planean sobre la luminosidad de lo terrenal y lo espiritual y aciertan a dar en el epicentro de la emoci¨®n. Como las l¨²cidas abuelas o una noche de euforia.
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