Regreso al puritanismo
En Colombia, una clase dirigente ultraconservadora est¨¢ interviniendo en la vida privada y las libertades individuales
En su m¨¢s reciente libro, Reba?o, ?scar Contardo cuenta c¨®mo la Iglesia cat¨®lica influy¨® hasta hace muy poco en todos los aspectos de la vida privada de los chilenos. Alguna vez, el cronista fue a entrevistar a un sacerdote extranjero que trabaj¨® en Santiago. Durante su conversaci¨®n, una mujer los interrumpi¨® para hacerle al religioso una consulta sobre un tema ¨ªntimo. El cura le confes¨® despu¨¦s a Contardo que esas situaciones le desagradaban: ¡°Los fieles le consultaban sobre asuntos de todo tipo, como pidi¨¦ndole que tomara decisiones por ellos sobre aspectos muy alejados de la competencia de un sacerdote (¡) Agreg¨® que sol¨ªan considerar su opini¨®n como algo que nadie pod¨ªa discutir. ¡®Y los curas no somos Dios¡¯, remat¨® con una sonrisa¡±.
En otro cap¨ªtulo de su estupendo libro ¡ªen el que explora los abusos de la Iglesia en su pa¨ªs¡ª, Contardo narra que las altas autoridades cat¨®licas prohib¨ªan conciertos de grupos que les parec¨ªan sat¨¢nicos. Esto, justamente, ocurri¨® en Colombia ¡ªy, al parecer, en M¨¦xico y otros pa¨ªses de Centroam¨¦rica¡ª cuando se cancel¨® la presentaci¨®n de una banda sueca de black metal, llamada Marduk. El concierto fue clausurado por la Administraci¨®n del alcalde de Bogot¨¢, Enrique Pe?alosa, bajo presiones de grupos cristianos, con el mismo argumento que utilizaban los cat¨®licos chilenos. Seg¨²n ellos la m¨²sica de los suecos invitaba a los j¨®venes a ¡°adorar a Sat¨¢n¡±. La alcald¨ªa intervino, de manera soterrada, a favor de los cristianos. Al final, se rumora que el concierto se realiz¨® en una locaci¨®n secreta y sin ninguna publicidad.
Al mismo tiempo, el Gobierno de Iv¨¢n Duque, que apenas lleva unos meses, empez¨® a mostrar inclinaciones ultraconservadoras. Con la penalizaci¨®n de la dosis m¨ªnima ¡ªen contra de lo que dicen todos los estudios serios y lo que est¨¢ ocurriendo en lugares como Canad¨¢¡ª, Duque pretende acabar con el consumo de drogas en Colombia. No es necesario volver a demostrar ac¨¢ que la ¨²nica lucha eficiente en contra del consumo es encararlo como un tema de salud p¨²blica y no de seguridad. Duque insiste en que ¡°las drogas amenazan a nuestras familias¡±: entonces el camino es la prohibici¨®n y la fumigaci¨®n. Mentira: la amenaza es la violencia que se genera por penalizar y criminalizar.
En una analog¨ªa ofensiva, una senadora oficialista dijo que el glifosato es como la quimioterapia que cura el c¨¢ncer de los cultivos de coca
Paloma Valencia, senadora del Centro Democr¨¢tico, defendi¨® vehementemente la fumigaci¨®n en un programa de radio. Para explicar su punto de vista la senadora oficialista utiliz¨® una comparaci¨®n desafortunada: el glifosato es como la quimioterapia que cura el c¨¢ncer de los cultivos de coca. Adem¨¢s de incorrecta ¡ªuno es un asunto econ¨®mico, el otro es m¨¦dico¡ª, la analog¨ªa es profundamente ofensiva. Comparar un cuerpo enfermo con un campo sembrado de droga es perverso. Y sugerir que la quimioterapia es un mal necesario es un insulto contra los pacientes que han recibido o reciben ese tratamiento.
Eso s¨ª, a los pocos d¨ªas, la senadora se ofendi¨® porque Daniel Samper Ospina, columnista de la revista Semana y humorista, hizo un chiste sobre su nombre (ya hab¨ªa ocurrido con el nombre de su hija). Para los fan¨¢ticos como Valencia es mucho m¨¢s grave hacer un juego de palabras tonto que insinuar que hay que fumigar personas, animales y plantas con veneno para justificar una guerra perdida.
Uno de los columnistas m¨¢s l¨²cidos de la prensa colombiana, Juan Esteban Consta¨ªn, coment¨® sobre la amenaza del puritanismo en el pa¨ªs. ¡°Vivimos una ¨¦poca llena de avances y progresos en la que sin embargo, y quiz¨¢s gracias a ellos mismos, se han producido un resurgimiento y una masificaci¨®n aterradores del puritanismo, con gente que, hoguera en mano, va por el mundo se?alando c¨®mo hay que pensar, c¨®mo hay que hablar, qu¨¦ hay que leer o hacer, qu¨¦ m¨²sica es pura o casta o limpia o no, de d¨®nde son los cantantes¡±, escribi¨® en el diario El Tiempo.
Colombia siempre ha sido hip¨®crita: un pa¨ªs, como dice Fernando Vallejo, con ¡°la perversi¨®n de creer que lo grave no es matar sino que se diga¡±. Pero vivimos un preocupante regreso al oscurantismo. Una clase dirigente con una agenda ultraconservadora ¡ªliderada por Duque, Pe?alosa, Valencia y sus aliados¡ª est¨¢ interviniendo en la vida privada y las libertades individuales. Est¨¢n utilizando el Estado para castigar a quienes no comparten sus doctrinas. La oscuridad no est¨¢ en un grupo de metal sueco ni en los consumidores recreativos de marihuana. Viene de evadir discusiones importantes para refugiarse en dogmas. O, acaso, de consultar sacerdotes.
Felipe Restrepo Pombo es director de la revista Gatopardo y autor de varios libros, entre ellos la novela Formas de evasi¨®n (Seix Barral). Fue incluido en la lista Bogot¨¢39 como uno de los mejores narradores j¨®venes de Latinoam¨¦rica. Twitter: @felres
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