El relojero pop
Director creativo de Swatch, el arte y el dise?o forman parte tanto del ADN de Carlo Giordanetti como del de la firma relojera suiza. En el laboratorio que lidera en Z¨²rich se idean las innovadoras colecciones que son marca de la casa desde 1983.
EL PRIMER RELOJ Swatch de Carlo Giordanetti fue el Jellyfish, el ic¨®nico modelo transparente que dejaba a la vista su maquinaria y que crear¨ªa escuela. Su padre se lo compr¨® en un viaje a Suiza: a¨²n no se vend¨ªa en Italia. ¡°De repente me convert¨ª en el chico cool de la oficina¡±, recuerda entre risas mientras repasa los estantes que, por d¨¦cadas, exponen una peque?a selecci¨®n de los dise?os de Swatch desde sus inicios en 1983 hasta la actualidad. El laboratorio de Swatch en Z¨²rich, donde Giordanetti, director creativo de la firma, trabaja junto a un equipo de 11 personas (en su mayor¨ªa, dise?adores), atesora una modesta colecci¨®n de relojes: imposible reunir todos y cada uno de los modelos de una marca que a finales de los ochenta despachaba en torno a 200 propuestas anuales. Hoy la cifra asciende a 300.
El teatro, la m¨²sica, el arte y la ¨®pera son ¡°desde los 13 a?os¡± las pasiones de Giordanetti. ¡°En realidad yo quer¨ªa dedicarme a la interpretaci¨®n o a la direcci¨®n, pero en una familia como la m¨ªa era inconcebible. Estudi¨¦ en una escuela de negocios, pero, afortunadamente, Swatch se cruz¨® en mi camino y ahora me permite estar rodeado de todo aquello que me gusta. El arte y el dise?o forman parte de nuestro ADN¡±. De hecho, la marca suiza acaba de celebrar el ¨¦xito de los dos modelos que ha creado junto al artista brit¨¢nico Damien Hirst, quien ha rendido homenaje al nonagenario Mickey Mouse en sendos relojes de edici¨®n limitada. ¡°Es emocionante. El pasado domingo vi colas para comprar en nuestras tiendas¡±. Esa estampa, reconoce, era muy com¨²n en los noventa. Hoy ya solo ocurre en ocasiones extraordinarias. ¡°Si lo hacemos bien, todav¨ªa sucede. Pero estamos en otro ciclo. Por un lado, hay que aclarar que cuando la gente se agolpaba en nuestras tiendas para comprar el modelo de moda no ten¨ªamos demasiados puntos de venta, y hoy ascienden a m¨¢s de 700 en todo el mundo. Pero, por otro, es cierto que somos una marca madura y esos momentos de locura son m¨¢s espor¨¢dicos. Y yo creo que eso es bueno porque un exceso de deseo no es demasiado saludable. La ca¨ªda puede ser estrepitosa. Lo importante es conseguir que el deseo se mantenga en el tiempo¡±, razona Giordanetti, de 58 a?os.
En mi lista ideal de futuras colaboraciones se encuentran Marina Abramovic o Luca Guadagnino
Hirst ha sido el ¨²ltimo artista en colaborar con Swatch, para la que antes dise?aron relojes nombres como ?Keith Haring, Nam June Paik, Yoko Ono, Pedro Almod¨®var, Joana Vasconcelos, Sam Francis o Annie Leibovitz. Tambi¨¦n tienen su oportunidad los nuevos talentos, en muchos casos procedentes del Swatch Art Peace Hotel, la residencia de artistas que la ense?a tiene en Shangh¨¢i y en la que Giordanetti participa activamente. ¡°Siempre tengo los ojos abiertos para descubrir gente nueva¡±. La inspiraci¨®n para crear nuevos ¡ªy sorprendentes¡ª modelos procede de sus frecuentes viajes, de sus visitas a galer¨ªas o museos, o de los montones de libros que colecciona de todo tipo de disciplinas: pintura, arquitectura, moda¡ ¡°Por ejemplo, en la colecci¨®n actual hay un reloj de dos hermanas dise?adoras a las que descubr¨ª en un cat¨¢logo de papeles pintados. Y, por supuesto, tengo una lista ideal de colaboraciones con personajes consagrados, como Marina Abramovic, Luca Guadagnino o Wes Anderson¡±.
Giordanetti mantiene una relaci¨®n intermitente con Swatch desde los ochenta, donde ha ostentando distintos cargos en el ¨¢rea de marketing, compaginados con intervalos en los que ha trabajado para Piaggio, Montblanc o incluso ha fundado su propia consultora, Brand DNA. ¡°Cumpl¨ª 40 a?os y decid¨ª que quer¨ªa probar a ser mi propio jefe¡±. Pero siempre acaba volviendo. ¡°Es una firma muy par?ticular que me permite estar en contacto con todo lo que me gusta y que no me permite dormirme. Hoy la rapidez a la que viaja la informaci¨®n es un ?aut¨¦ntico reto¡±.
En los setenta, la llegada de los relojes de cuarzo made in Japan amenaz¨® de muerte a la naci¨®n relojera. Entre 1975 y 1985 se perdieron 60.000 de los 90.000 empleos del sector. Fue el consultor Nicolas G. Hayek quien dio con la f¨®rmula para competir con los baratos modelos asi¨¢ticos y salvar la industria. Un reloj de pl¨¢stico con el sello suizo que serv¨ªa para conocer la hora pero que iba m¨¢s all¨¢: tambi¨¦n era un complemento de moda. ¡°La historia de Swatch empieza con una revoluci¨®n industrial, por eso la raz¨®n de nuestra existencia es alterar, provocar, renovar y proponer cosas que solo entiende una peque?a minor¨ªa. Es la ¨²nica forma de mantenernos en las mu?ecas de aquellos que llegan antes que el resto a las tendencias¡±. Y ese mismo origen revolucionario, se?ala Giordanetti, sirve para justificar su actitud ante los smartwatches. ¡°Siempre hemos valorado nuestra independencia, as¨ª que la idea de que nuestro producto dependa de que alguien decida actualizar el sistema operativo es un gran obst¨¢culo. Quiz¨¢s lo m¨¢s inteligente, un adjetivo que pertenece a las personas y no a los relojes, sea dejar que el rey siga siendo el rey. Estoy seguro de que seremos capaces de, en un futuro, ofrecer al consumidor una propuesta innovadora¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.