Ciudad pol¨ªtica, urbe diplom¨¢tica
As¨ª debe plantearse la re-configuraci¨®n de las ciudades en la escena internacional
Despu¨¦s de d¨¦cadas en las que el papel de los gobiernos nacionales y los Estados-naci¨®n ha sido crucial en las relaciones de poder, la urbanizaci¨®n exponencial de las ¨²ltimas d¨¦cadas (sobre todo en ?frica y Asia) junto con la globalizaci¨®n y la revoluci¨®n tecnol¨®gica (que tiene especial incidencia en el mundo urbano a trav¨¦s del aterrizaje de las big tech) ponen en tela de juicio la visi¨®n centrada en la diplomacia Estado-c¨¦ntrica, as¨ª como la necesidad de poner al mundo urbano al lado de los Estados naci¨®n en las relaciones internacionales. La necesaria re-configuraci¨®n del papel de las ciudades en la escena internacional responde no solo a la necesidad de fortalecer sus competencias para poder desempe?ar su rol de forma efectiva. Sino que tambi¨¦n es una respuesta al cambio tecnol¨®gico expresado en la smart city, paradigma central del nuevo capitalismo de los datos, al debilitamiento de la democracia representativa en los Estados-naci¨®n y a la necesidad de consolidar un cortafuegos de base mayoritariamente urbana ante el auge de la extrema derecha y las democracias autocr¨¢ticas e iliberales.
El reto estrat¨¦gico ante el auge de la extrema derecha y populismos iliberales de diversa ¨ªndole que pugnan por redefinir la soberan¨ªa e identidad nacionales ante la sensaci¨®n de abandono y p¨¦rdida de oportunidades de muchas capas de la sociedad, es internacionalizar y constitucionalizar el papel de la ciudad, ofreciendo una respuesta distinta ante en esa pugna. Una pugna que busca consolidar un concepto de identidad esencialista, exclusivo, agresivo, identitario e incluso a veces violento. Una alternativa abanderada principalmente por muchas ciudades del mundo, incluso contra sus propios gobiernos (en temas vinculados con la inmigraci¨®n, el auge tecnol¨®gico, la desigualdad, la movilidad, etc.) que tiene por objetivo re-definir la soberan¨ªa desde otra perspectiva m¨¢s abierta, tolerante y progresista. Se trata de colocar a la ciudad como alternativa democr¨¢tica, pragm¨¢tica, abierta y participativa respecto a los que abogan por mayor tecnocracia, autoridad (centralizaci¨®n) e intolerancia ante la complejidad (en pa¨ªses como Hungr¨ªa, Polonia o Estados Unidos, Italia, Reino Unido, etc.) a trav¨¦s soluciones populistas y tranquilizadoras que parecen buscar designar culpables, simplificar la realidad y construir un nosotros frente al ellos, m¨¢s que responder de forma responsable y decidida a los retos del futuro.
Una respuesta sin embargo, que al ser m¨¢s inclusiva, diversa y compleja en sus recetas ante la incertidumbre post-crisis, parece menos atractiva y dif¨ªcil de entender en el marco de la pol¨ªtica-espect¨¢culo ante esa tensi¨®n fundamental por redefinir identidades y soberan¨ªas. La simplificaci¨®n de los mensajes, e incluso un cierto simplismo en el discurso y los esl¨®ganes, parece a veces la ¨²nica manera de librar la batalla sem¨¢ntica y discursiva desde sectores m¨¢s abiertos, participativos y tolerantes que buscan dar una respuesta m¨¢s progresista, compleja y en su gran mayor¨ªa, urbana. Como dec¨ªa Daniel Innerarity en un reciente art¨ªculo:
Quien hable hoy de l¨ªmites, responsabilidad, intereses compartidos tiene todas las de perder frente a quien, por ejemplo, establezca unas demarcaciones rotundas entre nosotros y ellos, o una contraposici¨®n nada sofisticada entre las ¨¦lites y el pueblo, de manera que la responsabilidad y la inocencia se localicen de un modo tranquilizador. Entre las cosas que hacen m¨¢s soportable la incertidumbre, nada mejor que la designaci¨®n de un culpable, que nos exonere de la dif¨ªcil tarea de construir una responsabilidad colectiva.
En este contexto y dado que el nosotros y el ellos como respuesta tranquilizadora a la complejidad es dif¨ªcil de articular en la ciudad por la necesidad inevitable de convivir entre distintos, ofrecer servicios y tangibles, as¨ª como por su proximidad al ciudadano (rendici¨®n de cuentas!), poner al mundo urbano en el centro del tablero y redefinir su relaci¨®n con la periferia, as¨ª como su papel a nivel internacional, puede ayudarnos a superar la crisis institucional y pol¨ªtica de muchas democracias occidentales.
La p¨¦rdida de sentido de la arquitectura institucional a nivel internacional, especialmente centrada en diplomacias Estado-c¨¦ntricas, ya no tiene sentido en un contexto de extrema interdependencia entre ciudades globales hoy hiper-conectadas. La globalizaci¨®n de las ¨²ltimas d¨¦cadas ha reconfigurado completamente el papel de las ciudades y las ¨¢reas urbanas en general, as¨ª como en las relaciones internacionales en particular. El flujo de interacciones sociales, comerciales, financiaras y pol¨ªticas entre ciudades ha superado los marcos conceptuales e institucionales bajo los que se dise?aron las diplomacias de los Estados-naci¨®n. Algunas ciudades globales y ciudades-Estado firman hoy m¨¢s acuerdos bilaterales y multilaterales con sus hom¨®logos, (tambi¨¦n con empresas, gobiernos centrales y organizaciones internacionales) que sus respectivos gobiernos nacionales. El Estado de Nueva York por ejemplo, es m¨¢s rico que Espa?a y Corea del Sur, el Estado de Sao Paulo genera la misma riqueza que Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia juntos, mientras que firma m¨¢s acuerdos comerciales y de cooperaci¨®n que su gobierno central.
Algunas ciudades globales y ciudades-Estado firman hoy m¨¢s acuerdos bilaterales y multilaterales con sus hom¨®logos, (tambi¨¦n con empresas, gobiernos centrales y organizaciones internacionales) que sus respectivos gobiernos nacionales.
Si bien las ciudades tienen un papel cada vez m¨¢s importante en el intercambio de buenas pr¨¢cticas (bilaterales) y presi¨®n pol¨ªtica coordinada hacia sus hom¨®logos nacionales, as¨ª como en las negociaciones de acuerdos globales a trav¨¦s de redes de ciudades, necesitamos trabajar por una federalizaci¨®n de la diplomacia y m¨¢s recursos, as¨ª como por un reconocimiento formal de su papel a todos los niveles. ?Pero que diferencia a las ciudades de los Estados en sus relaciones internacionales?
Las ciudades son m¨¢s pragm¨¢ticas y abiertas al cambio y la innovaci¨®n, ya que necesitan responder a desaf¨ªos tangibles y pr¨¢cticos a los que los ciudadanos se enfrentan en su d¨ªa a d¨ªa. Mientras que a diferencia de los Estados-naci¨®n, est¨¢n menos constre?idas por el ritualismo, as¨ª como por asunciones basadas en una opini¨®n p¨²blica heterog¨¦nea, construida sobre dogmas que a veces se sustentan en percepciones, prejuicios y clich¨¦s hist¨®ricos que explotan miedos los respecto al otro para consolidar un nosotros cerrado y exclusivo, creando una falsa sensaci¨®n de seguridad. Las ¨¢reas urbanas, se est¨¢n convirtiendo en los principales centros de experimentaci¨®n y cambio en temas como la participaci¨®n, el cambio clim¨¢tico o la movilidad, mientras que su similitud a nivel global, las hace m¨¢s eficientes y pragm¨¢ticas a la hora de cooperar entre ellas y encontrar soluciones comunes.
La acci¨®n internacional de las ciudades se centra normalmente en ¨¢reas que son de su competencia, tales como el transporte, la seguridad o la cultura y tiene unos objetivos basados en los resultados, que simplemente difieren de los objetivos de los gobiernos centrales en la arena internacional. Por otro lado, la forma de trabajar es distinta, ya que las ciudades cooperan en red con otras de forma m¨¢s pr¨¢ctica, focalizada y adaptada a las necesidades comunes de los ciudadanos a los que tienen que ofrecer servicios. La diplomacia de los gobiernos centrales por su parte, es mucho m¨¢s ceremonial, institucionalizada e inflexible por la inercia hist¨®rica.
Las ¨¢reas urbanas, se est¨¢n convirtiendo en los principales centros de experimentaci¨®n y cambio en temas como la participaci¨®n, el cambio clim¨¢tico o la movilidad
Aplicando la teor¨ªa de doble-juego de Putnam, podr¨ªamos decir que los win-sets (combinaciones ganadoras o puntos de acuerdo), es decir, los puntos en los que es posible el acuerdo entre actores a nivel internacional como consecuencia de que dos bloques de intereses de cada parte a nivel interno (entre actores que componen un Estado o una ciudad, por ejemplo) se cruzan y por tanto el acuerdo es posible; son mucho mayores en las ciudades que entre Estados, lo que les permite llegar a acuerdos m¨¢s f¨¢cilmente. Esto permite a las ciudades desarrollar una cooperaci¨®n flexible que depende mucho m¨¢s del di¨¢logo, la confianza, la participaci¨®n ciudadana, la experimentaci¨®n y la rendici¨®n de cuentas.
Cada vez m¨¢s ciudades destinan recursos a fortalecer sus relaciones internacionales (lo que se conoce como paradiplomacia) y sus planes de acci¨®n internacional con el objetivo de intercambiar informaci¨®n, aprender de otras ciudades sobre su gesti¨®n en determinadas ¨¢reas, as¨ª como llegar a acuerdos de cooperaci¨®n comercial, pol¨ªtica e institucional para incrementar su influencia, generar oportunidades y enfrentarse mejor a los retos de la globalizaci¨®n.
En este sentido, las ciudades desarrollan planes de acci¨®n internacional o participan en estructuras y redes multilaterales, estableciendo tambi¨¦n, delegaciones en otros lugares del planeta con el objetivo de defender sus intereses. M¨¢s concretamente, se organizan de forma bilateral a trav¨¦s de acuerdos, memorandos de entendimiento y acciones internacionales temporales y coordinadas entre ciudades (pensemos en el acuerdo entre varias ciudades Europeas sobre gentrificaci¨®n por ejemplo) o de forma multilateral a trav¨¦s de redes cl¨¢sicas generalistas y tem¨¢ticas, que configuran posiciones pol¨ªticas y consolidan plataformas de intercambio en funci¨®n del equilibrio ideol¨®gico de sus miembros (como CGLU, CEMR, EUROCITIES, ICLEI, etc.). As¨ª como tambi¨¦n, a trav¨¦s de redes filantr¨®picas tem¨¢ticas y generalistas (financiadas por fil¨¢ntropos o por sus miembros) con un prop¨®sito mucho m¨¢s t¨¦cnico que las redes cl¨¢sicas (100 Resilient Cities, C40, etc.) y que tienen por objetivo aumentar la resiliencia, fortalecer el intercambio de buenas pr¨¢cticas y aumentar la inversi¨®n.
Ante tal contexto y en vistas a las elecciones municipales y europeas del a?o que viene, las grandes ciudades, as¨ª como los municipios intermedios o m¨¢s peque?os (a trav¨¦s de redes) deber¨ªan poner sobre la mesa la necesidad de trabajar alrededor de 4 objetivos que vinculen la dimensi¨®n municipal con la integraci¨®n europea e internacional. Una mayor descentralizaci¨®n que facilite un apoyo mayor a la integraci¨®n continental e internacional, dejando a los Estados aquellos elementos tradicionales m¨¢s vinculados a la soberan¨ªa nacional. M¨¢s concretamente, las ciudades deber¨ªan buscar desde la perspectiva internacional:
- Una representaci¨®n formal en instancias internacionales como Naciones Unidas a trav¨¦s de redes existentes de cara a procesos de negociaci¨®n e implementaci¨®n de acuerdos internacionales en distintos ¨¢mbitos de impacto a nivel urbano;
- Elaborar estrategias y planes de acci¨®n internacionales (institucionales, comerciales y pol¨ªticos), as¨ª como planificar su involucraci¨®n en las distintas redes de ciudades cl¨¢sicas y filantr¨®picas, ya sea tem¨¢ticas o generalistas;
- Racionalizar su presencia en las redes existentes, as¨ª como abogar por una acci¨®n m¨¢s coordinada de estas redes, reforzando su complementariedad pol¨ªtica y t¨¦cnica en la esfera internacional, con el objetivo de evitar duplicaciones;
- Cambios constitucionales que doten a las ciudades de mayores capacidades a nivel competencia y fiscal, as¨ª como una mayor independencia como actores internacionales.
- Una reforma de la diplomacia en su conjunto, que permita una mayor presencia del mundo urbano en las relaciones internacionales como complemento al trabajo de la administraci¨®n central.
Ciudades como Barcelona o Madrid, deber¨ªan elaborar estrategias m¨¢s ambiciosas de cara a las municipales y europeas, plante¨¢ndose abrir oficinas en distintos lugares estrat¨¦gicos (Bruselas, Nueva York y Pek¨ªn, por ejemplo) para fortalecer su posici¨®n internacional, aumentar las inversiones, el intercambio de buenas pr¨¢cticas e influencia pol¨ªtica.
Carlos Mascarell Vilar es polit¨®logo y asesor del Consejo Europeo de Municipios y Regiones en Bruselas.?
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