No es una ideolog¨ªa, es una ¨¦poca
Los chalecos amarillos, como destilaci¨®n del populismo, se?alan que Macron no fren¨® la oleada sino que ha sido solo una pausa
La pelea por las palabras nunca ha sido inocente. Al contrario, su significado suele actuar como proyectil, cebo, se?uelo e incluso presa de los combates por el poder, arma y estandarte, en definitiva. El populismo es una de ellas. Casi nadie escapa al adjetivo descalificativo, de forma que a estas alturas su devaluaci¨®n es extrema.
El populismo ha sido la moneda m¨¢s corriente en este a?o que termina. A veces con adjetivos: de derechas, de izquierdas, con el prefijo de nacional o con el a?adido de fascista. Desde que surgi¨® la idea, y sobre todo desde que se le situ¨® bajo el microscopio de soci¨®logos, economistas o polit¨®logos apenas hace un siglo, sabemos que nunca ha sido una ideolog¨ªa sustantiva, sino que ha acompa?ado a otras ideolog¨ªas fuertes.
Su ¨²ltimo avatar, los chalecos amarillos franceses, sin l¨ªderes, sin organizaci¨®n y sin identidad ideol¨®gica, tienen la pureza de una destilaci¨®n. Con la iron¨ªa de que se revuelven contra Emmanuel Macron, alguien que precisamente lleg¨® a la presidencia a lomos de un corcel tan populista como es la superaci¨®n de los partidos y de la divisi¨®n entre derecha e izquierda, aunque gracias a la osad¨ªa de su cabalgada centrista bajo una bandera europe¨ªsta y antipopulista.
Los chalecos amarillos no son los ¨²nicos que han se?alado el car¨¢cter epis¨®dico de la victoria de Macron. Ah¨ª est¨¢n el doble ¨¦xito de la antipol¨ªtica en Italia, con un Gobierno de coalici¨®n de sus dos populismos, el xen¨®fobo y el antieurope¨ªsta; el ascenso del partido enemigo de la inmigraci¨®n Alternative f¨¹r Deutschland; la resonante victoria de Jair Bolsonaro en un pa¨ªs de tanto peso como Brasil, o la irrupci¨®n de Vox en Andaluc¨ªa. Macron no fue el final de la oleada sino una pausa.
Las ¨¦lites de todo tipo, no tan solo las del dinero, est¨¢n en cuesti¨®n en todo el mundo. Los motivos no tan solo no faltan ¡ªlas desigualdades m¨¢s visibles sobre todo¡ª sino que crecen. El populismo todo lo impregna y a todos atrae e interesa. Algunos, a derecha e izquierda, incluso lo reivindican. Puede que sean los m¨¢s contempor¨¢neos: ya que la ¨¦poca es as¨ª, seamos como es la ¨¦poca.<QF>
Nada explica mejor su fuerza que el uso de las redes sociales, tan caracter¨ªsticas de nuestro tiempo. ?Tambi¨¦n es populismo el MeToo feminista? Cuando todo es populista, nada es populista, y corresponde afinar algo m¨¢s antes de utilizar la palabra como proyectil. Importa especialmente para que las palabras sirvan para entender lo que sucede en vez de contribuir a aumentar la confusi¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.