Confrontaci¨®n o tregua
Da la impresi¨®n de que PP y Ciudadanos aguantar¨¢n las humillaciones de Vox, con tal de conseguir su objetivo
PP y Ciudadanos han dado cuerda a Vox y ahora descubren que se les ha pegado una lapa que no dar¨¢ tregua. Casado puso en evidencia su fragilidad al adaptarse al instante a las exigencias de Vox en materia de violencia de g¨¦nero. Y Abascal y los suyos han visto en su debilidad una autopista. Por ella est¨¢n entrando. La promesa de cambio, como reemplazo de una hegemon¨ªa socialista en necrosis, se habr¨¢ convertido en el inicio de una gran regresi¨®n.
La extrema derecha tiene un alto poder contaminante. Y su irrupci¨®n en Andaluc¨ªa est¨¢ ya teniendo efectos devastadores. Se han puesto en duda consensos laboriosamente construidos, como el del pacto de Estado contra la violencia de g¨¦nero. Se ha despertado la furia contra la inmigraci¨®n que nunca ha sido realmente un problema en la sociedad espa?ola. Se ha puesto sobre la mesa la recentralizaci¨®n del Estado, contra la Constituci¨®n por la que juran Ciudadanos y PP. Y a la polarizaci¨®n identitaria se suma ahora la polarizaci¨®n ideol¨®gica.
La pol¨ªtica es lucha por la conquista y conservaci¨®n del poder y cuando este se pone al alcance de la mano los principios flaquean. Da la impresi¨®n de que PP y Ciudadanos aguantar¨¢n las humillaciones de Vox, con tal de conseguir el objetivo. Son tiempos en que no abundan los estadistas capaces de sacrificar un ¨¦xito del presente cuando puede hipotecar el futuro. Ciudadanos, muy derechizado, pierde una oportunidad de recuperar la imagen centrista perdida. El PP, en plena radicalizaci¨®n conservadora, ha hecho de la confrontaci¨®n su estrategia y est¨¢ dispuesto comprar todo lo que le permita consolidar su figura como enemigo n¨²mero uno de Pedro S¨¢nchez. La derecha ensimismada apuesta por romper puentes.
Y, en este contexto, el presidente S¨¢nchez ha entendido que suyo es el espacio de la distensi¨®n. Y que su suerte depende de que una mayor¨ªa de las espa?oles quiera la paz. Pese al ruido que viene del Sur, S¨¢nchez sigue su camino: anuncia la presentaci¨®n de los Presupuestos y advierte que el art¨ªculo 155 no es su receta para Catalu?a y que ¡°aquellos que abogan por un 155 perpetuo lo que quieren es perpetuar la crisis catalana¡±. De modo que el escenario se clarifica. La derecha apuesta por la reconquista del poder en blanco y negro, as¨ª en Andaluc¨ªa como en el resto de Espa?a. Y Pedro S¨¢nchez, con Podemos ¡ªque, junto con los Comunes, ha representado m¨¢s que nadie la moderaci¨®n en la cuesti¨®n catalana¡ª se afirma ofreciendo una alternativa a quienes creen que los conflictos en democracia se resuelven con el reconocimiento y la negociaci¨®n. Que los electores escojan. Veremos, entonces, si la amenaza de una derecha a tres, tatuada por Vox, despierta las conciencias liberales y progresistas dormidas, o si realmente el pa¨ªs quiere sumarse a la corriente parda que se propaga por Europa.
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