Jueces independientes

Lo mejor ¡ªen realidad, casi lo ¨²nico bueno¡ª de la ceremonia de entrega de despachos a los nuevos jueces fue ayer el recordatorio del jefe del Estado a los egresados de la Escuela Judicial de Barcelona de que ¡°la independencia es condici¨®n indispensable¡± para el ejercicio de su funci¨®n.

El resto o fue correcto (la elecci¨®n de la sede de la Real Academia) o un fiasco: el traslado de la ceremonia de Barcelona a Madrid, por vez primera en dos d¨¦cadas de existencia y buen funcionamiento de la Escuela Judicial en territorio catal¨¢n.

El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) argument¨® tal traslado de forma peregrina: para celebrar mejor el 40? aniversario de la Constituci¨®n de 1978. Como si la Ley Fundamental fuese coto exclusivo de los habitantes de la capital, como si solo lo que ah¨ª se celebra adquiriese relevancia, como si el lugar donde la Constituci¨®n obtuvo una mayor votaci¨®n popular no hubiese sido, precisamente... Catalu?a.

La maniobra exhibi¨® un aroma preconstitucional, quiz¨¢ acorde, en el ¨²ltimo acto ordinario que en representaci¨®n de los jueces encabezaba el presidente cesante del Tribunal Supremo y del CGPJ, Carlos Lesmes, con su mandato. Que pasar¨¢ al archivo de lo olvidable, por su torpe gesti¨®n de las pol¨¦micas hipotecarias o los errores ya cometidos en la dimensi¨®n internacional ¡ªal menos¡ª del proceso a los insurgentes del proc¨¦s secesionista catal¨¢n.

As¨ª que el cambio de sede solo puede explicarse por la mayor comodidad del propio Lesmes ante las incidencias desagradables planteadas por los sectores m¨¢s radicales de ese secesionismo. Hace un a?o, en un momento a¨²n m¨¢s cr¨ªtico y complejo, la ceremonia ¡ªacertadamente¡ª no mud¨® su emplazamiento.

La frivolidad del CGPJ resulta tanto mayor porque no son tantas las ocasiones que tiene el Rey de dirigirse directamente a los catalanes (adem¨¢s de al conjunto de los dem¨¢s espa?oles). Porque sucede a una apuesta del Gobierno, dif¨ªcil, pero positiva, de negarse a hacerle el juego a los violentos, al celebrar su Consejo de Ministros el 21-D en Barcelona, pese a todas las amenazas de boicoteo. Y al cabo, de afirmar que no hay zonas grises, vac¨ªas o prohibidas al despliegue geogr¨¢fico de la autoridad del Estado democr¨¢tico.

Por si todo ello fuera poco, la torpeza con que Lesmes pone broche a su mandato conecta directamente con la del anterior Gobierno conservador de sustraer a Barcelona la otra ¨²nica gran sede del Estado, la de la Comisi¨®n del Mercado de Telecomunicaciones. No se combate el separatismo alejando las pol¨ªticas, las personas representativas y las instituciones estatales, de la cercan¨ªa de quienes m¨¢s lo sufren. Cu¨¢nta estulticia.