Paciencia estrat¨¦gica

China tiene de nuevo un timonel con personalidad propia. No se sabe todav¨ªa si grande, ya se ver¨¢, como se denominaba a Mao Zedong, o peque?o, solo por su breve talla, como Deng Xiaoping, puesto que demostr¨® ser el de mayor capacidad transformadora. Xi Jinping, en todo caso, ha regresado al liderazgo autoritario, descartado la direcci¨®n colegiada, levantado los l¨ªmites de mandatos, purgado a disidentes y adversarios y concentrado en sus manos todos los poderes del Estado y el Partido, en tantas cuestiones mezclados y confundidos.

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Xi Jinping advierte a Taiw¨¢n de que no renuncia a la fuerza para lograr la reunificaci¨®n

?Qu¨¦ es Una Sola China?

La mayor tarea que le ha sido asignada, casi expl¨ªcitamente, es la plena restauraci¨®n de la integridad territorial tal como ha sido imaginada por el nacionalismo chino, del que los comunistas son la rama m¨¢s poderosa y longeva. Mao fund¨® la Rep¨²blica Popular y control¨® la enorme extensi¨®n continental, con el Tibet reconquistado en 1950, tal como se hab¨ªa configurado con la dinast¨ªa Qing en el siglo XVIII, antes de la colonizaci¨®n europea. Deng abri¨® el pa¨ªs y la econom¨ªa al mundo y recuper¨® Macao y Hong Kong bajo el lema ¡°una sola China, dos sistemas¡±. No pudo recuperar Taiw¨¢n, la pr¨®spera isla gobernada democr¨¢ticamente, que se separ¨® del continente y constituy¨® un Estado independiente como resultado de la misma guerra civil que alumbr¨® la Rep¨²blica Popular, aunque se?al¨® en varias ocasiones que era una tarea para la siguiente generaci¨®n. Pocos a?os antes de morir, sintetiz¨® su visi¨®n en una sola sentencia, que no ofrece muchas dudas sobre la paciencia estrat¨¦gica china: ¡°Si no podemos reunificar China ahora, lo haremos en un siglo, y si no en un milenio¡±.

Xi se siente comprometido por este legado nacionalista, tal como revela su pol¨ªtica expansiva en el mar de la China Meridional, donde est¨¢ blindando una enorme extensi¨®n mar¨ªtima con la construcci¨®n de bases militares sobre arrecifes y pe?ascos. Tambi¨¦n lo revelan sus palabras: la recuperaci¨®n de Taiw¨¢n ¡°no puede pasar sin resolverse de generaci¨®n en generaci¨®n¡±. Por si hubiera alguna duda sobre el car¨¢cter de la disputa, considera que Taiw¨¢n ¡°existe porque China era una naci¨®n d¨¦bil y sumida en el caos, pero terminar¨¢ con el rejuvenecimiento nacional¡±, la expresi¨®n que se ha convertido en el lema de su presidencia.

El solemne discurso en el que Xi ha expresado estas ideas y exhibido la amenaza de la fuerza ante los impulsos independentistas conmemoraba ayer los 40 a?os del Mensaje a los compatriotas en Taiw¨¢n, un documento firmado por el comit¨¦ permanente del Politbur¨® coincidiendo con el establecimiento de relaciones diplom¨¢ticas con Estados Unidos en 1979. Si aquel fue el momento del deshielo y el final de la tensi¨®n b¨¦lica en el estrecho de Formosa, la forma que ha adoptado ahora su conmemoraci¨®n, cuando crece la incertidumbre respecto a las relaciones entre Washington y Pek¨ªn, sugiere un eventual retroceso a los tiempos de la Guerra Fr¨ªa, cuando el r¨¦gimen anticomunista establecido en la isla y presidido por el dictador Chiang Kaishek era un aliado y una pieza crucial en la pol¨ªtica de contenci¨®n occidental en Asia.